Diciembre 2013

Estamos a pocos días para finalizar el año 2013, han transcurrido ya 13 años de este siglo XXI y en Perú seguimos en la pendiente del subdesarrollo, agravado con la dependencia a la que fuimos condenados desde el siglo XVI, en que unos aventureros estando ya en Panamá, decidieron bajar por las rutas de la recién descubierta América, buscando un imperio en donde abundaba el oro y la comida que  tanta falta hacía en Europa.

Los del viejo mundo tan dedicados por siglos a guerrear primero entre ellos y luego con los de medio oriente, con el cuento de la tierra santa y el santo grial y toda esas tradiciones, enviaban a los campos de batalla a los varones y jóvenes, tan igual como ahora los del norte envían a sus soldados por Irak, Afganistán, y el resto del mundo. Esos europeos dejaron de atender sus tierras y poco a poco saborearon la hambruna y la peste, entonces se subieron a las carabelas, no importando que la tierra fuese plana, más pudo  la ambición dorada y el hambre que les atenazaba los intestinos y terminaron descubriendo América y todas sus riquezas, suerte de hambrientos con fortuna.

Una vez salvado el hambre y  malgastado sus repartos del dorado metal, buscaron más y en verdad encontraron  multiplicadas sus aspiraciones, pero a la vez ocasionó la llegada de más gente despiadada y ambiciosa de allende los mares, a filibustear por aquí y a dejar sus hijos, con herencia de mañas y pésimas costumbres, a la par que nos trajeron enfermedades y corrupción, porque allí es donde empieza la fea manera de mentir, para conseguir el poder y a fuerza de la espada, consiguieron dominar tierras, gente y voluntades, al mismo tiempo que los no poco ambiciosos curas, a redobles y buenas misas, condenaba a los de aquí a la santa inquisición y en medio de calumnias e inventos, muchos inocentes fueron quemados en las hogueras o torturados en mazmorras y húmedos sótanos de palacios, cuarteles y penitenciarias.

Pero de aquello ya se encargaron de relatarlo, con pelos y señales los tradicionistas, cronistas y los mismos encomenderos que contrataban escribanos para redactar sus memorias no tan santas, pero que les daba orgullo dejarlas a sus descendientes, con el escudo de familia y proezas del apellido, como si se tratara de cosas dignas de ser recordadas. Ricardo Palma hizo gala de su pluma y puso a buen recaudo todas aquellas correrías, vivezas y artimañas, de capitanes, curas, monjas y franciscanos, que también tenían sus historias y disfrutaban de la conquista de sus mayores y a buen obispado se arrimaban, porque de no ser así solo agua y pan sería su merienda.

Pero años mas tarde aparece la criollada y herederos de ellos los políticos, que ya firmaban con apellidos rimbombantes. que hasta hoy conjugan con ser dueños de curules y gobernaciones, sean locales, regionales o nacionales, porque de lo que se trata es de acarrear dinero contante y sonante. a cuentas bien resguardadas, y al menor descuido terminan comprando casas en exclusivos barrios y oficinas en edificios truculentos, que esconden miles de secretos, que luego deben ser derribados cual torres gemelas, en medio del cuentazo de ser obra de terroristas.

Es así como surgen los pérfidos hacedores de justicia, jueces y vocales que reclaman sueldos  homologados con los otros comechados, por la poca faena que realizan cuando en verdad mas ganan con la trafa y la coima, por otro lado los que dicen representarnos terminan robando a diestra y siniestra, contratan empleados y les nombran técnicos, asesores, mermándoles el salario o dándoles tareas serviles como planchar camisas o lavar los pies, salvo aquellos que acompaña a los niños a la escuela, que se ennoblecen con el encargo. Otros inventan nuevas formas de sacar su tajada, con prestamos adelantados a nombre del favorecido o con las cuotas temporales, que llenan sus arcas vía cajero de cualquier esquina de barrio.

Al mismo tiempo, cual enloquecidos alguaciles, salen los malos policías con disparos a mansalva, hiriendo niños y descuidados transeúntes, o si son más avezados terminan engrosando filas de una banda en secuestradores, o asaltantes en campañas callejeras de papeletas por sencillos. Ya ni los antaño honorables oficiales dejan de meter la mano al bolsillo del estado, sea camino de la intendencia o logística mal encaminada, lo que se trata es de acarrear dineros para la cuenta propia o de la amante de turno, que también exige sus cuotas.

