Recobremos el país y los valores Comentarios realidad Peru Mollendo periodismo colchon antiescara agua, sociedad latina, mollendo, paginas peruanas, aduspe, usuarios, periodismo Comentarios realidad peruana Jorge Paredes Romero periodista peruano, Mollendo, Lima, Peru, política, salud, educación, trabajo, pobreza, seguridad social

Lima 17 de Octubre del 2013.

Son las dos de la mañana, no tengo sueño, es difícil conciliarlo en medio de tanto abandono y desvergüenza. Para que tengan una idea de cómo es que actúa el Sistema, un gobierno irresponsable, instituciones obsoletas y todo lo demás a su rededor, relataré algo conciso y detallado.

El año 1971 me encontraba en la ciudad de Arequipa, Perú, cursando el penúltimo año de la carrera de Psicología, en la Universidad Nacional San Agustín de esa ciudad y deseoso de hacer algo sui generis, me puse a escribir un ensayo sobre la realidad carcelaria del país, texto al cual titulé: “La casa del jabonero”, fue publicado y me felicitaron por ello diversos personas e instituciones, entre ellas la Federación de Estudiantes de Psicología de la UNSA. A raíz de ello se nombró una comisión a nivel del Ministerio del Interior, comisión a cargo de un religioso quien contactó conmigo y empezó una serie de actividades, como notas de prensa, conferencias, programas radiales, de televisión, visitas a bibliotecas, es decir se produjo todo un movimiento pro reforma carcelaria.

               Verlos grande clic en cada imagen

Llegó el año 1972, mes de Junio, fui convocado por las autoridades universitarias, quienes me propusieron que una vez terminada mi carrera para el año 1973, tendría un trabajo en la Universidad, en donde sería docente, todo esto resultaba un espaldarazo en mi vida, sobre todo un logro en bien de la sociedad, algo que siempre me preocupó y aun continúa así. Pero al mismo tiempo se daban acontecimientos desagradables, ataques por mis ideas, dificultades en la venta del libro y un día sufrí un atentado en la calle Perú, por los alrededores del mercado San Camilo. Fui atropellado por un bus de La Apacheta, con dificultades logré incorporarme, no sufrí daño aparentemente y caminé hasta mi domicilio.

A los pocas semanas, realizaba un viaje a la ciudad de Mollendo, a la altura de la Pampa de la Joya, el vehículo en el cual yo viajaba con unas amistades, fue embestido por otro, menos mal el piloto hábilmente pudo estabilizar la camioneta y llegar sanos y salvos a Mollendo. Sin embargo el 6 de Agosto de 1972, según me relataron después, porque yo iba durmiendo en el vehículo, desperté en el hospital de Mollendo, el vehículo en el cual viajaba cayó en una de las curvas a la Quebrada de Guerreros, muy cerca ya a Mollendo, producto de ese accidente sufrí un TVM a nivel D8, por lo que actualmente desde entonces sufro una paraplejia.

No quiero entrar en detalles, eso está relatado en otra página. Pero veamos qué sucedió en ese hospital al cual fui llevado. Reitero era el 6 de Agosto de 1972, el hospital es de EsSalud, por entonces del IPSS: Instituto Peruano de Seguridad Social, antes era Seguro Social del Perú, institución de salud para los trabajadores de Perú, que cambió de nombre reiteradamente desde 1941, en que es construido el Hospital Almenara bajo los auspicios de la entonces Caja Nacional de Seguro Social Obrero. Bien, en ese hospital de Mollendo, "Manuel de Torres Muñoz", que es un edificio grande, no contaban con un neurocirujano, especialista en el tipo de lesión que yo tenía, y que requería de inmediato realizarse una laminectomía, para descomprimir la médula espinal que había quedado dañada por el “accidente carretero”, de modo que mi familia tuvo que contratar una clínica particular en Arequipa, a donde fui trasladado por una ambulancia también de Arequipa, distante 120 kilómetros de Mollendo, en donde fui operado por el Dr. Gustavo Rondón Olazabal, neurocirujano que justamente era mi profesor de Neuroanatomía y Neurofisiología, en la Facultad de Medicina de la UNSA. La operación ya era tardía, debió haberse realizado en minutos, quizá horas, pero ya habían transcurrido unos días. Estuve en dicha clínica alrededor de un mes, para luego ser trasladado a la ciudad de Lima, en donde fui nuevamente intervenido por el Dr. Marco Antonio Gonzáles Portillo, en la Clínica Maisón Sancte, ya había pasado mas de un mes, de modo que esa cirugía era extemporánea, insulsa, inútil y el neurocirujano lo sabía ¿Por qué un eminente neurocirujano aceptó hacerla? para luego ser trasladado al Hospital del Estado San Juan de Callao donde el mismo eminente neurocirujano era el Jefe del piso de neurología Nueva pregunta ¿Por qué no me llevó ahí en primera instancia? la respuesta la tuve luego, el neurocirujano era accionista del la clínica en mención por entonces y de allí recién a inicios de 1973, ser llevado a Neurología del Hospital Rebagliatti del IPSS.

