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El Humanismo
Desde hace un buen tiempo vengo identificándome como periodista y humanista y
siempre surge la pregunta del por qué me declaro Humanista. El Humanismo es un
movimiento intelectual que surge en el renacimiento, pero hoy ha resurgido como
una nueva forma de pensar que confía en el ser humano, en su razón y en su
capacidad para cultivar todas las ramas de la sabiduría. Para conseguirlo es
necesario una formación integral, esto es, saber de todo cuanto sea posible, sin
que esto nos convierta en sabihondos sino en humanistas; no a lo que se inclina
más ahora el profesional, a la especialización, a saber mucho de una materia,
aunque se desconozca lo elemental de otras muchas.
Desde joven me preocupé por asimilar muchos conocimientos, consciente que era
necesario estudiar y hacerlo de manera responsable, entonces empecé estudiando
música y electrónica, luego Psicología en la Universidad San Agustín de
Arequipa, para continuar con Educación en la Universidad Antúnez de Mayolo y
Psicología empresarial en el Politécnico CEAC de España. Luego recibí cursos de
Mística con diversos Maestros, pero también consideré necesario estudiar
Kinesiología y luego Podología, logré culminar ambos cursos en Lima, en sendos
Institutos debidamente certificados. Con todo ello me puse a escribir a partir
del 2002, e inmediatamente reanudar mi pasión por el Holismo, corriente
filosófica que trasciende a todo, es decir a la educación, los negocios, la vida
familiar, y todo en donde intervenga el ser humano, de modo que con los
conocimientos atesorados y como Holista y Humanista, ahora me preocupo por
conseguir que esto sea asimilado por la sociedad peruana, estoy en ese camino y
no pierdo las esperanzas de poder conseguirlo. Ahora les explicaré con
detenimiento qué es el Humanismo, entonces Uds. comprenderán mejor porqué me
declaro Humanista:
En el humanismo se exaltan las cualidades humanas, a dar sentido racional a la
vida, se pone énfasis en la responsabilidad del propio hombre para darle sentido
a su vida. Como consecuencia se considera al ser humano como centro y medida de
todas las cosas. Desde un punto de vista filosófico, el humanismo es una actitud
que hace hincapié en la dignidad y el valor de la persona. Uno de sus principios
básicos es que las personas son seres racionales, que poseen en sí mismas,
capacidad para hallar la verdad y practicar el bien. Una característica muy
importante de los humanistas es, que deploraban los intentos de rebajar la
inteligencia humana, de ofrecer explicaciones supersticiosas del mundo y de
encontrar la salvación fuera de la naturaleza.
El humanista aprecia la belleza de la naturaleza y desea proteger y mejorar la
tierra, preservarla para generaciones futuras y evitar el sufrimiento
innecesario de otras especies. Con respecto a la salvación, aspiramos alcanzar
la plenitud moral, estando convencidos de que se puede lograr una vida feliz,
mejorando las condiciones de la vida humana en beneficio a todos y en referencia
con la política, consideramos que la iglesia debe actuar por separado del Estado
y no se debe utilizar el poder político para imponer dogmas o ideologías.
El humanista, también se encuentra comprometido con la artes y con las ciencias;
la poesía, la música, el teatro, y las bellas artes son una fuente de
percepciones significativas y de enriquecimiento. Somos fundamentalmente
optimistas, creemos en la esperanza en lugar de la desesperación, en la
investigación en lugar del dogma, en la verdad en lugar de la ignorancia, la
alegría en lugar de la culpa o el pecado, la tolerancia en lugar del miedo, el
amor en lugar del odio, la compasión en lugar del egoísmo, la belleza en lugar
de la fealdad y la razón en lugar de una fe ciega o irracional. Los humanistas
pretendemos la plena realización de lo mejor y lo más noble, de lo que somos
capaces como seres humanos. El hombre como centro del mundo puede dominar todas
las cosas, ya que contamos con las facultades físicas y mentales para ello.
El humanismo, entonces, significa valorar la condición humana saber que está
relacionada con la generosidad, la compasión y la preocupación por la valoración
de los atributos y las relaciones humanas. El ser humano es un ente natural con
dignidad y derechos. Como persona que debe orientarse a su desarrollo, merece
una educación en valores humanos, una formación que lo haga ciudadano
responsable, honesto y solidario, capaz de reaccionar con sensibilidad ante
cualquier situación y ser tolerante. La educación presupone desarrollar
cualidades morales e intelectuales, instruir en la ciencia y en la conciencia.
Esto implica preparar al hombre para la vida a través de una educación
permanente.
