Perú ha sido siempre un país proveedor de materia prima y mano de obra baratas, siendo un país inmensamente rico, pero lamentablemente administrado por una casta de sanguijuelas, que lo único que han hecho es depredarlo y regalarlo, sea por convenios comerciales o por guerras perdidas de antemano. Por los cuatro costados nos han menguado territorio, aún hoy nuestro mar es invadido territorialmente por el país del sur y con flotas pesqueras de allende los mares, con permisos de corsarios premunidos de tecnología de punta, aún con ayuda satelital, embolsan millones de toneladas para mercados foráneos, mientras nuestra pesca artesanal languidece y lo poco que recogen sus maltrechas redes sirven para mal alimentar a un pueblo adormecido, por las doctrinas emanadas de un sistema de gobierno corrupto y permisivo, entrampado en la improvisación, precariedad e informalidad.

Un sistema de gobierno que carece de planes y mas bien se dedica a las rencillas domésticas por acceder a mas poder. Me los imagino como una manada de fieras, arañando y mordisqueándose por devorar a la presa herida que nada puede hacer por escapar a su destino.

Lo de Choropampa es alentador y lo de Tambogrande puede resultar aleccionador, es ejemplar el pronunciamiento del clero local, porque el nacional se ha desentendido del tema. Razones tendrá...

Pero en el país hay muchísimos ejemplos de cómo ha perjudicado el intervensionismo minero, dañando nuestra tierra que es eminentemente agrícola. Somos un país que requiere subsistir y no comeremos metales, menos si la extracción de los mismos nos acarrea muerte y peor aún sacrificando la producción primordial que resulta del quehacer agrícola.

Perú, teniendo descuidada esta actividad, la cual se retroalimenta solo de promesas muy de moda en la actividad política, languidece de hambre y tiene que importar alimentos, lo cual aprovecha determinado sector importador, que aglomera poder bancario, portuario, transporte, almacenamiento y comercialización para hacer de las suyas. Para ello se ha premunido de los mecanismos suficientes para salvaguardar sus proyectos hambreadores, se ha coludido con una serie de gobiernos usando para ello el poder adquirido desde hace 35 años. Pero así como existen esos grupos de poder también está renaciendo un clamor desde las entrañas de un pueblo, que ha tomado conciencia que no puede vivir permanentemente avasallado y postergado. Perú viene desde hace siglos proveyendo insumos a Europa y Norteamérica fundamentalmente, recursos que luego serán transformados y adquirirán valor agregado y retornaran por los mismos puertos que salieron, pero a precios elevadísimos, producto de la mutación industrializada de la que ha sido objeto. El cobre que salió en naves inmensas retornará en computadoras y artefactos plusvalizados; las lanas de nuestros camélidos retornarán en prendas de vestir de altísimo precio; productos de la selva, vendrán envasados, en cápsulas e inyectables; el oro que se fue en barras, al costo de vidas de obreros peruanos, servirá para una casta exigente y privilegiada y aún para instrumentos de precios inaccesibles para el pueblo que lo extrajo; el petróleo nuestro tiene que realizar un larguísimo viaje para ser perfeccionado en refinerías, cuya tecnología está vedada para nosotros. Con decir que, Perú, antaño no podía fabricar ni siquiera navajas de afeitar y teníamos que importarlas de los EE.UU. Hoy nuestra gente tiene que alimentarse con carnes congeladas que vienen del extranjero a menor precio que la carne nacional, debido a que escasean los pastizales, ya que nuestras aguas fueron contaminadas por siglos, nuestras tierras expoliadas por transnacionales metaleras, a quienes les interesa extraer los preciosos e industriales minerales de las entrañas de la tierra, sin importarles cuanto contaminan en los pocos años de explotación y esa contaminación será permanente o por muchísimos años. Antes se decía que donde pisaba el caballo de Atila no crecía el pasto, hoy se puede decir que donde explotan estas empresas mineras sucede lo mismo.

Tenemos el ejemplo del Valle de Tambo, en Arequipa, donde han desaparecido ciertas especies frutales y vegetales y las que sobreviven son de calidad disminuida; nuestro mar del sur, que conocemos muy bien, es ahora escasa fuente de especies marinas, han desaparecido algunas; la anchoveta, antaño nuestro orgullo, es ahora extraña; el caucho ya ni lo recuerdan; azúcar, arroz, lo importamos, hasta las monedas se hacen fuera, es decir Perú es incapaz de transformarse en un estado industrializado.