Bien, en ese hospital Rebagliatti, fui diagnosticado por un fisiatra y se me indica un soporte ortopédico con apoyo isquiático, lo que lamentablemente ocasionó una lesión en esa zona, por la compresión del metal del soporte contra el hueso isquion de la zona pélvica, lo que debió habérseme indicado era un soporte con banda pélvica, entonces no hubiera apoyado el isquion en el aro de metal del soporte erróneamente indicado. Quien posteriormente me informa eso es la Dra. Adriana Rebaza Flores, en el Instituto de Rehabilitación del Callao.

Esa lesión, ocasionó una ulcera de presión, lo que ocasionó una herida que a los pocos meses fue operada en el Hospital Rebagliatti por el Dr. Salinas de Cirugía Reparadora, pero que permanente recidiva, debido a la localización de la lesión y por la uso del soporte que hasta ese entonces nadie se había percatado y estar sentado en silla de ruedas, hasta el año 2005, que recién el Dr. Andrés Mendoza Arteaga logra operarme definitivamente y ahora estoy libre de esa herida, pero la zona ha quedado seriamente debilitada y vulnerable, por las reiteradas cirugías que se hicieron allí.

Pero veamos que sucede en todos esos años. El año 2002 retorno a Mollendo, es decir treinta años después de aquel accidente y me doy con la sorpresa que en el Hospital de EsSalud "Manuel de Torres Muñoz", aun no existe la especialidad de neurocirugía, no obstante tener un puerto (Matarani), tener una terminal de combustibles (Petroperu), ser una zona de pesca y de trabajos metal mecánicos (CETICOS), estar cerca de un valle (Valle de Tambo), es decir una zona con gran necesidad de especialidades como traumatología, neurocirugía, por los trabajos que allí se realizan, en una provincia poblada y que provee ingresos importantes al fisco. Tampoco existen especialidades de cardiología, ni atención de pacientes con diálisis, traumatología, etc., todos estos pacientes deben viajar a la ciudad de Arequipa, 120 kilómetros. Es decir la situación de 1972 no había cambiado en ese hospital de EsSalud, sin embargo hoy en 2013, la situación permanece idéntica, han transcurrido 41 años desde esa fecha aciaga y el hospital de EsSalud de Mollendo, sigue siendo una inmensa posta médica. El 2002 pude ver gente que moría en ese trayecto de 120 kilómetros, porque la ambulancia carecía de profesionales y medios de cuidados intensivos, de especialistas que acompañaran al paciente, además en ese hospital, por la carencia de especialistas, los pacientes sufren y están expuestos a fallecer, como sucedió con otra persona a quien conocía de muchos años el año 2002 en Mollendo. De seguro hoy en el 2013 sucede lo mismo, porque en hospitales de ese nivel en Lima , la capital de la república así sucede.

Retorno a Lima el 2003 y experimento una serie de problemas con EsSalud, por ejemplo el año 2001 fui llevado de emergencia al hospital Almenara, luego de habérseme negado dicha atención, por una doctora y otra enfermera plenamente identificados, quienes me dijeron que no molestara por una simple fiebre y me recetaron paracetamol, cuando a los dos días tuve que ser llevado en un taxi y permanecí en ese hospital tres meses con sepsis, alimentación enteral, doce unidades de sangre, etc. Todo como consecuencia de una herida en el glúteo que era curada estado yo en posición cubito ventral, de modo que los líquidos como jabón etc., resbalaban por gravedad al interior de la herida, en donde se había formado una fístula y en ella se depositaban restos que habían producido una osteomielitis, consecuentemente ello me llevó a una sepsis. La curación debía realizarse en posición cubito lateral, razón por la cual hice un cuadro de infección generalizada, expuesto a la muerte, de la cual fui arrancado gracias a los esfuerzos de mi familia, quienes exigieron enérgicamente reciba alimentación enteral, por la información de un caritativo médico, que fue lo que me permitió salvar la vida, después me extrajeron parte del fémur por la osteomielitis, para tiempo después ser operado de la herida, que está sana hasta el día de hoy. Me hubiera gustado ver allí a esas dos profesionales que me decían que no fastidiara por una simple fiebre, y también me hubiera gustado ver al médico que me operó antes sin participación de un traumatóiogo y limpiar la zona adecuadamente, no obstante que yo se lo dije, pero esa es otra historia de cómo médicos del hospital de policía hicieron un convenio con EsSalud para realizar decenas de operaciones en los sótanos del edificio de la Av. Arenales cuadra 13 y el post operatorio era en hospitales de MINSA.

