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Es necesario desarrollar la
espiritualidad en el ser humano, es tarea de padres y educadores
hacerlo, respetando el sentido crítico de los estudiantes, quienes
tienen sus propias ideas respecto a la creación y a la vida eterna, como
también sobre el porqué esta vida es tan limitada y muchas cosas más,
por ejemplo qué es el 666 y cómo es que se reconocería esa marca en el
ser humano, etc., etc. Trascender es implícito del ser humano, pero es
necesario interactuar para desarrollar criterios y exponer ideas en
reuniones moderadas, para lograr un mejor conocimiento de aquello que
preocupa a la humanidad. Todo esto debe ser hecho sin caer en
dogmatismos, identidades confesionales o religiosidad denominacional.
Durante milenios se cree en la creación
divina, se identifica un Dios que algunos llaman Jehová, otros Alah,
Yahveh, Elohim y paralelamente se ha venido pensando en la posibilidad
que seamos producto de la creación en el laboratorio de una especie
superior a la nuestra, incluso que esa creación ha sufrido un defecto en
su proceso y tenemos que luchar para merecer una recreación, a la cual
accederán solo aquellos que demuestren que merecen tal privilegio, esta
idea no aparta la idea de ser creados por un ser superior, a quien
debemos respeto sea quien fuere. Surge como una idea paralela al
creacionismo, con la intervención de Dios, la Providencia o el Ser
Supremo, como una explicación más científica, más accesible que luego
podría llevarnos a comprender la religión, de ser necesario.
Veamos…, para un ser humano del siglo
XXI resulta difícil comprender cómo ha sido posible producir un teléfono
móvil de última generación, de aquellos que tienen ya incorporada una
microcomputadora y puede funcionar como la suma de varias tecnologías
juntas, es decir computadora, teléfono, cámara, grabadora, radio,
reproductor, etc. Si tuviéramos que desarmar uno de estos aparatos, nos
sería difícil comprender cómo funcionan esos elementos que están dentro de
ese estuche tan pequeño. Téngase en cuenta que ahora hablamos de
circuitos integrados, chip o microchips, por ello es que tenemos a mano
dispositivos cada vez más pequeños, ya que estos chips (1960),
sintetizan en una diminuta pieza, decenas, cientos de elementos, ufffffff, largo de explicar… pero es algo así como si todo lo que
contiene un barco pudiera sintetizarse en una caja de fósforos.
Si a una persona que desconoce los
principios fundamentales de electrónica, le dijéramos que nos explique
en que consiste un radio receptor a transistores, que viene a ser
tecnología de mediados del siglo XX, le sería dificultoso hacerlo, no
podría ni siquiera explicar qué es un transistor o cómo funciona un
condensador, una resistencia, cómo es posible que una batería de 9
voltios haga funcionar ese aparato, reitero es un radio a transistores
de 1950, cómo es posible que podamos recibir en esa cajita melodías tan
hermosas y tan fidedignas, voces tan nítidas y precisas. El pequeño
transistor a corriente continua reemplazó a los enormes tubos o válvulas
a corriente alterna, hoy hablamos de circuitos integrados más pequeños y
enormemente funcionales..
Han transcurrido de aquel
entonces 63 años y ha surgido una cantidad enorme de tecnología que ha
facilitado la vida y aunque no comprendamos de qué se trata, pues las
compramos, utilizamos y beneficiamos, sin preocuparnos de comprender de
qué se trata, simplemente las utilizamos, aprendamos a usarlos y lo
hacemos cotidianamente. En 1946 se habla de la
ENIAC
(Electronic Numerical
Integrator And Computer (Computador e Integrador Numérico Electrónico))
como la primera computadora, son interesantes sus características:
ocupaba una superficie de 167 m2, usaba 17,468 tubos de vacío,
necesitaba la operación manual de 6,000 interruptores.
