Abril del 2016

Jorge Paredes Romero

Periodista y humanista peruano

Estamos a puertas de un nuevo evento electoral, será en abril del 2016 y los peruanos en edad de votar no están debidamente preparados para ejercer su derecho en esa fecha, hay una especie de aturdimiento, como si de pronto todos tuvieran obligadamente que seguir los derroteros de las encuestas, de los titulares o de ciertas presentaciones en televisión y por último a lo que cada candidato diga en su discurso de cierre de campaña, de modo que no se tienen elementos suficientes para discernir, de otra manera que no sea las anteriormente expuestas.

Por eso es que hay una especie de “directiva”, de ponerle énfasis a las encuestas, porque ellas serán las que “induzcan” al electorado a tomar una decisión (un electorado que pensará que efectivamente esas son las tendencias, cuando no sabe que todo eso ha sido amañado “comprado”, elaborado, para influir en los no informados) y ahora ya sabemos pues que muchas de esas encuestas, por no decir todas, son prefabricadas, que nada de ello es verdad, todas han sido calculadas de tal manera que puedan dar una imagen de credibilidad, cuando la realidad es otra.

Ya nada de lo que podemos ver en los diarios o en la televisión resulta creíble, ni siquiera las denuncias, porque las tales también muchas veces son prefabricadas, de modo que cuando digo que hay una especie de aturdimiento no estoy alejado de la verdad. Hoy es fácil crear un ambiente negativo para determinada persona, pues sencillamente elucubran todo un libreto y salen a los medios incluso a las redes sociales a levantar infundios y sobre ello gracias al fenómeno del “teléfono malogrado”, una notica tal se convierte en toda una “peliculina”, una novela, con todos los agregados conseguidos en la ruta de las habladurías más los dimes y diretes, de tal forma que cuando menos pienses ya tienes toda un alud de suposiciones, empiezan a crear memes y en menos de lo que canta un gallo tienes armada toda una película sobre tal o cual escándalo y si a ello le suman imágenes forzadas, pues ya tienes todo un “notición” que no necesariamente es cierto, pero de aquí a que alguien lo desmienta, pues correrá mucha agua bajo el puente, mientras tanto ya el daño está hecho y los comentarios echados a rodar que será muy difícil luego desmentirlo todo.

O sea que manchar honras es muy fácil, gratuito y funcional. Si todo lo bueno pudiera regarse, de la misma forma que se riega lo malo, otro sería este mundo. Además, no tienen cómo enlodar a determinado personaje, en todo caso es fácil asirse de inconductas del entorno, para inculpar a la figura central y este tenga que cargar toda la culpa, como si fuera el actor directo de tales inconductas.

Se dice que “en la guerra todo vale” y valiéndose de tal argumento, pues los jefes de campaña rivales, urden de todo, utilizando mil y una estrategias, para devaluar todo cuanto se refiera al contrincante que se encuentre cerca en la contienda electoral, convirtiéndose una campaña electoral en una guerra sucia, en donde todo vale y lo maquiavélico queda chico, porque aquí se recurre a todo, con tal de ganar la contienda electoral. De todo esto es el Sistema el que tiene todas las ventajas, pues tiene de su lado los medios, la economía, y por último el argumento más enérgico de todos, la muerte, porque ya hemos visto como más de una vez en estas contiendas electorales, se echó mano del sicariato, para sacar de carrera a quien represente un peligro para el mafioso, que tiene calculado ganar a toda costa, incluyendo “sicarios intelectuales”, que no asesinan con balas, pero sí con prensa y titulares y como dije antes, infundios.

Hoy todo ha cambiado, siempre existió la pugna de los poderes en los eventos electorales, pero todo ha cambiado. Para muchas personas les resultará difícil entender esto, pero es tan cierto como que estamos en la tierra, donde solo hasta 1999 en Perú se vivió la niñez, a partir de allí se empezó a vivir dicha etapa de otra manera, ya ano habían trompos,. Cometas ni las muñecas, menos los boliches ni las escondidas, todos tienen su Smartphone en mano, y por allí se iba adoctrinando a nuestros hijos, llevándolos a una cultura de violencia y del morbo, pues empezamos a estar a merced de la tecnología cada día más innovadora y esta misma tecnología es la que ahora se utiliza para atrapar a los incautos y llevarles de las narices “al matadero”, perdón, a las urnas electorales y allí terminen marcando por el representante del Sistema o por el que más tarde se transformaría en el más manejable y esto ha venido sucediendo durante muchos años en Perú. A fines del 2000 se dieron acontecimientos, que son los que marcarían a determinados personajes como los objetivos electorales, para más adelante y pues que si funcionó, por eso es que a partir del 2011 tuvimos nuevamente en la palestra, a quien nos ha tenido esclavizados durante cinco años, esclavizados a la rueda del molino, y nosotros solo levantábamos la voz y en ese trajín algunos perdieron la vida, mientras ellos seguían embolsicando dinero y llenando sus arcones con el oro de una conquista que aun no termina, seguimos en ella…

