Aproximadamente hasta los 7 años podemos contar con que nuestros hijos, especialmente los varones, estén en casa a la salida del plantel donde estudian, sea por movilidad escolar o que nosotros mismos nos preocupemos en recogerlos a la salida de su centro educativo, mas a partir de esa edad, empiezan a surgir preocupaciones extra curriculares en su mente que trastocan totalmente sus horarios y conductas.

Me refiero a los juegos en red, los “play station” o a las cabinas de Internet que lamentablemente se dedican a un negocio que no tiene ningún tipo de supervisión y que deberíamos exigir a los señores Congresistas de la República reglamenten algún dispositivo legal o sistema que logre este objetivo.

Los niños son seres que perciben y obtienen todos sus aprendizajes especialmente mediante sus sentidos y toda la información a la que acceden voluntaria o involuntariamente es procesada y almacenada para transformarse después en códigos de conducta, de manera que todo aquello que esté a su alcance es inmediatamente capturado y procesado como una adquisición, que inmediatamente o en un momento posterior le será de utilidad o perjuicio. El niño escudriña, lo experimenta todo, aún aquello que pudiera serle dañino y perjudicial, de allí que va descartando o debería descartar lo negativo. Sin embargo hay detalles que superan los filtros éticos y utilitarios y me refiero a aquellos datos e informaciones que distraen su atención de manera enajenante y que a su vez distorsionan su vida, imprimen en su mente datos fantasiosos en extremo irreales, que a su vez le van ocasionando una serie de conductas perniciosas y distracción inadecuada.

Los especialistas han escrito y hablado mucho acerca de lo que realmente necesita el ser humano es recreación y no diversión, justamente allí muchos padres caen en la trampa y dicen “dejemos a los niños que se diviertan...” cuando en realidad deberíamos procurar que se recreen. Esa es la gran diferencia que hace daño y que permite que vayamos perdiendo a nuestros hijos, mucho antes que tomen la decisión de alejarse de casa por razones matrimoniales.

Incluso, el matrimonio no debería ser motivo de alarmarnos, por que los hijos se van físicamente de casa, simplemente es la ley de la vida, pero que a su vez es motivo de ver crecer la familia y procurar que la armonía sea el mejor elemento integrador y así veremos que hay ganancia en el matrimonio de nuestros vástagos.

Pero el tema es otro, los niños a temprana edad, por imitación especialmente, van hurtando horas al descanso y al estudio, como también ocasionan gastos innecesarios en la búsqueda de los salones de juego “on line”, donde incluso se fomenta un sentido de competencia anormal, ya que muchos juegos en red permiten competir incluso con niños de otros países.

Los niños empiezan a adquirir conductas adictivas a ciertos juegos, ingresan a estados de ansiedad por “no perder”, van acumulando una serie de información fantasiosa y quimérica que los aleja de la auténtica realidad y eso llena sus horas, que lamentablemente podrían ser mejor utilizadas no necesariamente en el estudio, sino en la lectura, música, pintura, deportes y aún al mismo descanso.

Justamente al introducirse a un mundo de mitos y monstruos imaginarios, donde se utilizan armas fantasiosas, los personajes de esos juegos realizan acrobacias inimaginables, en mundos extraños, vehículos que imprimen velocidades vertiginosas, todo ello crea un mundo mitómano, otra dimensión paralela corre como una película en la vida del niño y ello le distrae, le causa vértigo y adicción de manera que la adquisición de información verdaderamente utilitaria es relegada a un segundo plano

Tal vez algunos de Uds. dirán: “Este tipo debe ser un anciano renegado y aburrido..” pues se equivocan, me agrada mucho estar en Internet y de vez en cuando ensayo algunos juegos con mis hijos, disfruto mucho cuando obtengo información de lo que los niños inquietamente preguntan.

También dirán que siempre es bueno encontrar algo que relaje y disipe las preocupaciones de los números y las letras, ¡ Es cierto ¡ para ello disponemos de magníficos sitios en Internet donde encontrar informaciones sobre una serie de preguntas e interrogantes que tienen los niños acerca de la vida, los animales, los alimentos, lugares lejanos, historia del país o de algunos vehículos fabulosos, la conquista de la luna, los viajes interplanetarios hechos realidad mediante diferentes vehículos que han examinado el universo, fotografías tomadas por esos vehículos, observaciones telescópicas, safaris virtuales, visítalas a zoológicos virtuales, escuchar sonidos de la naturaleza, canciones infantiles de otros países, leer noticias, e incluso dibujar y pintar en la red.

Podemos fomentar en nuestros hijos hoobies que desarrollen en casa y les contacte con la naturaleza, que reciban así lecciones de vida, por ejemplo la crianza de animales domésticos, el cuidado de plantas, el rincón de sus experimentos, etc.

Es decir dedicarnos a muchas actividades inteligentes, creativas y útiles que lejos de internar al niño en un mundo inventado por mentes divagantes, con personajes que nunca existieron ni existirán, con lenguajes protervos y hasta ademanes dudosos y acciones que solamente se pueden elucubrar en la imaginación ociosa que no construye nada sino mas bien destruye mejores ilusiones, les llevaran a mejores aprendizajes, socialización y comprensión de la vida.