Pero cual chispazos que salpican, surgen rezagos del otrora contubernio, de un rasputin ahora preso y el oriental reeleccionista, también inquilino de otras celdas doradas, con visitas de cortesanos y cortesanas que le hacen la vida fácil, y con la ventaja de ser dramaturgo de cuando en cuando, para inspirar compasión en sus seguidores incondicionales, que no dejan de esforzarse en un partido paralelo, que ha logrado tener presencia en un congreso de votos por consigna y de loobies por encargo, ya nada escapa al corrupto empeño, que hasta palacio salpica y aparece un intocable personaje, otrora cercano del rasputin ahora preso, pero que tiene protección de privilegio, sin saberse las razones, que hasta un alto mando es comprometido, pero el siniestro personaje no sufre ni el más mínimo rasguño, y mas de seguro quedará bien librado en pocos meses.

A todo esto surgen a diestra y siniestra, por oriente y el poniente, sendas cortinas de humo, tan espeso y tan tupido, que ya el escándalo de COTEVA ha quedado olvidado, ya nadie habla de los facinerosos indultados ni de los terrucos, ni los narcotraficantes, todo ha quedado en el olvido, ahora todos hablan de la voz, que yo soy, que el combate y que Tilsa  y el futbolista, pero de los otros temas poco a poco se van olvidando.

Qué podemos esperar entonces de este gobierno tan aplaudido, por que bajarían el gas a pocos soles, cuando en verdad ha subido a precios increíbles, quién iba a pensarlo, ya que somos países productores, sin embargo lo pagamos como importado. Y la quinua por obra y gracia de la primera dama, subió el kilo a veinte soles, la pesca artesanal ni se ve, toda termina  en harina, tanto que hasta el hermano del gobernante se dedica a buscar la anchoveta prohibida, pero para qué preocuparse, si en cualquier momento surge otra cortina y el asunto quedará olvidado.

Ahora buscan que el voto sea voluntario, facultativo, entonces ¿quiénes irán a votar? pues los de consigna, y el país quedará mas expuesto a ser carcomido por nuevas generaciones de representantes, que se dedicaran a la defensa de sus intereses, a ganar como presidentes de directorio mientras el pueblo sigue asistiendo a los comedores populares o a los vasos de leche que nos dejó de herencia Frejolito y la ahora amejicanada Laura, pero esta gente del vaso y del menú, también se hacen ricos y son  los obligados miembros de portátiles, entonces aprovechan de la oportunidad porque después de esta no habrá otra.

Sube el gas, suben los alimentos, suben los pasajes, pero los sueldos y las pensiones igual de congelados, no pasa nada, hasta que el obrero vea que no le alcanza para el gasto, entonces saldrán a las calles a conseguir un aumento y se arma la contienda callejera, entre palos, sangre, caballazos y lastimados uniformados, que terminan lloriqueando en la cama de hospitales, mientras los otros amordazan ciudadanos, que terminan asesinados en comisarías y luego dicen que los recogieron agonizando por alguna callejuela. Las pensiones son una miseria, congeladas desde años siguen siendo ingresos mezquinos y miserables. Pero ya viene el 2016 y allí si que nos la pagarán, porque el pueblo ya ha madurado, ya está comprendiendo los mensajes, que van siendo cada día mas frecuentes, de gente preocupada, por aleccionar a esas masas, que por siglos han vivido en el oscurantismo, en la ignorancia, en la falta de información transparente, que pueda hacerles comprender que hasta ahora solo han sido utilizados, para cosechar los campos, extraer los metales y seguir vivando a los lideres, de cuatro partidos trasnochados que jamás han alcanzado a cumplir sus promesas.

Hay que darles una lección de padre y señor mío, para que pocas ganas les quede de ocupar  el alto cargo y seguir llenándose los bolsillos con dinero del fisco, mientras a los pueblos olvidados se les escamotea la salud, se les priva de una educación adecuada y se les tiene sojuzgados y obligados, a dar de palmas a las mineras, porque dicen que son las que han venido salvando el país, que solo es un proveedor de insumos baratos y mano de obra regalada, sin salud, sin alimentos, sin seguridad, y con la amenaza de ser asesinado a pausas o de una bala perdida que se le escape a un despistado policía.

Jorge Paredes Romero

Periodista y humanista peruano