Recordemos que en alguna oportunidad se crearon los CETICOS, con la finalidad de darle valor agregado a nuestra producción para que sea exportada y ello nos permita tener una balanza comercial mas aceptable, pero hasta esos potenciales polos de desarrollo se convirtieron en importadores de vehículos descartados y siniestrados de otras latitudes, mientras que la idea original era desplazada.

Hoy el país se encuentra superpoblado de vehículos que en otros países han sido descartados, produciéndose en nuestras narices una marea contaminante que provoca males bronquiales y respiratorios, muy alarmantes, especialmente en nuestra niñez, lo cual a su vez produce enfermedades discapacitantes en nuestra población, con pueblos que desconocen saneamiento urbano, sin pistas, veredas ni desagüe, con conexiones de agua potable que colapsan aún en el centro de la capital.

Este país donde los políticos ganan sueldos fabulosos para dedicarse a sacarse los trapitos al sol entre ellos; donde el servilismo de un politicastro le es útil al otro, que lo sobrelleva como una muleta, por sus escasos recursos de gobierno. Donde el que asciende al cargo aprovecha la coyuntura para proveer empleos con excelentes salarios a sus familiares y amiguitas, ineptos en el cargo adjudicado; donde se aprovechan recursos fiscales para parrandas con prosti vedettes incluidas y hoy estamos espectando cual caza de brujas, a una retahíla de presidentes de gobiernos regionales cuestionados por malos manejos, malversación y corruptela. Por eso decíamos hace un año, que se nos avecinaban 25 nuevas posibilidades de despilfarro y desmanejo y hoy somos espectadores de ello, aparte de nuevas veinticinco planillas doradas.

Pero, cuantos problemas hay en Perú? Y dónde está la raíz de estas patologías?

Hay problemas en el área de salud, con un sistema de administración compartida y CLAS (Arequipa ) con serios problemas administrativos, con un SIS que nació anémico y con carencias, con un sistema de Seguridad Social colapsado por los mismos problemas de otras instituciones, una administración corrupta y sostén de una empleocracia privilegiada que absorbe gran parte de su presupuesto, con sueldos que bordean los veinte mil soles de promedio, mientras que la planilla de quienes realmente sostienen el organismo con su trabajo acceden a sueldos de hambre que bordean los 700 soles (Doscientos dólares que un privilegiado se gasta en minutos de placer), mientras que el gasto en medicamentos apenas llega al 10% de su presupuesto frente al 53% de planilla, ya que EsSalud es una agencia de empleos del sistema de turno, mientras siguen convocando Voluntarias que no reciben un sol de pago, quienes hacen la mayor del trabajo.

Por eso alguien se refiere a las pensiones como una “carga social” , cuando debieran referirse a una responsabilidad social, a la que accederán tarde o temprano y de la que se preocupan sea alta.

Hay problemas en el área educación, donde los programas sufren cada lustro una reforma aparatosa, que enreda la calidad educativa de una altísima población escolar, que aprueba cada grado contemplando contenidos que en nada favorecen la adquisición de aprendizajes verdaderamente útiles para el desarrollo de la población escolar, la misma que no accede a información útil, sino mas bien se facilita modelos equivocados mediante programas de televisión reiterativos y retrógrados, deformantes y hasta denigrantes.

En la pantalla chica, lejos de ser espectadores de programas que proveen información y recreación nos procuran bataclanas y homosexuales, invertidos y hasta transexuales, chiflados “artistas” todos orientados por productores extranjeros que lejos de ser modeladores se transforman en deformantes de nuestra niñez; es vergonzoso imaginar los comentarios de quienes por casualidad puedan vernos en el extranjero a través del satélite, aunque teniendo el cable para quienes con poder adquisitivo desechan los canales comerciales, que son los canales del pueblo.

Los medios de comunicación contagiados por esta especie de marea nefasta producen programas con “seudo cómicos” que recurren a la replana y a la coprolalia para, dizque, hacer reír al pueblo, como si con ello llenáramos nuestros estómagos y obtuviéramos cultura y educación. Todo eso es parte de lo establecido y planificado para proveernos escaso pan y abundante circo, espectáculos que hasta de sectores políticos nos llega, ya que ellos también contagiados se prestan a entrevistas en donde se incluye el baile ridículo y la declaración destemplada que les acarrea perfil en determinado momento que lo necesiten. Allí donde surge la enfermedad y la desgracia, aparecen los politicastros, cual buitres en busca de carroña. Es necesario una denuncia de una comisaría desamparada, para los políticos prestos acudirla, como si con ello solucionaran los problemas del país.

