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Jueves 6 de Marzo del 2014
La educación ideal para los peruanos

Hace muchos años Perú, viene siendo objeto de una serie de experimentos
reformistas en cuanto a la educación, se han ensayado diversos modelos, pero
hasta hoy ninguno ha dado resultado, sencillamente porque ninguno ha tocado el
problema de raíz, ni le ha dado solución, solamente lo ha maquillado, y al
analizarlo lo ha tocado tangencialmente, ha considerado solo algunos aspectos
aislados, de todo aquello que en verdad significa educación para desarrollar.
Desde el año 1972 vengo insistiendo,
en que la mejor forma de educar es siguiendo la recomendación Aristotélica
llamada Holismo, es decir considerar que la educación aparte de ser tarea de
todos, es la educación de todos, es para todos y para educar intervenimos todos,
porque se debe considerar al todo, en este caso la educación, no es la suma de
las partes, porque como dice el postulado de Aristóteles: El todo es mayor que
la suma de las partes.
Lo que ha estado haciéndose desde
hace mucho tiempo es, luego de haber analizado la estructura de la educación,
intervenir por separado en cada una de esas partes de la estructura, sin tratar
a la estructura como un todo y el problema no ha encontrado solución, porque las
distintas formas de ver esa estructura, es lo que ha ocasionado justamente la
particular manera de impartir una educación académica, estandarizada, y eso es
lo que hasta hoy se ha realizado. La educación debe partir de la idea que el ser
humano es muy complejo y necesita darse soluciones que comprendan esa
complejidad, entonces no debemos ser facilistas.
El ser humano es un todo muy
complejo, y al mismo tiempo que es una unidad, tiene su propia complejidad, de
modo que al considerar ambas particularidades nos podemos encontrar con una
aparente contradicción, cuando en realidad no es así, la educación debe ser
vista como algo integral y al mismo tiempo, comprender las particularidades de
la misma, sin que ello nos lleve a realizar estandarizaciones educativas y eso
es lo que hasta hoy se ha venido haciendo.
Le educación debe considerar al ser
humano como un todo, que requiere la participación de todos, pero también debe
darse la interacción entre el individuo con el todo y al mismo tiempo respetar
las particularidades del individuo, que vamos descubriendo en el camino, en el
proceso de educar. Quien funge de Maestro, debe ser una persona que no solo
atesora conocimientos, sino que es capaz de analizar, investigar, descubrir y
guiar, pero también debe estar presto a aprender de los demás, ser humilde. El
ser humano nunca es un ente acabado, perfeccionado, muy por el contrario, está
en permanente perfeccionamiento, nunca termina de estudiar y jamás dejará de
aprender. La dinámica educativa entonces nos llevará siempre a un interaccionar
entre el estudiante, el maestro, la familia y la sociedad, esa es la verdadera
Comunidad de aprendizaje, no la que se encierra en una escuela, mucho menos en
un aula.

