Escritos de Jorge Paredes Romero

desde Lima Perú


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2016 Es un reto para todos los peruanos

 

  Jorge Paredes Romero

Periodista y humanista peruano


He sido testigo ya de quince gobernantes en 67 años, es decir desde 1948 en que tenía 5 años y ya me daba cuenta de lo que sucedía en Perú, conocí a Don Luis Bustamante y Rivero, hasta el día de hoy, 2015, al Sr. Ollanta Humala Tasso y reitero la pregunta que hice hace años, en un comentario político titulado “Conductas electorales”, donde revisaba todos los gobernantes que conocí desde aquella fecha en que residía en Arequipa y cómo, a raíz de la Revolución de Arequipa me trasladaron a Mollendo.

¿Podremos cambiar, a partir de ahora, las estadísticas presidenciales?

Tenemos 112 presidentes en 194 años republicanos, lo cual indica un promedio de un año y medio por mandato.

Los cargos han tenido diversos orígenes teniendo las siguientes referencias:
Por Juntas Notables: 3.
Por Delegación 17.
Por Elecciones: Solamente 23
Por Congreso: 20.
Por Reemplazo: 23.
Por Golpe de Estado: 26.



Tal como van las cosas a la fecha, Julio del 2015, con una cantidad enorme de escándalos en los tres palacios, de los tres poderes del Estado y en otros palacios más en el país, estando ya en plana carrera electoral, donde ya se están dando los nombres de los candidatos y se vienen limando asperezas en otros partidos y movimientos, con la finalidad de presentar el candidato respectivo, la incertidumbre ha crecido, ha rebozado ya lo calculado, de tal modo que cualquier cosa podría suceder, desde un golpe de estado al recrudecimiento del terrorismo, alimentado por una escalada de protestas, a la par el estallido de conflictos sociales que están anidándose en todo el país, debido a comprensibles reclamos todos por los abusos de una elite, a la cual se le ha venido concediendo alegremente el país, a espaldas de los pueblos, las comunidades y con la venia de quienes deberían hace rato ya haber levantado su voz y me refiero al Congreso, a la Defensoría del Pueblo, entre otros.

El gobierno se ha convertido en un tirano, una dictadura, con el respaldo de las fuerzas armadas y policiales y con el silencio cómplice de la Comunidad Internacional y es que ellos también resultan ganadores de todo esto, México Chile, Bolivia, EE. UU. Europa, por citar algunos países beneficiados y que ahora callan.

Sin embargo, a la par que se viene dando todo este pandemónium, se está también debatiendo sobre lo que debe hacerse y han surgido foros de discusión sobre cuál debería ser nuestra actitud como electores para abril del 2016, porque esa será la fecha en la cual se lleven a cabo los comicios correspondientes, si no sucede algún imprevisto o no se diera algo que muchos piensan, incluyéndome, un autogolpe que perpetúe en el cargo al Sr. Ollanta Humala y eso si sería el acabose, porque significaría recién el desenmascaramiento de todo aquello que se ha venido planificando durante años y que esto que hemos visto y vemos, solo es una puesta en escena de algo previsto, dentro de los cálculos de dos grupos familiares que lo tenían ya planificado, desde hace muchos años atrás.

De ser así, de nada servirían los preparativos y los dimes y diretes que se escuchan y leen, porque son los sucesos en los pasadizos políticos y de no darse ello entonces, tendríamos una sorpresa para el 2016, algo no previsto, salvo que el pueblo debidamente preparado y con los pantalones bien puestos, haga uso de su poder y significancia de su identidad, fortaleza para no solo colocar en el cargo a quien verdaderamente corresponda y signifique el cambio, sino que sean las reformas esperadas durante tantos años y por fin en base a un movimiento con identidad que es lo fundamental, con patriotismo y nacionalismo a toda prueba, se recupere el país y todas sus recursos para beneficio de los peruanos y no de los que han venido saqueando el país en complicidad con los que recibían el encargo de parte nuestra para representarnos y lo único que hacían era facilitar las cosas de los saqueadores, significando esto beneficios económicos para los políticos de turno, de allí que se les viene diciendo que son: delincuentes disfrazados de políticos.



Ya el análisis está hecho, ya los delincuentes han sido identificados, pero lamentablemente no han sido llevados al banquillo, solo han sido algunos señalados pero no llevados a juicio, tampoco los cómplices, que son miles y muchos de ellos siguen ejerciendo cargos como alcaldes, gobernadores regionales, congresistas y como funcionarios en todo el país, es decir están empoderados y amparados por la impunidad y ello dificulta el enjuiciarlos, además con un Poder Judicial pútrido, es imposible realizar un juicio, que comprendería repito, a miles de personajes, a quienes se les caería el moño de una vez por todas, después de haber estado cometiendo latrocinios por más de cuarenta años, que es donde recordamos los adultos de ahora, pero que es algo que siempre ha sucedido en nuestro país, en las postrimerías del siglo XIX cuando la Guerra del Pacífico, durante la confederación que justamente la imposibilitó, aun en momentos de la Guerra con España, cuando estos quisieron recuperar lo que comprendieron es valioso y aun mas allá, cuando recién corrían los primeros años de la llamada independencia del Perú, que a mi juicio no es tal y lo he demostrado fehacientemente.

