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Pensando en voz alta
Después de haber vivido muchos años,
con lamentables experiencias en diversas sociedades donde me ha tocado vivir y
me refiero a Perú, Chile, Bolivia y Colombia y tener referencias sobre otras
realidades, por medio de mis amigos, tras largas charlas muy específicas; incluso
en nuestro propio país, haber conocido lo que sucedía en diversas épocas, en
cualquier poblado de nuestra sierra sur, Puno o Ayaviri; haber trabajado en
lugares como Ilo, Mollendo o Tacna, haber viajado por el norte chico de Lima, o
el sur medio, en donde pasamos algunos años, compartiendo con gente de los
barrios, también de zonas rurales y pudientes, saber cómo es en realidad la
forma de vida en nuestra selva y lo que allí sucede, de lo cual estoy bien
documentado, puedo con certeza dar una opinión de lo que tenemos en Perú y cuál es el comportamiento de
la gente alrededor del tema político.
Muchos todavía creen, confían en los políticos, no obstante que cada gobierno termina
incumpliendo sus promesas electorales, siempre el elector tiene la esperanza que
el siguiente será mejor y esto vengo escuchando desde los años 50 con Odria,
hasta los 70 con Velasco Alvarado, o los 90 con Fujimori, el 2000 Toledo, ahora
con Ollanta Humala el 2014.
Es decir, la vida me ha permitido conocer trece presidentes en veintidós ciclos
de gobierno, unos democráticos
otros dictatoriales y reelegidos, que si puedo afirmar con toda seguridad, que
casi todos los
políticos terminan mintiendo y a lo largo de todo el mandato se la pasan dorando
la píldora, para disimuladamente dejar pasar el tiempo y culminar su ciclo
culpando a la oposición, al mercado de valores o hasta el fenómeno del Niño,
pero jamás fueron honestos al reconocer que les faltó programas, cuadros,
recursos técnicos, sobre todo voluntad para dar solución a los problemas prioritarios del país, solo
pudieron al final de su mandato enriquecerse y enriquecer a sus familiares y
amigotes.
Perú ha estado en la cuerda floja durante siglos, siempre esperando desarrollar
y siempre termina más empobrecido, cada día más saqueado, entregando sus
recursos a precios de regalo, enriqueciendo a transnacionales y a delincuentes,
que se posicionan en cargos gubernamentales para hacer de las suyas, concesionando el país, prácticamente repartiéndolo a diversas empresas, a las
cuales se presentan como tramitadores a cambio de prebendas y regalos y qué más querrá el gato si le dan la
despensa, y el país en abandono, supeditado al reclamo, a la huelga y los paros,
porque la población nunca disfrutó de salud digna, educación de calidad, gente
con trabajo estable y bien remunerado, porque la realidad siempre fue de recolección, es decir sembrar,
cosechar, encajonar y exportar; o socavar la tierra, extraer minerales, petróleo
y enviarlos al extranjero a precios regalados, jamás el país pudo dar valor agregado a toda su
producción, nos quedamos relegados a ser recolectores y exportadores de insumos
primarios, reitero, a precios de regalo; encima con los cuentos de los TLC y por si
fuera poco, liberar de impuestos a los chinos.
Eso no da trabajo a todos, pero
si Perú ingresara a una franca industrialización y diera valor agregado a su
producción agrícola, pesquera, minera, etc., otra cosa sería, nos faltarían
manos, entonces vendrían a trabajar aquí de otros países. Pero los peruanos
tienen que ir al extranjero a buscar un futuro, no importando qué hacen, lejos de
su familia, muchos mueren en el intento, etc., sufren humillaciones, exclusión,
maltrato.