Del mismo modo se han creado una serie de alternativas para con la ayuda de esos ignotos seres, elaborar unas cartas que a la larga crearan hábitos de juegos competitivos, que a su vez derivaran en los juegos de azar que tanto daño hacen a muchos hogares, en donde los padres de familia, las mujeres mas, dedican verdaderos capitales para arriesgarlo en las salas de juego que abundan en todas las ciudades. Paralelamente hay serie de televisión con los mismos imaginarios personajes, que son capaces de realizar saltos de veinte metros, caerse de altas montañas y simplemente sacudirse el polvo y seguirán con sus aventuras. Incluso hay series con estos seres creados por el hombre en donde realizan actos reñidos con la moral. Sobre todo lo mas perjudicial es el instinto de matar que se inyecta en cada capítulo de estas series, donde la competitividad se traduce en muerte y destrucción. Surgen armas en manos de estos dibujos con cara de niño y animados por computadora., que son capaces de destruir un edificio, que nadan a la velocidad de un buque de guerra y utilizan técnicas de “vale todo” o “full combat”, para dilucidar una diferencia trivial.

Nuestros hijos se alejan de casa, de sus infantiles vivencias y responsabilidades, por estos juegos que solamente procuran dinero e ingresos multimillonarios a imperios erigidos en base a la enajenación de los niños del mundo. A ellos les importa un bledo lo que pase en nuestros hogares, en nuestra sociedad, lo que les importa es ver sus cuentas bancarias con mas ceros a la derecha. El fenómeno es muy parecido a la drogadicción, a los narcotraficantes les importa un comino el mal que causan y las muertes que acarrean, ellos amasan inmensas fortunas, compran políticos corruptos, pervierten jueces, policías y funcionarios mientras producen el veneno que se encargan de distribuir desde casas, bares, discotecas y cuanto lugar sea posible, para vía viciosos que tuvieron su “primera vez” tener siempre en movimiento el carrusel de la droga, dinero y adicción.

En el cono norte de Lima existen miles de estos negocios, que a sabiendas de los burgomaestres, policías y subprefectos obtienen licencias para enajenar a nuestra niñez y juventud, sin ejercer autoridad con los dispositivos legales existentes al respecto.

El día que tengamos un Congreso sabio, que lejos de dedicarse a discutir sus emolumentos, se apliquen y justifique su elección, proponiendo y aprobando leyes efectivas que busquen el progreso, la educación y el orden en el sistema nacional, entonces tendremos la oportunidad de no exponer a nuestra niñez a uno mas de los flagelos de la humanidad y no se continúe haciendo caso omiso a las leyes existentes que para tal caso fueron creadas.

Junto al juego, existe la pornografía, el alcoholismo y la drogadicción,  al Internet y a los “Play station” nadie les presta mucha atención, pensando que es inocuo, cuando en realidad es allí donde se inicia el primer contacto con la violencia, el sexo y la drogadicción, a través de juegos que incitan a todo aquello, lo hacen de manera muy subliminal y cuando nuestros niños cansados del juego, busquen nuevas y mas fuertes emociones entonces no nos quejemos, ya que no supimos ejercer autoridad, buscar con creatividad alternativas para que nuestros hijos se recreen de manera sana y emocionante sin tener que recurrir a mitos y leyendas, a quimeras y ensueños, como Potter, Yu gi oh o los Comanders, etc.

Lo mismo pasó con los Blay blade, que también tuvieron su época e incitaron a los niños a ser mas destructivos, a comprar el juguete mas fuerte y destructivo, ya que el afán era destruir al contrario, al contrincante y sobreponerse a los demás.

La cultura de nuestros tiempos incita a eso, a la violencia destrucción y supremacía, no contempla la solidaridad, creatividad ni la paz, por eso vemos en el gran escenario mundial guerras inexplicables para muchos, pero para quienes entienden se dan cuenta que son nada mas que la proyección de estos juegos a la realidad de los pueblos, donde se trata de tener supremacía sobre los demás, de destruir, de matar y dominar, aunque ello signifique que en la aventura tengan que morir nuestros propios familiares y crear generaciones de delincuentes, desadaptados y “rambos” callejeros. De allí los psicópatas que asesinan esposas, los francotiradores y los desequilibrados que asesinan por “quítame esta paja.

Así tenemos explicación a las carreras armamentistas en las que se enfrascan pueblos pobres y empobrecidos, que lejos de disponer fondos para la salud y educación de sus ciudadanos, dedican ingentes sumas de dinero en comprar armas y equipos cada vez mas sofisticados, a los países que se deshacen de esas armas y equipos que ya les resultan obsoletos.

Es el vil mercado de las armas, en el que están de líderes los países mas desarrollados y cuyas víctimas y “clientes” son los países mas pobres y aun aquellos que tienen algo de dinero, dedicarlo a la estúpida carrera armamentista que tanto daño hacen y solo enriquecen a unos cuantos parásitos de la humanidad.

Nuestros políticos deberían dedicar mas tiempo a diseñar modelos y herramientas legislativas para erradicar esos males de nuestra sociedad, erigirse en verdaderos Padres de la Patria, porque de otra manera no son mas que socios de aquellos que tanto mal hacen a nuestra niñez, juventud y por ende a los futuros adultos que a su vez dirigirán los destinos de las venideras generaciones y todo se convertirá en una larga cadena de ruina y degeneración. ¡ Rompamos esa cadena ¡ y construyamos mejor nuestro destino.