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Cómo lograr la justicia social
Desde muy niño descubrí lo que me agradaría encontrar más tarde en mi vida,
quizá motivado porque lo que observé siendo niño, la ausencia de justicia
social, y la veía alrededor de muchas cosas en mi vida, tanto en lo personal
como en lo comunitario. Era muy común apreciar cómo se iban formando los
corrillos de protesta, sea en los parques o en los mercados, allí es donde se
aglomeraba la gente para comentar lo que sucedía en el ámbito social, por
ejemplo el alza de los precios, los golpes de estado o los reclamos por falta de
dinero en la economía familiar, los problemas del agua, la luz, el urbanismo, lo
de siempre...
En la escuela también podías conversar sobre ello, pero era más un comentario
que el punto de partida para una acción, pero los adultos si hablaban sobre ello
en los bares o en el estadio, porque ellos si actuaban y reaccionaban, de modo
que todos nos enterábamos de lo que se pensaba y lo que tenían planificado
hacer, como señal de protesta por los bajos jornales o la subida de los costos
de los pasajes, lo cierto es que la palabra clave era “injusticia”, es así como
tomé conciencia acerca de las inequidades sociales, de cómo se comportaban los
gobernantes o el rol de los empresarios y las transnacionales, que siempre han
estado en la noticia.
Se dice que, para hablar de justicia social, se necesita partir del hecho
concreto de la injusticia social porque entre los temas que interesan a la
justicia social se encuentran la igualdad social, la igualdad de oportunidades,
el bienestar social, la cuestión de la pobreza, la distribución de la renta, los
derechos laborales y sindicales y son estos los temas faltos de equilibrio. El
año 2007, las Naciones Unidas proclamaron el 20 de febrero de cada año, como Día
Mundial de la Justicia Social. Por entonces decíamos que la manera más frecuente
de conseguir hacer justicia o criticarla, es con la protesta social, ya que la
injusticia es parte del panorama social preocupante. La injusticia social
conlleva la explotación las estructuras negativas, pero todo ello es parte del
egoísmo de los corazones y del abuso de quienes ejercen el poder, de allí el
ansia de permanecer siempre en el poder, el afán a ser reelegido, estar siempre
en el poder, es como una manía, se acostumbraron a manipularlo todo, por eso
desean ser reelegidos.
Uno de los mayores anhelos de la humanidad, es la promoción de las personas
necesitadas, colectivos que a veces alcanzan tan altos niveles de pobreza y
discriminación, que no son compatibles con los derechos humanos más elementales.
Si todos los seres humanos tenemos un mismo origen y una misma naturaleza; su
todos estamos llamados a la vida relativamente plena y feliz, entonces
deberíamos tener la misma dignidad y los mismos derechos, pero en la vida real
existen una serie de diferencias, producidas por las distintas capacidades y por
otras circunstancias, como pueden ser el origen familiar, el lugar de
nacimiento, el dinero disponible, las propiedades y las estructuras sociales. La
justicia social reclama la igualdad de todos los seres humanos, el que todos y
cada uno tengamos la mismas oportunidades, a pesar de las desigualdades con las
que iniciamos nuestras vidas al nacer.
La búsqueda de justicia social debe hacerse en la acción y por la acción, no es
una cuestión puramente teórica, es un aprendizaje desde proyectos concretos que
van transformando la realidad. Mayor razón si la dolorosa situación en que están
muchos de nuestros hermanos nos toca el corazón, y si reconocemos en ellos el
rostro de la vida dolorosa que llevan, deberíamos dar una respuesta adecuada, es
decir necesitamos ser sensibles y prácticos. La lucha por la justicia social no
sólo es tarea individual, sino comunitaria. La existencia de comunidades
implicadas en proyectos de liberación es una de las condiciones de credibilidad,
de que en el mundo actual la distancia entre pobres y ricos es cada vez mayor y
ello debe disminuir, mejor desaparecer, para ello cada uno de nosotros debemos
contribuir con algo a favor de la justicia.
La justicia social se refiere a las nociones fundamentales de igualdad de
oportunidades y de derechos humanos, más allá del concepto tradicional de
justicia legal, está basada en la equidad y es imprescindible para que los
individuos puedan desarrollar su máximo potencial y para que se pueda instaurar
una paz duradera, porque la ausencia de justicia atrae violencia.
Todas las personas tenemos necesidades básicas comunes, que se traducen en
derechos humanos fundamentales: el derecho a la identidad, a la supervivencia, a
la salud y educación a expresarnos con libertad y a ser tratados con dignidad y
respeto, sobre todo a ser felices. Cuando estas necesidades fundamentales no se
satisfacen, nos encontraremos frente a inequidades, que pueden darse tanto en
los países industrializados como en países en desarrollo. Lo que convierte estas
situaciones en injusticias, es que pueden ser evitadas; no se trata de problemas
irresolubles, a los que no podamos hacer frente, sino que a menudo han sido
provocados por personas y persisten, porque mucha gente se desentiende de ellos.
