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En medio del forcejeo
demagógico por los sueldos del funcionario público, Presidente,
Congresistas, Alcaldes, etc. etc.; con el rumor callejero del descontento
social; la protección que Japón brinda al ex presidente prófugo, el
escándalo continuo sea de los familiares del presidente o funcionarios
cuyos hijos reclaman paternidad, o de otros que adulteran sus datos; la
reunión de los banqueros que nos presionan con medidas y recetas de cliché
que a la larga fracasan; las exigencias y cobranzas de los organismos
financieros internacionales,
nuestro país continúa sobreviviendo y nuestra gente sigue estirando
sus magros ingresos para hacer frente a la satisfacción de necesidades
primarias como salud, alimentación y educación de nuestros hijos.
Sin embargo, tenemos un
nuevo dato estadístico que nos revela la precariedad en la que vivimos y
los efectos de ello en desmedro de la seguridad ciudadana y es que frente
a cifras como esta debemos comprender que la desesperación debe ser la
sensación de cada mañana.
Cerca de medio millón de personas desempleadas solo en Lima Metropolitana
(Fuente INEI - Informe de Empleo Nº 3) eso indica que el 12.5% de la
población de Lima no tiene empleo ni que hablar del sub empleado es decir
de aquel que no llega a ganar el sueldo mínimo vital que en nuestro caso
es S/. 415.00, que ya es insuficiente para que una familia pueda vivir, ya
que está establecido que la canasta Básica Familiar es de S/. 1,200.00
mensuales, cifra discutible.
Entonces
estamos frente a un fenómeno social de emergencia, en donde cunde el
hambre, la enfermedad y la precariedad de vida.
Unido
a esto tenemos que la educación peruana pasa por una honda crisis de largo
tiempo, en donde carecemos de infraestructura adecuada, considérese aulas,
mobiliario y material didáctico, además de programas verdaderamente
funcionales para permitir que nuestros educandos logren sus objetivos y de esa
manera obtengan la preparación suficiente para remontar el atraso que nos
viene aplastando durante siglos.
Un
país con enfermedad, hambre y educación deficiente, es fácil victima del
deterioro y por ende susceptible a la explotación de los poderosos, que
frente a las debilidades disponen de mano de obra barata y reciclable,
donde la ausencia de un obrero es fácilmente suplida por otro que
presionado por el hambre sucumbe ante la menor oferta salarial, renuncia a
beneficios como vacaciones o compensación por tiempo de servicios e
incluso acepta no ser considerado en planillas y por ende en la seguridad
social, que no obstante ser deficiente compensa en algo la necesidad de
atención en determinados momentos.
La
seguridad social es apenas dadora de consultas y medicamentos muy básicos,
que permiten que el paciente no se muera y ello hace crónicas muchas
enfermedades que bien tratadas sería erradicadas por completo del
organismo humano.
El
día de ayer 1 de Abril del 2004 se dio inicio a las labores escolares en
todo el país, incluso el Presidente de la República se hizo presente en un
Centro Educativo en donde una
vez mas uso el florido lenguaje para sus promesas de siempre, promesas que
serán cumplidas a medias o simplemente olvidadas, ya estamos acostumbrados
a ello.
Pero
paralelamente a ello tenemos imágenes, en la televisión, de aulas
derruidas, grupos de alumnos que reciben clases en la calle, sentados en
largas bancas y apoyando sus cuadernos en las rodillas, incluso la
precariedad funcional permite que un niño muera luego de rodar por unas
escaleras de un centro de estudios capitalino.
La
exclusión se hace noticia y junto a ello la ignorancia de quienes se
supone deben tener información de primera. Son excluidos dos niños, una
que sufre el VIH. y el otro de epilepsia, argumentándose que son
enfermedades contagiosas. ¡ Increíble, los maestros tienen esa información
¡
En
la capital de la república existen miles de colegios pero muy pocos
cuentan con locales aparentes para reunir a miles de estudiantes, es
decir cuentan con estructuras
seguras, maderos idóneos y programas medianamente aceptables y me refiero
a los centros educativos particulares donde las pensiones son cientos de
dólares mensuales, pero los centros estatales han tenido que disminuir su
capacidad de alumnado para el cual fueron construidos, por tener aulas
derruidas, servicios colapsados, incluso con deudas de pago de luz, agua,
etc. y aún locales que están en juicio de desahucio.
En
los conos de Lima la situación es peor, sus centros educativos que fueron
parchados durante el fujimorato, detalles que fueron muy bien
promocionados por los medios de comunicación vendidos, alquilados al
sistema imperante, para enviar imágenes a la comunidad internacional y de
esa manera justificar los donativos que recibían pero que lamentablemente
eran utilizados para beneficios de funcionarios, familiares y
testaferros, que hicieron de
ello un negocio nacional.