Hoy tenemos desde
ordenadores de escritorio, luego pasamos a las populares laptop, las
notebook y las más modernas tablet apenas del tamaño de un libro
pequeño, de modo que tenemos una idea de cómo ha progresado esta
tecnología en tamaño y efectividad.
Histórica y arqueológicamente sabemos
que han existido en la tierra razas con conocimientos muy primitivos,
para quienes hoy, si ellos nos vieran, seríamos una especie de dioses o
seres superiores, muy superiores. Se asombrarían de cómo con un
encendedor hiciéramos fuego, de cómo con introducir un pollo en un horno
eléctrico este saliera en pocos minutos cocinado o de cómo el ser humano
puede trasladarse en el aire a enormes velocidades y en cantidades de
centenares de personas en una nave. Quedarían estupefactos ante las
armas de guerra frente a sus instrumentos de piedra o lanzas, es decir
la diferencia de conocimientos es enorme, y el uso de tecnología es
abismal. ¿Se imaginan qué pensaría un hombre de la edad de piedra al ver
a un ser humano con rayos laser destruir a cientos de personas? Lo vería
como un dios y que en su mano tiene el poder del rayo.
Hoy hablamos de clonación, de
inseminación artificial, de trasplantes de órganos, teóricamente
podríamos reconstruir todo un ser humano con donaciones de órganos de
diversos cuerpos, superando todas las probabilidades de rechazo, para
ello existe la ciencia que ayudaría a superar ese problema. Incluso hoy
se están todavía utilizando fuentes energéticas que ya resultan
desfasadas, pero se sigue haciendo para consumir lo que aun existe, pero
ya existen nuevas formas de energía y aun antiguas que no han sido
autorizadas por razones comerciales, financieras y políticas.
Pero retornemos a las ideas originales.
Hoy en día, un ser humano con capacidades puede producir una
computadora, un robot, que programado realice una serie de funciones,
aunque pueda crear estas máquinas es incapaz de imbuir espiritualidad, y
hacer que esta máquina pueda tener autonomía, pero está acercándose
raudamente al momento en que esto pueda suceder, por lo menos
teóricamente razonando, ese momento es precisamente lo que la Biblia
dice al referirse al 666, es decir el hombre que busca hacerse dios. La
Biblia como otros libros tienen mucha sabiduría en sus páginas, es
preciso leerlo todo, ya se dice: Escudriñadlo todo, retened lo bueno,
desechad lo malo. A propósito el 6 es número de hombre, el 3 de Dios, el
666 es el hombre que desea hacerse dios. Ahora, si podemos comprender
cómo es posible que todo ser humano lleve una marca o en la mano o en la
frente, es la implantación de un microchip, así de sencillo.
Las religiones casi todas nos dicen que
somos creados por Dios y que en algún momento se produjo, en una
primigenia creación, una rebelión de ángeles, que dieron lugar al
enemigo de Dios y sus huestes infernales. Posteriormente se habla de la
creación del universo, la tierra y el ser humano, Adán y Eva, como seres
individuales o una especie con varones y mujeres, sea como sea, Adán y
Eva desobedecieron, comieron del árbol de la ciencia del bien y del mal
y se dijo entonces que no era bueno tuvieran vida eterna, conociendo ya
el bien y el mal, de modo que se les privó de acceso al árbol de la
vida. De modo que tendríamos tanto ángeles como seres humanos con la
posibilidad de pecar, se habla de libre albedrío, algunos dicen que es
una creación imperfecta, otros que fue un error en el proceso creativo
en laboratorio, sea como fuere, lo cierto es que hubo caída en el cielo
y luego en el paraíso terrenal, eso implica que algo debe
perfeccionarse, corregirse, rectificarse.