La decisión de promover o negar la justicia social, está en manos de las
personas, ya sea a escala individual, local, nacional o mundial, pero son las
personas las que debemos promover justicia.
La injusticia real o percibida, es una de las fuentes más comunes de conflictos
y de violencia entre los individuos, grupos y países. La pobreza es la
injusticia más fundamental y más extendida, porque no permite el acceso a
derechos fundamentales; si tan solo los gobiernos hicieran un esfuerzo por
brindar una vida más digna a los desfavorecidos, ya se estaría haciendo bastante
por disminuir los índices de pobreza. La discriminación es otra forma de
injusticia, que interfiere en las posibilidades que tienen los individuos para
desarrollar sus potenciales, todos debemos tener las mismas oportunidades, sin
importar las aparentes diferencias.
Su tenemos autoridad, nos debemos comprometer a dar prioridad efectiva a la
lucha contra la pobreza y a la reducción de las desigualdades sociales,
aplicando políticas integrales y mecanismos orientados a garantizar la igualdad
de oportunidades económicas, sociales y políticas. Asimismo, nos debemos
comprometer a combatir la discriminación por razones de inequidad entre hombres
y mujeres, origen étnico, edad, credo o discapacidad. En tal sentido,
privilegiaremos la asistencia a los grupos en extrema pobreza, excluidos y
vulnerables. Con este objetivo, partiendo de un enfoque de desarrollo humano
sustentable, con equidad entre hombres y mujeres, sin discriminación, y en forma
descentralizada, el Estado en sus diferentes formas de expresarse, sea como
gobierno central, regional, local, las municipalidades deben comprometerse a:
1.- Promover la producción, el desarrollo empresarial local y el empleo; no solo
contemplarlo como parte del discurso electoral, o cuando siendo autoridad
pronunciamos discursos de inauguraciones, sino que esa promoción debería darse
como algo real, la autoridad cuenta con recursos, contactos y una serie de
herramientas que les permite hacer una realidad la inserción del mayor número de
pobladores en los procesos diversos de producción.
2.- Se debe fortalecer las capacidades locales de gestión que promuevan el
acceso a la información, la capacitación, la transferencia tecnológica y un
mayor acceso al crédito; todo ello es posible si se concatena con respeto, con
las empresas en el entorno local y/o regional
3.- Se debe promover la ejecución de proyectos de infraestructura logística y
productiva, como parte de planes integrales de desarrollo local y regional, con
intervención de la actividad privada; no centrarse a puntos fijos, como el
turismo en playas por ejemplo, porque es solo asunto de un par de meses a lo
sumo, cuando un proyecto para un año es mucho mejor.
4.- Se deben asignar recursos crecientes de inversión social en educación y
salud, para maximizar la eficiencia de los programas, orientándolos hacia las
personas de mayor pobreza; porque justamente ellos son los que más necesitan la
presencia del estado en su entorno.
5.- Se debe fomentar el pleno ejercicio de la ciudadanía y la participación de
los ciudadanos en situación de pobreza, en la identificación de sus necesidades,
el diseño de soluciones y la gestión de los programas, porque solo así se estará
cumpliendo con un rol optimizador de la sociedad.
6.- Se debe establecer un sistema local de identificación, atención y promoción
del empleo a personas sin sustento, de esa forma se estará dinamizando la
sociedad, buscando su desarrollo.
7.- Se debe fomentar el desarrollo institucional, la eficacia, la equidad y la
transparencia del Estado en el uso de los recursos en general, especialmente, en
aquellos orientados a programas de reducción de la pobreza, propiciando el
concurso y la vigilancia de la sociedad civil, ya que es la mejor manera de
conseguir saltos cualitativos y cuantitativos de progreso.
8.- Se debe garantizar el ejercicio de los derechos de las personas y el acceso
a la administración de justicia, de la población que vive en situación de
pobreza, eso procurará felicidad social e inspirará confianza en la autoridad,
porque el poblador verá que hay auténtica justicia social.
9.- Se debe fomentar una cultura de prevención, de control de riesgos y
vulnerabilidades ante los desastres, asignando recursos para la prevención,
asistencia y reconstrucción, nada más indicado como una señal de que se están
preocupando por la población, a la que se dirige también con esquemas de
protección real, concreta, que va más allá de las palabras de un discurso,
entonces la praxis dará cuerpo a la palabra, de ese modo habrá más credibilidad.
Termino diciendo, que cada día soy más feliz, de difundir lo que aprendo, lo que
estudio y leo, de ese modo comparto con la sociedad aquello que considero bueno
y me identifico con los que sufren y los desposeídos, soy feliz porque estamos
colaborando con el enriquecimiento de la población, de ese modo cumplo con el
sueño de mi niñez y con lo que corresponde a la parte fundamental del
periodismo: informar a la población para su desarrollo y crecimiento.
Jorge Paredes Romero
Periodista peruano
Registro FPP 7703
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