De modo que en Perú hay que poner orden, muchísimo orden, empezando por concretar la auténtica independencia, limpiando los tres poderes del Estado de la corrupción enquistada, fumigando el país para que sean expulsadas todas las ratas que están en los escondrijos políticos, esas ratas que se han adueñado de los bastiones que significan cada región, se debería entonces perfeccionar lo que se ha llamado regionalización, que no ha sido sino el cambio de nombre de los departamentos y creando 25 nuevas planillas doradas para nada, saneando todas las instituciones del Estado, todas, desde la policía, las fuerzas armadas, la Contraloría, las agencias de tributos, las municipalidades, diversos organismos supuestamente de apoyo, reordenando y formalizando los programas sociales, perfeccionando algunos, eliminando otros, fortaleciendo los cuatro pilares fundamentales: salud, educación, trabajo y seguridad, reordenando la previsión social, revisando la deuda externa , exigir que el BCR sea consecuente con sus atribuciones, que la minería nacional sea fortalecida y formalizada y así muchos otros temas necesarios, de ordenar y fiscalizar.

Entonces recién sería el inicio de un proceso consecuente con el desarrollo que necesitamos y al cual tenemos derecho, sobre todo por ser dueños de riquezas no solo materiales, que son los recursos renovables y no renovables, sino la fuerza laboral y la energía moral de un pueblo, con una identidad reforzada y reconocida, con una poderosa riqueza que nos daría una reserva muy poderosa, que ha venido siendo saqueada inmisericordemente, a vista y paciencia de nuestros “gobernantes”, los cuales han traicionado al país, a los electores; se procedería a reordenar la sanidad, la educación, las nuevas fuentes de trabajo y sobre todo a darle seguridad al país y a la población, lo primero será la seguridad ciudadana y lo segundo la previsión social, que debería retornar a manos nacionales.


Los medios de comunicación deberían retornar a su función natural y no seguir divirtiendo y distrayendo a la población, con programas de contenidos basura, perjudicando a niños, jóvenes y adultos, mercantilizando al ser humano, a la mujer, llevándonos a un consumismo irracional y distorsionando los contenidos culturales e informativos, que deberían llegar a la población para fines más superiores y no los perversos que ahora se vienen desarrollando, con la permisividad de un Estado complaciente, porque le es conveniente todo ello, para seguir llevando a la población a la dependencia y a la ignorancia, acompañados con la indolencia y abulia también necesarias, para que se den las cosas conforme lo quiere el Sistema, es decir conseguir una población dependiente, explotable y abusada.

Porque eso ha estado sucediendo, con jornales de limosna, con mujeres esterilizadas, con ayuda social desordenada y humillante, con un legislativo inútil, un poder judicial de negocio y un ejecutivo improductivo y sin capacidad ni de gobierno, ni que infunda respeto, mucho menos de profesionalismo capaz de llevar al país a derroteros de mejor valía, sino solo a una hibernación o adormecimiento poblacional, con la finalidad de seguir cometiendo sus tropelías, mientras el Sistema extraía las riquezas del país por la puerta grande, mediante tratados oleados y sacramentados, por un congreso complaciente con el delito, porque para eso se hicieron elegir, para darle el sello a los TLC., a los contratos mineros, a los contratos de los hidrocarburos a la ausencia de flota mercante, otra pesquera, una línea aérea de bandera, a la libre concesión de nuestro territorio y al desarme de nuestro país, sobre todo a la condición de vulnerabilidad en la que estamos ahora.

Todo esto y mucho más, es culpa de los sucesivos gobiernos endebles y nada benefactores de la población, solo han beneficiado a las transnacionales, a los países vecinos, a los poderosos del país, a quienes han permitido construyan imperios, en base al desangramiento de los peruanos, a la erradicación de las comunidades aborígenes, al desmantelamiento de la floresta, a la contaminación de los ríos y lagunas, al regado del país de enormes basurales químicos, que son los relaves, al endeudamiento mayor, tanto del estado como de las personas, a quienes se les facilitó plástico valorado, incluso se les permitió extraer sus CTS., para fingir que tenemos dinero, ofendiendo a la ahora cada día más empobrecida población, ampliando la brecha entre los que más tienen y los que menos pueden, es decir han creado condiciones cada vez más difíciles de superar, que justamente son el caldo de cultivo para el descontento y el surgimiento de la violencia, muchas veces iniciada por las fuerzas llamadas a cuidar el orden.


Perú debe considerar el 2016, como la mejor oportunidad para asumir el reto hacia el cambio, de allí que es la hora perfecta para debatir, conversar, dialogar en familia, en el barrio, en el distrito, sobre lo que realmente debemos hacer para construir ese cambio y procurar que en abril del 2016 tengamos toda la iluminación posible, para elegir a quien realmente le conviene al país y a la población, para dejar atrás toda la podredumbre que nos ha venido haciendo daño por muchos años, tenemos derecho a vivir en paz y buscando nuestra felicidad y no estar enfrentados, si todos somos hijos de una misma nación, una misma patria, que requiere de todos nosotros para ser una nación de primer orden, en un mundo que debe respetarnos como una nación con identidad, con riquezas y con valores.

Jorge Paredes Romero
Periodista y Humanista peruano

 

 
 

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