Los seres humanos, una vez expulsados
del Edén, tuvieron limitadas sus edades, desde los mil años, en el caso
de Matusalén, hasta los 100 de hoy en el mejor de los casos, aunque no
vale la pena vivir hasta esa edad, con la calidad de vida de la que ahora
se disfruta, salvo casos muy particulares. Ese ser humano caído, fue
degradándose conforme los años, hoy está decadente, ha involucionado
espiritualmente, aunque haya evolucionado científicamente, esa
involución espiritual es lo que justamente se previó y se dijo que no
era bueno tuviera acceso al árbol de la vida y vida eterna. No escribo
como religioso, solo reflexiono...
Luego se habla que el ser humano puede
redimirse si lleva una vida agradable a Dios, pero que para ello era
necesario el sacrificio del Hijo de Dios, Jesucristo, muerto en una cruz
y resucitado al tercer día, cosa que ya se dio y ahora todo aquel que en
Jesús cree y confía podrá, llevando una vida agradable a Dios, acceder a
la resurrección o recreación, para después tener vida eterna en un
nuevo sistema de cosas, en un nuevo orden universal, con paz, ausencia
de pecado, salud perfecta, etc., etc. Esa es la concepción del
cristianismo, muy respetable.
En la otra alternativa, que el ser
humano haya sido creado en un laboratorio de seres superiores,
inmensamente superiores, digamos que nuestra sabiduría represente 10,
pues quienes nos crearon podrían tener una sabiduría de 1000 o más, de
tal modo que así como nosotros somos capaces de crear robots,
computadoras, una serie de máquinas asombrosas, ellos también pudieron
crearnos a nosotros, y para quienes tienen suficiente discernimiento
claro que
pueden comprender la maravillosa máquina que representamos, con
finísimos y sofisticados laboratorios, con un sistema de nutrición
impresionante, en donde por ejemplo la sangre se transporta a través de
venas y arterias y recorriendo todo el organismo, realizando funciones
de nutrición, ventilación, y a la vez de acarreo de toxinas y desechos,
que en ese recorrido va dejando en riñones, pulmones, etc., para que una
vez purificada esa sangre cumpla funciones de oxigenación y nutrición
adecuada en el organismo. Con un sofisticado sistema autodefensivo y de
alarmas que indica que algo está funcionando mal o tenemos riesgo de
muerte, etc., etc. ¡Maravilloso!
¿Cómo es posible que cada órgano,
signifique un laboratorio independiente pero a la vez colaborador a todo
el organismo, para realizar funciones de purificación pero también
transformación y elaboración de otros insumos energéticos, sean
hormonas, nutrientes, auxiliares, etc. para que nuestro cuerpo tenga
vida cautelada? He ahí la maravilla que el ser humano no puede hoy
imitar, pero busca hacerlo, quiere hacerse dios, superior, omnipotente... Al mismo tiempo quedamos
maravillados de cómo funciona el cerebro y cómo realiza una serie de
procesos intelectivos, que nos permiten resolver problemas, superar
dificultades, tomar decisiones, etc. Algo de ello ha sido imitado con la
creación de computadoras muy sofisticadas, que no existen en el mercado
ordinario, nosotros apenas accedemos a cierta tecnología . Pero por encima del proceso orgánico e intelectivo, existe un
proceso espiritual, que nos da conciencia de nosotros mismos y de los
demás, del tipo de relaciones que tenemos con nuestros semejantes, de la
forma cómo tenemos que convivir, respetando al otro y exigiendo respeto
a nosotros, de cómo el ser humano puede elaborar conceptos de
supervivencia, de ataque, y defensa, sobre todo de medidas cautelares a
la vida nuestra y la de los demás, pero al mismo tiempo podamos actuar
defensiva u ofensivamente para sobrevivir, en caso de ser atacados o
necesitar defendernos.