en otra oportunidad, a raíz de una lesión uretral, porque un enfermero al colocarme una sonda de Foley el año 1981 y teniendo infección urinaria, hice una sepsis, de la cual fui salvado gracias a una tratamiento intensivo con Gentalyn, pero perdí el oído derecho totalmente y el oído izquierdo al 50%. Debido a esa lesión, por haberse inflado el globo estando en uretra, se produce un sangrado y la sepsis, es que el año 2005 es detectada una piedra a nivel uretro escrotal, localizada en un divertículo, reitero, por la lesión del globo inflado, que produjo un sangrado a ese nivel, esa litiasis o piedra no me querían extraer, el urólogo también identificado me decía que no había necesidad , tuve que reclamar enérgicamente hasta que el mismo urólogo tuvo que extraerla y es que a pacientes como en mi caso, con paraplejia, los abandonan, como no tenemos sensibilidad, ni caminamos, pues nos dejan con lesiones o consideran no necesaria cirugías, somos como dijo un médico en Rebagliatti:  "personas que no producimos".

El año 2008, un enfermero de Padomi EsSalud, nuevamente al colocarme una sonde de Foley, infla el globo estado en uretra, produce sangrado y nueva lesión, también tuve que sufrir toda una odisea para ser atendido, no había servicio de ambulancias tuve que trasladarme por mis propios medios, ir al hospital Marino Molina EsSalud de Comas, donde no había especialistas, el eterno problema de los hospitales de EsSalud de niveles I y II que no son más que inmensas postas médicas, con médicos generales y cirugía menor, recién de ahí, después de seis horas soy atendido en otro hospital el Sabogal a kilómetros de distancia. Estamos hablando de Lima, la capital de la república, ¡Se imaginan?

Debido al tipo de lesión al sistema nervioso central, constituido por el encéfalo y medula espinal, a lo largo de los años se presenta el llamado Dolor Neuropático, el cual es terrible pero es tratado con Tramadol, sin embargo es una medicina que en determinados momentos no tienen en stock, en las farmacias de EsSalud. Las medicinas son ahora entregadas domicilio para los pacientes de Padomi – EsSalud, pero cuando hay faltantes, lo que es frecuente, entonces el paciente debe ir a recogerlas, en mi caso a la distancia de catorce kilómetros, a la farmacia de Padomi en la Av. Arenales Lima. Pero antes debo estar llamando reiteradamente por teléfono, para ver si ya tienen en existencia.

Por situaciones de mi vida, ahora no hay quien vaya a recoger esa medicina y los insumos biomédicos que requiero, que no fueron entregados en su momento, por carencia en el stock, eterno problema de las farmacias de EsSalud, estando solo, llamo al 470-7000 solicitando Servicio Social, en el anexo correspondiente nadie responde, es decir no hay asistentas sociales, la operadora se niega a tomar nota de mi nombre y teléfono, para que me ubiquen en el momento que haya el personal requerido, entonces solicito hablar con la dirección, me atiende una secretaria, quien dice me ayudará, lo cual no sucede, es decir no hay medicinas, no puedo ir, ya que no camino desde 1972, vivo a catorce kilómetros de la bendita farmacia y encima de esto, no hay atención de una asistenta social.

He presentado reclamos escritos, he llamado por teléfono a diversos estamentos, he reclamado por escrito ante la Defensoría del asegurado de EsSalud, he hablado incluso en algún momento con un Presidente de EsSalud, pero nada resulta, nadie responde, no existo, por eso digo ESSALUD ES UN DESASTRE.

Este artículo será perfeccionado y ampliado.

Retornar al índice de comentarios

Sus comentarios, opiniones o preguntas.