Alguien me dirá : ¡ Pero algo es algo! He ahí el detalle, estamos acostumbrados a soluciones fáciles, a mendrugos y a buscar la foto, pero nunca a trabajar por la sociedad en pleno.

Alguien en un diario dice que lo que hace falta es mayor comunicación entre los inversionistas y los políticos, que estos últimos están trabajando para sus propios intereses personales, que los inversionistas y empresarios nacionales no solo se preocupan por engrosar sus cuentas bancarias sino también por el bienestar social ¡ Gran mentira! Si así fuera entonces tendríamos precios sociales y no costos inflados, donde el producto comprado por ello, en camionadas a un productor, a diez céntimos el kilo aparece en los supermercados a sol el kilo. Los inversionistas y empresarios buscan multiplicar capitales geométricamente, la aritmética se quedó para el pueblo y no digo “sus” capitales porque nunca lo fueron. Esos capitales que manejan los “inversionistas” son la suma global de los dineros del pueblo, de allí el susto que se vienen dando los dueños de las AFPs en caso que se liberalice el traslado de sus asociados y retornen al sistema público de pensiones, ello les pondría en un gran problema porque de dónde obtendrían liquidez para respaldar dichos traslados? Los dineros obtenidos de los aportes a las AFPs se encuentran todos invertidos en empresas e industrias y la mayor parte en el extranjero, de manera que los capitales que mueven esas empresas e industrias son dineros del pueblo, como también los presupuestos de la Seguridad Social son los aportes de los millones de trabajadores de Perú y las CTS depositadas en los bancos también sirven de soporte para las empresas de los banqueros, por ello que una noticia como la ocurrida en el tiempo de CLAE es terrorismo financiero y ello propició la debacle de algo que tal vez nunca se hubiera producido ya que fue elaborado bajo un sistema piramidal, donde muchos aportan y pocos retiran, pero a un retiro en masa no había de donde devolver lo depositado, todo se encontraba invertido y probablemente malversado. Ese mismo fenómenos se repitió en otras entidades de ahorro y crédito, bancos y cooperativas en el pasado fueron entidades en quiebra y sus “ahorristas” burlados. Todo esto es parte del folklore nacional, permitido en un sistema informal, precario y corrupto.

Hoy se habla de la necesidad de un frente pluralista, que se anuncia mesiánicamente para salvar al país, para recobrar credibilidad, muy venida a menos con las ultimas experiencias de gobierno que hemos tenido. El pueblo se encuentra terriblemente decepcionado pero aún tiene esperanza y ello nace de sus propias luchas, de sus reclamos y marchas, de sus pronunciamientos y enfrentamientos a quienes pretenden arrancarles sus riquezas, hoy es Tambogrande y Choropampa mañana podrá ser otro el centro de la noticia. Hoy se denuncia a EsSalud y a un Ministro, mañana podrá ser a un Presidente Regional o Nacional, ayer ser denunció a ministros, generales, jueces, congresistas, quienes están tras las rejas, todo ello denigra a un país que clama por ayuda internacional, donaciones que sirven para enriquecer mas a los que robando se hicieron ricos. Por qué tenemos que ser mendigos si teniendo riqueza no aprendemos a administrar lo nuestro? Por qué permitimos que nos engañen, mientan, timen, y roben nuestra voluntad, arrastrándonos tras de listas de gente que solo saben prometer, mentir y hablar bonito, creo que debemos hacer un alto en el camino y dejar de pensar en los tradicionales políticos y escuchar con mas atención a nuevas voces, a gente que no tiene techo de vidrio ni rabo de paja, a nuevas sangres que pueden tramitar ante los gobiernos y organismos extranjeros modelos de economía saneada y programas que procuren el desarrollo de nuestro país, que busquen el reconocimiento de nuestra riqueza y que hagan sentir su voz de protesta ante el utilitarismo y despojo para recobrar una vida mas digna, sin consumismos, pero dando prioridad a necesidades por mucho tiempo desatendidas, como son salubridad, educación y trabajo, volviendo el rostro a una agroindustria y pesca de consumo y exportación, buscar créditos blandos, invertir el proceso de robo mediante la política, moralizar el país, desde el policía hasta el maestro; del panadero al laboratorio de medicinas con calidad y así saldremos del atolladero en el que nos han tenido una casta de aprovechadores de nuestras limitaciones, en la cual nos entramparon ellos mismos para hacernos mas dependientes y manipulables.

Jorge Paredes Romero