Con
la disculpa de combatir la pobreza se levantaron y aun se sigue haciendo
donaciones internacionales de muchos millones de dólares, llegaron al
puerto containers de ropa, útiles, medicinas que se desviaron a
negociados, mientras el mismo presidente era televisado repartiendo polos
en las alturas, la serranía, para luego festejar con pachamancas y bandas
musicales el robo descarado que se hacia, a vista y paciencia de
autoridades quienes eran cómplices de tales actos delincuenciales y de
lesa humanidad.
Hoy
mucho de aquello se continua haciendo, los autores han cambiado y mientras
por un lado se predica la lucha contra la corrupción el robo y el engaño
institucionalizado persiste en sobrevivir, en medio de la pobreza y la
miseria en la que está sumido el país.
Los
médicos, enfermeras, maestros, obreros de construcción, agricultores,
pescadores, transportes, todos tienen programadas huelgas, algunas ya
realizadas, pero dichas protestas poco o nada hace reaccionar al estrato
político y al gobierno que persiste en mantener sus privilegios
descarados, que a la larga resultan ofensivos e insultantes para el
pueblo.
Surgen
voces aisladas en el Congreso, algunos políticos realizan gestos de
desagravio frente a esta situación pero todo no pasa de allí, voces y
gestos, pero las acciones definitivas son ausentes. Sigue el despilfarro,
el boato, la desvergüenza del poder político, del banquero y el empresario
que indolente e inconmovible defiende sus intereses vía congreso,
ejecutivo u organismos que se han conformado para tales fines. Los mismos
organismos gremiales en manos de dirigentes cuestionados, que se confunden
entre los poderosos y comparten sus mesas claudican en sus luchas
primigenias y en medio de guiños y gestos de convivencia engañan a las
masas y ni siquiera dejan caer migajas de sus mesas aprovisionadas.
El
pueblo hace presupuestos de centavos para ir a los mercados a comprar
menudencias y alas de pollos, se han ideado platillos como pescuezos
fritos con mote, para aplacar el hambre y el ingenio popular recurre a las
hierbas para curar sus enfermedades, es decir se sobrevive con ingenio y
creatividad. Eso lo saben los poderosos, ellos saben que el pueblo recicla
zapatillas, zapatos, uniformes y cuadernos y que el pueblo se las arregla,
mientras ellos siempre estrenan uniformes, cuadernos y libros de
editorial, el pueblo recurre al trabajo solidario para levantar sus chozas
de esteras en los arenales, consigue tablillas y retazos de maneras para
leña y así cocinar choclos y papas con queso, coloca cilindros en sus
puertas para recibir cada mañana el agua de los tanques cisternas, que negocian
con la necesidad del liquido elemento. en los mercados se ingenian para la
compra con apenas cinco soles diarios en el mejor de los casos, con
monedas de hoy que mañana es incierto tenerlas, pero qué va, lo que
importa es vivir hoy.
La
inventiva es creciente, surge el aguadito o el caldo de patitas de pollo
para aplacar el hambre de los niños y del esposo que retornara con suerte
de haber ganado algo en un cachuelito limpiando carros o vendiendo
caramelos en las esquinas de las urbanizaciones capitalinas, de las
verdaderas urbanizaciones y no como la que vivimos nosotros, donde las
calles son unos terrales, con piedras emergiendo, donde una caída es fatal
y terminas descalabrado en un hospital donde acabaran en darte muerte por
negligencia o descuido.
Por
las calles no hay policías y si ves algunos en ciertos cruceros
importantes estos son objeto de la burla de los conductores de combis o
buses quienes se pasan la luz roja como un deporte de competencia, parece
que hace apuestas a ver cuantas luces rojas se pasan durante el día y
cantos peatones atropellaron por semana.
El
pueblo es aislado, no tiene contacto con los visitantes del BID, se
acordona ex profesamente la zona donde ellos están disfrutando de sus
cócteles, comilonas y discursos donde se florean mutuamente, mientras
siguen elaborando reglas abusivas e inmorales para seguir exprimiendo la
sangre de un pueblo hambreado, explotado y excluido. Si, excluido de los
beneficios de una vida sana, confortable y con educación adecuada. La
deserción escolar aumenta cada año, la mortalidad infantil , la
tuberculosis y la desnutrición crónica carcomen los cimientos de la
sociedad destruyéndola , pero que importa aquellos siguen diciendo, “un
indio menos, un pan mas” y “si un cholo cae, se levantan dos” así que los
poderosos coalicionados con los políticos, que actúan como encomenderos,
hacen de las suyas y ya están preparando los discursos para engañar a las
masas para los próximos cinco años. Surgirán nuevos líderes, reaparecerán
los antiguos con caras compungidas y arrepentimientos tardíos, el gobierno saliente se disculpará
diciendo que no le dejaron trabajar y los ansiosos políticos ya van
cambiándose camisetas para la nueva jornada electoral del 2006. Ya se
notan algunos que van desligándose del fracasado oficialismo, incluso de
su aliado se va deslindando, porque sabe que no hay porvenir en quedarse.
El barco se hunde...
Jorge Paredes Romero
DNI 10380914 Lima PERÚ
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