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Problemas que debe solucionar Perú
Jorge Paredes Romero
Periodista y Humanista peruano
Gobernar un país significa no solo administrar el hoy, sino asumir
el pasivo que es amplísimo, y son todos los problemas que son ya
parte de la historia y también planificar para un futuro a corto,
mediano y largo plazo, es decir la persona y el equipo que con él
asumen la tarea de gobernar, deben tener amplia preparación, de tal
modo que puedan afrontar el reto, del mismo modo se debe contar con
un diagnóstico preparado por un equipo multidisciplinario, con el
mismo que seguramente se ha elaborado un Plan de Gobierno, pero una
cosa es preparar ese plan desde fuera del gobierno, como candidatos,
otra es una vez realizada la transferencia y tener entre manos todos
los documentos, iniciar inmediatamente acciones tendientes a
controlar, todo aquello que consiga recuperar capacidad económica,
tomar decisiones para mejorar substancialmente lo prioritario y es
lo que constituyen los cuatro pilares desarrollistas: sanidad,
educación trabajo y seguridad integral.
Perú es un país con una tradición ligada a la naturaleza, son pocos
los países que tienen esa característica, los europeos carecen de
esa riqueza, ellos lo que hicieron es coger nuestras plantas,
nuestros insumos, analizarlos para luego sintetizarlos, inclusive
los alimentos, de tal modo que lo que consumimos, son productos
químicos que emulan lo natural y es allí donde reside gran parte de
las enfermedades que nos aquejan.
Esos productos sintetizados son mayormente comercializados en
nuestras ciudades, mientras ellos importan lo natural, de modo que
nos privan de nuestras riquezas y nos acostumbraron a consumir el
producto sintético, pongamos un ejemplo: consumir pan no es lo
correcto, la panificación es un negocio que utiliza elementos
refinados, que dan lugar al enriquecimiento de los importadores de
la harinas refinadas y sus agregados, de las maquinarias, etc.
Lo que estamos consumiendo son incluso sabores artificiales, lo
correcto es consumir cereales de primera mano y es lo que hace
Colombia, ellos no comen pan, ellos consumen arepas de maíz, lo
mismo es Venezuela, México, etc., las arepas son maíz molido,
amasado en forma doméstica y luego cocido o asado en una parrilla,
unos le agregan queso, otros huevo, de tal forma que es el cereal
básico el que se consumen en esos países; del mismo modo la banana
se consume en forma de patacón, aquí en Perú conocemos el Chapo, o
banana batida, a la cual otros le agregan leche y resulta una
malteada, lo cual es mucho mejor que una taza de café o té
embolsados, sostiene más, el plátano es un alimento muy completo y
es producto nacional, al igual que el maíz.
De mismo modo sucede con las medicinas, consumimos diuréticos en
pastillas, cuando disponemos de cola de caballo, hierbaluisa,
diversas aguas de frutas como manzana, piña, etc., que reemplazarían
a las gaseosas, igual las mermeladas simples, o mantequillas de
maní, de ajonjolí, paltas, camote, el mismo plátano y dejar de
consumir margarinas, jamonadas, que son productos de orígenes
químicos, colorantes y elementos incluso sospechosos, al igual que
los hot dog, sin embargo, son los preferidos por nosotros, más en
base a costumbre y al desconocimiento de lo que es nutriente y
previsor de enfermedades.
Sin embargo hay detalles más notorios que estos, y es que nuestros
países en América Latina, se han trasformado en las chacras, los
establos, los almácigos de los países desarrollados, somos nosotros
los almacenes proveedores de insumos a aquellos países, los que no
se dedican a producir estos elementos, ellos fabrican autos,
computadoras, máquinas con nuestros insumos (cobre, hierro, zinc,
plata, oro, etc.), pero no nos han permitido que nosotros
desarrollemos esas capacidades, de ese modo nos tienen sujetos,
reprimidos, postergados, a ser solamente proveedores de insumos y
alimentos, dejándonos a nosotros lo de menor calidad y atosigándonos
de productos sintetizados.
La industria farmacéutica es una de esas mafias, la cual se alimenta
por dos canales, la necesidad y la comercialización. La Dra.
Ghislaine Lanctot, en su libro LA MAFIA MÉDICA lo denuncia, por ello
le expulsaron de la profesión, y luego la increíble confesión de
Gwen Olsen, representante de la Industria farmacéutica durante 15
años, quien nos habla sobre el gran fraude/negocio en su libro,
“Confesiones de una traficante de medicinas”, Gwen Olsen revela el
conocimiento como empleada farmacéutica, entrenada específicamente
para vender y convencer a los médicos, de los beneficios de
administrar pastillas masivamente, entonces nos hemos convertido en
consumidores adictos, de una farmacopea recetada por médicos
entrenados para dicha actividad, mis respetos por el cirujano, por
el practicante de la medicina alternativa, etc.
Pero hay más, también hemos sido entrenados, alienados culturalmente
y desde hace muchos años, siendo niños somos impulsados a reconocer
a la madre patria, a endiosar al gringo, aprender inglés,
despreciando el quechua, a sentir admiración por el extranjero,
cuando la realidad es que estos señores son los que nos han hecho
mucho daño durante siglos y lo hacen hoy de la forma más descarada,
claro, no podemos generalizar, también hay extranjeros que practican
el bien, nos enseñan, nos preparan y nos dan oportunidades, yo he
conocido varios de ellos, pero la mayor parte son los que persisten
en callarnos la boca y en estar presentes en toda actividad en donde
deben rendírsele honores, creyendo estar todavía en los dominios de
su reinado.