Por otro lado, deben respetarse los
momentos de la vida y los tipos de estrategias, herramientas y procesos a
utilizarse en cada momento; de tal modo que no nos convirtamos los maestros en
digitadores, tampoco en dictadores, sino que debemos intervenir como auxiliares,
en un proceso casi automático, que se da en momentos bien marcados, en etapas
cronológicas del ser humano, proceso en el cual debemos intervenir como
facilitadores, no como dueños de la verdad. Debemos dejar que el estudiante
cuestione y se equivoque, ello reforzará lo aprendido.
Hasta hoy se han venido cometiendo
una serie de errores, muy graves en el proceso educativo, en la vida de nuestros
niños, incluso se ha intervenido de manera dictatorial en sus vidas, imponiendo
contenidos que no correspondían al momento, hemos interrumpido procesos
naturales, para dar paso a nuestras doctrinas y metodologías de adultos, sin
considerar que los niños requerían primero madurar emocional, espiritual y
sociológicamente, para luego de un desarrollo adecuado, recién introducirle en
lo académico, en lo estrictamente intelectual, sin dejar de atender otras áreas.
Hemos procedido muy mal, al haber interrumpido muchas veces el proceso de
maduración, obviando las necesarias reflexiones espirituales, estimulando la
toma de conciencia del niño, mediante la cual él ingresaría a un proceso de
maduración y de relación con el adulto, para después recién relacionarse con sus
pares y en base a una maduración previa, recién introducirlo a la adquisición de
conocimientos académicos y de manera gradual, sin abandonar la atención a las
múltiples inteligencias que el niño trae al nacer, que lamentablemente hemos
dejado de lado y nos hemos dedicado a apresurar, a estimular de manera temprana
el desarrollo de inteligencias como la escritura, la matemática, cuando no
habían madurado suficientemente el habla, la socialización intrafamiliar y haber
agotado lúdicamente muchos procesos, y más que aprender todo esto le permitiría
al niño aprehender, de ese modo lograr despertar otras inteligencias,
observarlas y desarrollarlas en los primeros años de vida, mediante estrategias,
circunstancias y herramientas adecuadas.
María Montessori era más experta en
ese sentido, pero no se le prestó atención, por ejemplo a que ella daba mucha
libertad al niño, al cual le permitía sobre todo jugar, experimentar,
inspeccionar, investigar, en el juego. La actividad lúdica del niño es la magia,
es la mejor herramienta que se dispone, para que este ser pueda darse a conocer
y al mismo tiempo empezar a aprehender mucho de lo que le rodea, eso le dará
mucha libertad para expresarse mejor, con su lenguaje, gestos, actitudes, para
justamente dar a conocer las aptitudes y talentos que requieren desarrollarse,
de ese modo es el niño quien nos dará toda la información para conocerlo, muy
por encima de los test que apliquemos, bastará observar su lenguaje corporal,
gestual, la forma como manipula y maneja lo que coloquemos a su alcance.
Por ello no debemos alejarlo de sus
padres, especialmente de su madre, no debemos privarle del juego, tampoco
privarle del contacto con la naturaleza, debemos colocar a su alcance
instrumentos musicales, de sonidos apropiados, de ciertas herramientas que no
necesariamente deben ser escolásticas, sino objetos naturales, como flores,
plantas, animales, paisajes, entornos, etc. Entonces podremos observarlo e ir
descubriendo sus inclinaciones, para de ese modo en la educación inicial en sí,
puedan tener más soltura, momento en el cual tampoco deben ingresar a lo
académico. No debemos desesperarnos por relacionarlo con los números, las letras
y otros contenidos estrictamente académicos, debemos continuar con el juego, en
ello deben permanecer hasta los 6 años de edad, en que recién debe dársele las
primera pautas de un academismo, sin exigencias, sin presiones. No se debe
pensar en aprobar o desaprobar, sino solamente en que el niño aprenda, unos lo
harán más rápido que otros, entonces busquemos hacer una educación colectiva,
sobre todo solidaria no competitiva, menos frustrante, feliz.

Es recién a los 6, mejor a los 7
años, cuando el niño debe enfrentarse al academismo y lo hará con plena madurez,
muy seguro de sí mismo, capaz de cuestionar, lo cual debe permitírsele, pero al
mismo tiempo desarrollará las inteligencias que haya demostrado tiene más
despiertas. Howard Gardner en 1983, a la edad de 40 años, es un sicólogo que
habla de ocho inteligencias: lingüística, lógica matemática, corporal y
cenestésica, visual y espacial, musical, interpersonal o social, intra-personal
y naturalista o ecológica, ahora se han sumado más, incluso yo he propuesto la
inteligencia onírica: el niño procesa y fija aprendizajes mientras duerme y
sueña.
La educación actual, es sobre todo
académica, competitiva, estandarizada, estructural, busca aprobar al estudiante,
es incuestionable, tiene un sentido unilateral, memorística, nosotros proponemos
una educación mas integral, interdisciplinaria, con la participación de todos,
absolutamente todos los estamentos sociales, liberar a la educación de la idea
de solamente aprobar, incluso el ingreso a la universidad debe ser libre, los
estudiantes irán eliminándose en el tiempo y orientando sus intereses a lo que
realmente les interesa. La educación debe dejar de ser un negocio, para
convertirse en un bien de libre adquisición, entonces tendremos más y mejores
estudiantes, con maestros más respetuosos y respetables, con la plena certeza
que el niño amará el estudio, lo buscará, lo considerará un gran tesoro, una
magnifica forma de conseguir más tarde ser brillante, responsable y eficiente,
si solo buscamos la competitividad, la aprobación, el comparar, entonces
tendremos niños frustrados, si solo buscamos desarrollar unas pocas
inteligencias, para hacerlos piezas eficientes en el rompecabezas productivo,
serán eso, robots en un proceso de producción - consumo, eso es formar jóvenes
para servir al Sistema, no para ser felices, ni para ser más tarde padres
felices, adultos responsables como gobernantes y como ciudadanos.
Espero algún día poder ser invitado a explayarme más sobre este
tema, que es para mí muy apasionante y de seguro, el único camino
para lograr el desarrollo de nuestra patria y de la humanidad.
Jorge Paredes Romero Periodista y humanista peruano Muchas gracias
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