Por encima de estos procesos, existen
otros que requieren y exigen el manejo de valores, lo cual nos indica que estamos
por encima de la materia, de lo orgánico y que tenemos un elemento
intrínseco, que
decide por encima de lo orgánico, material o físico. Sin embargo hay
quienes dicen que estos hechos se mueven en el campo de lo energético y
para ello afirman y en cierta medida es cierto, que los procesos biológicos son procesos
eléctricos, que el intercambio de elementos químicos en nuestro
organismo produce efectivamente electricidad y ello es lo que nos da
vida, entonces dicen que los procesos espirituales son hechos que se dan
en el campo energético, sin embargo tendríamos que diferenciar el por
qué de hechos buenos y el por qué de hechos malos, de por qué unos
piensan en permitir la vida y otros en quitarla; por qué unos aspiran a
proveerse de todo cuanto quieren sin el menor esfuerzo o otros en todo caso,
realizando actos perversos, violentos, destructivos, todo esto está
relacionado a valores, que si bien es cierto son procesos intelectivos,
pero que a su vez tienen una carga valorativa, espiritual muy
significativa. ¿Cuál y dónde está el centro orgánico, hormonal o
energético, en dónde se procesan, originan estas decisiones?
Sabemos, desde mediados del siglo pasado,
que el intercambio y equilibrio del potasio y el sodio en nuestro
organismo es lo que genera electricidad o energía almacenada en diversos
lugares, como por ejemplo las mitocondrias, orgánulos celulares que
suministran la mayor parte de energía necesaria para la actividad
celular. No pretendo hablar de esto lo que corresponde a la medicina, pero
si decir que justamente las enfermedades mitocondriales son las que
desencadenan los procesos de envejecimiento, enfermedades de tipo
degenerativo, el Parkinson, Alzheimer, etc., de modo que es la energía
la base de la vida orgánica.
Por otro lado, pienso que quien nos ha
creado lo hizo colocando en nuestro interior toda una maquinaria,
estructuras, capaces
de producir energía eléctrica y de otros tipos, a partir de los
alimentos ingeridos, de modo que es esa alimentación la que nos da
calidad de vida, y esa alimentación no solo se refiere a la ingestión
por boca sino por otros medios. ¡No solo de pan vive el hombre---!
¿Recuerdan esa frase?
Creo que la espiritualidad es algo que
escapa al entendimiento de la mayor parte de la humanidad, sin embargo
existe un sector de población que se preocupa por ello, aunque no tenga
la explicación del origen en sí, pero es consciente que existe y que
debe cultivarse. Creo que la espiritualidad es un nivel muy superior,
y quienes cultivan esa espiritualidad son personas muy especiales, no
todos pueden ser conscientes y consecuentes de una espiritualidad
orientada hacia el bien, de manera permanente, pero muchos seres humanos
tienen tendencias a errar, a comportarse de forma desleal o sin medir las
consecuencias, con tal de conseguir aquello que le procure placer, hay
quienes dicen que el placer es el signo que identifica a la humanidad,
de allí que asumen que el fin justifica los medios. Considero que tales
están equivocados, que debe haber un límite para acceder a lo permisible
sin tener que acudir a la violencia, a la mentira o al engaño, sin
embargo un gran sector de la humanidad vive de esa manera, buscando
placeres sin medir las consecuencias, son egoístas y destructivos.
Bien, creo que de un modo u otro de
pensar, sea del tipo religioso o del que conceptúa que somos creación
extraterrestre, siempre tendremos la misma conclusión, aunque partamos
de premisas diferentes, aunque en cierta forma muy parecida. El ser
humano persigue vivir más, desea vivir eternamente, no desea morir,
menos caer en el proceso degenerativo de la vejez, el hombre siempre ha
buscado la forma de tener eterna juventud. Hombres y mujeres compran
cremas, pastillas, jaleas, todo cuanto le pueda asegurar juventud o una
larga vida, nadie conscientemente busca envejecer o morir, eso sucede
como un proceso ineludible.