Incluso cuando se da la ley de los CETICOS, también esas potenciales puertas de
salida para producción y con valor agregado, porque esa es la finalidad, terminaron
siendo puerta de entrada de chatarra, que solo trajo más contaminación y basura
al país. Encima de ello los congresistas formando loobies para defender a los
comerciantes empoderados en esas CETICVOS para renovarles o prolongarles la
permisividad de seguir trayendo chatarra y entonces ser legislador resulta
negocio y y rentable ya que no solo se trata de loobies sino de otros menesteres
como favorecer a los extractores de oro, a los mineros informales, a pesqueras,
y de paso llevar "asesores" fantasmas al legislativo.
La salud, solo con programas paliativos mas no de curación, política que
enriquece a la industria farmacéutica, transformando el ministerio de salud en
una agencia de la OMS y en oficinas sucursales de la farmacéutica mundial;
nuestros médicos se transforman en escuchas de los visitadores médicos y los
sistema de previsión social, como EsSalud y otros, no son más que compradores y
los pacientes en consumidores de fármacos paliativos, los médicos no se
esfuerzan en diagnosticar, porque saben que el sistema no se dedica a curar
porque saldrá muy caro curar al enfermo y no habrá para pagar las planillas de
los miles de recomendados por el sistema; después de todo, el país cuenta con
millones de gente desocupada, de modo que si muere un obrero, tres esperan
trabajo por menos sueldo, así que pase el siguiente...
La educación no es más que un remedo y quienes son formados en las universidades
como docentes, terminan siendo ejecutores de programas arcaicos e insuficientes,
de lograr el desarrollo de todas las inteligencias, con las que el niño nace,
apenas se puede lograr realicen operaciones y problemas de física de mala
manera, ya que el interés es que terminen sus estudios básicos de cualquier modo
y estén listos para echar a andar las pocas maquinas de los industriales y
empiecen a moler harinas o hilar lanas, para producir harina para los
panificadores, que siguen tontamente colocando cada mañana el pan a la mesa,
cuando pocos saben que no nutre, que solo es costumbre, que bueno sería que
consumiéramos maíz en arepas y plátano en patacones, entonces si tendríamos
mejor nutrición para empezar, pero no, seguimos enriqueciendo al grupo Romero,
con el trigo y las molineras y llenando el estómago con harinas y encima bromato
para que hinche y nos dé la impresión de ser grandes, solo un engaño. Ingenieros
de taxistas, maestros de ambulantes y el que no estudió termina robando.
Y qué bueno sería que nuestros niños pudieran desarrollar, pero de manera
integral todas sus capacidades y no se conformen con solo aprender lo básico,
pero si hasta en las universidades se dejó de lado la investigación y la
posibilidad de experimentar, la curricula es solo más de lo mismo de hace veinte
años y terminan su carrera como profesionales mediocres, que a final no
encontraran trabajo, y tendrán que ser cambistas, taxistas o vendedores
ambulantes.
El día que los políticos se sinceren consigo mismos, que empiecen a tomar
conciencia de cuánto daño nos han venido haciendo, desde cuando éramos niños y
que ahora podrían cambiar las cosas y dejar de comportarse como delincuentes y
sacar esa vergüenza del palacio legislativo, para entonces fiscalizar y ajustar
las tuercas a los jueces, a los policías y al mismo presidente entonces este
mundo cambiaría, porque la honestidad y la honradez empieza en casa, de modo que
los tres poderes del estado se comporten a la altura que corresponde a quien
ejerce poder, a quien gobierna y a quien legisla.
Daré la lucha desde donde me toque hacerlo, y espero que los demás peruanos
salgan a las calles a exigir, que desde el presidente de la república hasta el
último regidor municipal, empiecen a ajustarse las correas, pongan en orden su
conciencia y empiecen por lavar conciencias de los demás y entonces Perú pueda
el 2015 iniciar un nuevo año, con la esperanza que todo cambiará y entonces aun
siendo ricos, porque lo somos todavía, valoricemos lo nuestro y recuperemos los
valores morales y con respeto digamos; Perú es mejor, porque nosotros hemos
cambiado y somos mejores también entonces empezaré a recuperar confianza en los
políticos.
Jorge Paredes Romero
Periodista peruano
Registro FPP 7703
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