Se consideran seis puntos del humanismo, como la base de su doctrina social y de
su compromiso de acción en el mundo. Estos seis puntos son:
1.- Propiciar la ubicación del ser humano como valor y preocupación central, de
tal modo que nada esté por encima del ser humano, ni que un ser humano esté por
encima de otro. 2.- Afirmar la igualdad de todas las personas y trabajar por la superación de la
simple formalidad de iguales derechos ante la ley avanzando hacia un mundo de
iguales oportunidades para todos. 3.- Reconocer la diversidad personal y cultural afirmando las características
propias de cada pueblo y condenando toda discriminación que se realice en razón
de las diferencias económicas, raciales, étnicas y culturales. 4.- Auspiciar toda tendencia al desarrollo del conocimiento por encima de las
limitaciones impuestas al pensamiento por prejuicios aceptados como verdades
absolutas o inmutables. 5.- Afirmar la libertad de ideas y creencias. 6.- Repudiar no solamente las formas de la violencia física sino todas las otras
formas de violencia económica, racial, sexual, religiosa, moral y psicológica,
como casos cotidianos arraigados en todas las regiones del mundo.
El humanismo entonces, propicia, promueve y contribuye a la formación integral
del hombre. Este humanismo tiene que ver con el conocimiento del hombre mismo y
la realización de su ser. El humanismo debe integrar en el hombre: pensamiento,
sentimiento y voluntad. La universidad es así una comunidad académica en la que
el hombre aprende a pensar y a vivir, donde el pensamiento se vuelve crítico y
nos permite decidir consciente, libre y cabalmente. La corriente humanista busca
que el hombre se forme como ser humano y propicie la realización de los demás
seres humanos. Es el lugar donde se forma al hombre auténtico.
El humanismo busca el desarrollo pleno o íntegro de la persona humana, en sus
tres dimensiones fundamentales: física, intelectual y espiritual, porque el ser
humano es una totalidad y no se le puede comprender a través de la fragmentación
de procesos psicológicos moleculares. El hombre tiende naturalmente hacia su
autorrealización y busca su trascendencia. El ser humano vive en relación con
otras personas y esto es inherente a su naturaleza.
Las personas se conducen, en el presente, con base en lo que fueron en el pasado
y preparándose para el futuro. El hombre tiene libertad para elegir y tomar
decisiones. Él es quien construye su propia vida. El hombre es intencional, a
través de sus intenciones, propósitos y de su voluntad estructura una identidad
personal que lo distingue de los demás. Para los humanistas, la educación debe
ayudar a los alumnos a que decidan lo que son y lo que quieren llegar a ser.
La educación humanista se basa en la idea de que todos los estudiantes son
diferentes y debe ayudárseles a ser más como ellos mismos y menos como los
demás. El logro máximo de la educación es la autorrealización de los estudiantes
en todas las facetas de su personalidad. Carl Rogers propone una educación
democrática centrada en la persona, la cual consiste en otorgar la
responsabilidad de la educación al estudiante. Este autor asume que la persona
es capaz de responsabilizarse y de controlarse a sí misma en su aprendizaje,
siempre y cuando el contexto presente condiciones favorables para facilitar y
liberar las capacidades de aprendizaje existentes en cada individuo. Entonces el
rol del docente es facilitador del aprendizaje y motivador del estudiante, de
tal forma que en éste se despierte la curiosidad constante de investigar y de
aprender a aprender.
Los diez mandamientos para el auténtico maestro
I. Partirás de los intereses y motivos del estudiante. II. Partirás de sus conocimientos previos.
III. Dosificarás la cantidad de la información nueva dada al estudiante.
IV. Propondrás que sistematicen los conocimientos. V. Diversificarás las tareas y aprendizajes.
VI. Diseñarás situaciones de aprendizaje para recuperación de saberes.
VII. Organizarás y conectarás unos aprendizajes con otros. VIII. Promoverás la reflexión sobre sus conocimientos.
IX. Plantearás tareas abiertas y fomentarás la cooperación entre los
estudiantes. X. Guiarás en la planificación y organización del propio aprendizaje.
Los docentes deben partir del conocimiento del estudiante como un ser humano
integral, cuya visión de sí mismo, de los otros y del universo va a incidir de
manera directa en su interés, sus actitudes y valores puestos en juego durante
su proceso de aprendizaje.
Los estudiantes presentan una diversidad de modos de ser, ya que cada ser humano
es único e irrepetible y a la vez, es dinámico porque se encuentra en constante
transformación.
La evaluación se relaciona con la regulación de la acción - reflexión,
derivándose por ello la imposibilidad de evaluar aprendizajes a un nivel
neurológico y lo innecesario e imprudente de otorgar calificaciones. Permiten
si, la corrección y superación del error y la elevación de la autoestima y el
aprecio por el esfuerzo propio y el de los demás, mediante la autoevaluación y
la autocritica
Si realmente desean Uds. conocer más sobre el humanismo y sus proyecciones
contemporáneas les ruego leer el libro; Mi credo humanista que es una traducción
y selección de textos de Albert Einstein es allí donde leí este texto: “Si
anhelamos con sinceridad y pasión la seguridad, el bienestar y el libre
desarrollo del talento de todos los hombres no hemos de carecer de los medios
necesarios para conquistarlos.” Albert Einstein.
Les invito a visitar la página web: www.holismo.org sobre una visión más
consciente de cómo debe ser la educación de nuestra niñez, para lograr una mejor
ciudadanía.
Jorge Paredes Romero |
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