No debemos olvidar que son estos señores extranjeros, los que
conforman las transnacionales, los que han venido durante siglos
adueñándose de nuestras riquezas, los que nos han impuesto tratados,
acuerdos, haciéndonos creer que nos están ayudando, cuando en
realidad nos están saqueando, expoliando, robando, aprovechando que
nosotros solo disponemos de insumos primarios, porque solo eso es lo
que hacemos: sembrar, cultivar, cosechar y embalar estos productos
primarios y exportarlos a precios de TLC, bajo todos los
condicionamientos impuestos por ellos, de esa forma nos tienen
sujetos a ser solo productores, recolectores, primitiva forma de
intercambio comercial. Nosotros les proveemos insumos, luego ellos
nos venden esos mismos insumos con valor agregado y nosotros tenemos
que comprarlos, pagando sobreprecios, cuando muy bien nosotros
debemos ser los que damos valor agregado y exportarlo con mayores
utilidades, tanto para el productor como dando lugar a mayores
fuentes de trabajo e ingresos al fisco., etc., pero no, cosechamos
las frutas y las vendemos, cuando podríamos venderles jaleas,
mermeladas, jugos envasados, etc.
De modo que estas trasnacionales, persisten en que se les conceda
tierras, tal es así que los mismos funcionarios del estado se
arrodillan ante estas trasnacionales y les facilitan todo, tierras,
energía, facilidades fiscales, etc., pero al productor nacional, al
emprendedor, al mediano empresario nacional, lo persiguen, lo
ajustan, lo aniquilan, la trasnacional persiste en tener
ascendencia, ser los encomenderos, los que deben explorar, explotar
nuestras tierras, solo ellos, encima recordarles, conmemorar ciertas
fechas, que no son sino el recuerdo de sus fechorías, debemos
liberarnos de esas ataduras, de esas modernas y disfrazadas cadenas,
colocadas por nuestros políticos traidores, que viven de estar
arrodillados al extranjero, al chileno, al europeo, al
norteamericano, y excluyen al nacional, por eso como patriotas,
debemos considerar que ciertas fechas no merecen festejarse, ni
conmemorarlas, seamos conscientes de ello. No es chauvinismo, no es
un patriotismo destructivo, es solamente racionalismo, conceder el
lugar que corresponde a lo nuestro y a lo extranjero, que resulte
explotador y abusivo.
1492 – 1532 - 1821
Cómo festejar fechas, que solo recuerdan que varias etnias rapaces
llegaron a esta parte del mundo, a interrumpir el proceso cultural
de un Imperio que no les hizo daño, pero sufrió y sufre el saqueo
más prolongado y descarado, que jamás un pueblo haya sufrido,
primero por parte del imperialismo hispano (1492 - 1532 - 1821) y
luego del imperialismo anglosajón (1821 hasta hoy), como herederos
del que se entronizó en América con el cuento de evangelizar, cuando
lo único que hizo uno fue, actuar criminalmente, inquisitoriamente,
destruyendo raíces de cultura y sabiduría; el otro, seguir con el
saqueo desenfrenado, construyendo sus reservas en base al oro que
vienen extrayendo de Perú, a espaldas del pueblo. (Averigüen quién
es George Canning y que dijo en 1824).
Nuestro pecado fue y es poseer el oro que tanto les atrae y por el
que vienen cometiendo crímenes, tal como lo iniciaron en las
postrimerías del siglo XV, luego que hambrientos y sin recursos, los
europeos que solo disponían de la ambición y el hambre como
motivaciones para sentirse descubridores, cuando en realidad
subieron a sus barcos temblando de miedo, pensando que la tierra era
un planisferio, pero la ambición y el hambre pudo más, por eso
persisten en seguir cavando nuestras tierras envenenando nuestras
cuencas, para luego de la expoliación dejarnos a nuestra suerte,
cuando se agoten nuestros recursos. (Somos primeros productores de
plata, quinto en oro, sin embargo no disponemos de reservas de oro,
pero si la tienen los que se llevan el oro de Perú)
Hoy no podemos ni debemos festejar, ni conmemorar, a quienes
trajeron la destrucción de nuestra raza, el saqueo desmedido, el
exterminio cultural y a quienes luego pasaron la posta a sus socios
los anglosajones, que hoy perpetúan el saqueo mediante los TLC, los
contratos mineros y los créditos bancarios impagables, amparándose
en la tenencia de oro que es nuestro y que jamás les hubiera
llegado, si no hubieran iniciado esa escalada de violencia y
agresión a los latinoamericanos. (Y lo siguen haciendo. para
expoliar recursos en otros países del mundo)
Pongamos fin al tributo que reclaman (TLC), exigiéndoles más bien la
reparación de todo el daño ocasionado y de todo el engaño en el que
persisten, con su tecnología que ha desvirtuado el valor de la
naturaleza y nos ha encadenado a una farmacoterapia mafiosa, a un
consumismo disfrazado, cuando en realidad no es más que parte del
engaño que estamos sufriendo
¡Basta ya!
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