Sin embargo, es menester sabe, que de
nada nos servirá tener vida eterna si no la sabemos vivir, utilizar,
disfrutar, proyectar. De allí que muchos dicen ¿y qué haré con vida
eterna siendo como somos?, ellos mismos se dan la respuesta, porque
siendo como somos: egoístas, destructivos, envidiosos, etc., no
sabríamos administrar una vida eterna o en todo caso nos la pasaríamos
haciendo daño, retornaríamos a lo mismo y sería un horrible caos, de
modo que solo podrán acceder a esa vida eterna quienes sean capaces de
vivir como Cristo para los religiosos y aún para quienes no lo son o
para quienes demuestren capacidad suficiente de administrar sabiamente
esa vida, sin tener que aceptar que son religiosos. Es algo obvio,
imposible de negar, que para acceder a un nivel superior de vida hay que
merecerlo, de modo que, pienses como pienses, siempre llegarás a la misma
conclusión, se necesita pasar un examen, un periodo de prueba para
probar que eres capaz, esa sería la explicación más sencilla para
demostrar que esta corta vida de 60, 80, 100 años es el periodo en el
cual tenemos la posibilidad de demostrar, inclusive a nosotros mismos,
que somos capaces de ser recreados, resucitados, reinsertados,
corregidos, cómo le quieran llamar, lo cierto es que la vida eterna es
una aspiración válida y posible, teniendo en cuenta un criterio
religioso o un criterio científico acertado.
De modo que pienses como pienses, aun
cuando digas que Dios no existe, tenemos que aceptar que no somos fruto
de la casualidad, algo o alguien ha intervenido en dar lugar a esta
existencia, que se comporta de manera tan inteligente y maravillosa. Los
astros tienen un comportamiento matemático, de no ser así hace rato se
hubiera producido un cataclismo, si analizamos conscientemente nuestro
cuerpo veremos que es un conglomerado de laboratorios, órganos que
funcionan sistemáticamente, si observamos una flor, un ave o un fenómeno
natural, veremos que en ellos existe un orden, una secuencia, fines,
detalles significativos muy impresionantes. Creo que somos creados por
una entidad muy superior, y que para acceder a esa recreación o nuevo
sistema de cosas, tendremos que demostrar capacidad de administrar una
corta vida, si somos capaces de comportarnos ordenadamente en una vida
corta limitada, entonces podremos acceder a una vida eterna. Para
quienes piensen que la vida eterna no existe, pues les diré que es
imposible no pensar en ello, quizá dentro de nuestra forma de vivir, con
vicios, debilidades, enfermedades, pensemos que no tiene cabida una vida
eterna, pero si es posible, con una nueva mentalidad, diferente forma de
pensar, sin egoísmos con solidaridad, con la idea de compartir, de tener
paz y saber convivir con respeto. Esto viene a ser como una prueba de
ingreso a un nivel superior de estudios, a un trabajo, a tener una
responsabilidad, debemos demostrar capacidad de hacerlo, de otro modo no
accederemos a dicha postulación. Es así de fácil y sencillo
comprenderlo, de modo que el ser humano no tiene escape, no puede
soslayarse al refugiarse en el creer o no creer, sencillamente tenemos
que reconocer que somos seres espirituales con capacidad de discernir,
con libre albedrío para decidir nuestro propio destino.
Sea cual fuera su creencia, su manera
de interpretar lo creado, su propia existencia, la finalidad de la vida,
la explicación de la muerte, siempre tendrá los mismos epílogos; somos
seres creados y algún día tendremos que apreciar la justicia, porque
muchos mueren en la impunidad, entonces para ellos no hubo la tal
justicia que algunos identifican como: En esta vida se paga todo cuanto
se hizo, no, hay personas que fallecen en la impunidad, otros, cargando
la injusticia de haber sufrido innecesariamente.
Seguiré corrigiendo, aumentando estas
líneas, como una manera muy particular de pensar que he expuesto en
pequeños grupos en los cuales ha tenido aceptación, sin ánimo de imponer
este criterio, sino como parte de la necesidad de compartirlo.
Jorge Paredes Romero
Humanista Perú
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