Y quienes deberían ser los primeros en protestar, los medios de comunicación, fueron más bien los últimos en enterarse, “ya que ni cuenta se dieron”, porque estaban entretenidos en los romances de las divas, en los ”chapes” de los estrellados futbolistas y en las movidas de las bataclanas de turno, en las licuadoras, quienes con su videos porno incluidos, armaban tremendos melodramas, lo que les proveía más fama y dinero, mientras el Sistema barría con todo, porque la población estaba tras los pasos de “los guerreros” y los “combatientes” o quizá tras de sus artistas favoritos, de la voz y del gran show, lo cierto es que el circo cuyos comandos están en manos del Sistema, hacía de las suyas, “recreando” a poblaciones embrutecidas y estupidizadas de manera colectiva.

Hoy tenemos que tomar una decisión, debemos recuperar la calma y decidir por quien en realidad votar, no podemos caer en el voto en blanco, ni en el viciado, debemos decidir por una persona, por un equipo, por un partido, de modo que todos debemos trabajar, ello significa reflexionar, tomar conciencia y ello que nunca se nos enseño, debemos aprenderlo y es posible.

En principio una buena parte de peruanos estamos esclavizados, de muchas maneras, una de ellas es que se nos ha privado de una educación integral y en ello debemos considerar que hemos dejado de tener espiritualidad y ello no es religiosidad, no, espiritualidad es tener noción de quienes somos nosotros mismos, darle sentido a nuestra existencia y darle valor a nuestra presencia en esta realidad. Eso es tener conciencia, es tener noción del valor personal, del significado de nuestra existencia, de la proyección de ella en este territorio que también viene a ser la concreción de una conciencia social, la cual también hemos perdido, ya que no la hemos asumido, entonces hemos perdido identidad, le hemos dejado de considerar. Al no tener conciencia nuestra, tampoco de la nación, de la patria y de su proyección en el tiempo y en el espacio, es que hemos perdido interés en asumir responsabilidades y casi como que hemos dejado a que otros sean los que asuman tal responsabilidad, por considerarlos más capaces, más profesionales, más sabios, cuando somos nosotros los que en todo momento hemos debido tomar la palabra, tomar el mando, ejecutar acciones, de allí que siempre hemos elegido gobernantes, cuando lo que debimos hacer es identificar y elegir líderes, verdaderos representantes y no dictadores, reyezuelos, caudillos, los cuales se rodearon de un entorno mafioso, que hizo y deshizo cuanto le dio en gana de las alforjas nacionales.

Desde los gobiernos locales nos hemos acostumbrado a delegar, elegimos y volteamos el rostro fiscalizador y volvemos a nuestras urgencias que siempre fueron tales, porque siempre nos tuvieron hambreados, necesitados, es más, dependientes de la ayuda social, de la dádiva, del comedor y del vaso de leche, del cupón mensual, para luego transformarnos en los que aplauden, los que dan vivas y subimos a los buses cuando se nos convoca, para lanzar vivas por el “papito bueno” o la “mamita regordeta” que nos regala bolsitas de alimentos o por el que nos da becas de estudios a unos cuantos, no señor. No necesitamos limosnas, requerimos salud universal y gratuita, educación gratuita y también universal, trabajo en base a nuestros insumos dando valor agregado, seguridad debidamente encargada, a quienes reciben de nosotros armas y educación y no que luego la concedan esa seguridad a las mineras, bajo contrato firmado y sellado (alquilada).

Recobremos entonces la calma y reflexionemos con seriedad, tengamos reuniones familiares, de barrio, en el trabajo, en las escuelas, todos tomemos conciencia que en abril del 2016 debemos decidir por un líder, que nos lleve al desarrollo y en el camino tenemos que exigirlo y no dormirnos en nuestros laureles, porque elegir es apenas el primer paso, luego vendrán los trabajos de seguimiento, de fiscalización, de crear medios de prensa que signifiquen nuestras voces, porque si los medios de prensa que existen no van a dedicarse a lo correcto, entonces apaguemos el control remoto, dejemos de comprar diarios, al fin y al cabo solo son publicistas a un consumismo innecesario, ya que pagamos por comprar volantes o por escuchar engañosos avisos publicitarios, adornados por cimbreante glúteos que nos inculcan a comprar tal o cual cosa y a la par siguen con sus programetes basura que nada bueno nos aporta.

De nosotros entonces dependerá el cambio, quizá de ternas diferentes a las que estábamos acostumbrados a ver antes, no dejemos que la esclavitud continúe, que el próximo presidente sepa consensuar, recurrir a otras alternativas democráticas, para recuperar el país de las manos de la corrupción, que sepa escuchar y que tenga la sensibilidad suficiente para identificar a los peruanos y no tengamos como presidentes a extraños, de etnias diferentes, ni del norte ni del oriente. Pensemos siempre en Perú, porque todo cuanto hagamos digamos y pensamos sea a partir de este momento: POR EL BIEN DE PERÚ

 

Jorge Paredes Romero