Perú y la maldición de sus minerales

Jorge Paredes Romero

Periodista y humanista peruano

"Los metales saldrán de oscuras y lóbregas cavernas y pondrán a la raza humana en un estado de gran ansiedad, peligro y confusión... ¡Qué monstruosidad! ¡Cuánto mejor sería para los hombres que los metales volvieran a sus cavernas! Con ello, las inmensas selvas serán arrasadas de sus árboles y por su causa perderán la vida infinito número de animales”. Esos metales de los que habla Leonardo, bien pueden ser el Coltan, oro y el diamante. ¿Se están cumpliendo las profecías de Leonardo da Vinci?.

Lo cierto es que algunas partes del mundo se han convertido en centros de extracción de metales y diamantes como la República Democrática del Congo en donde desparecen selvas, también tribus indígenas y cientos de gorilas a punto de extinguirse lo mismo sucede en muchas partes de Perú, en donde la actividad de extraer oro significa la desaparición de cuencas hídricas, la expulsión de habitantes de ciertas zonas, el traslado de poblaciones, es decir que para las transnacionales, que son la que se llevan el oro peruano al exterior, la vida, la naturaleza, el futuro peruano significa nada, le importa un comino, a ellos solo les interesa el dorado metal, trasladarlo a bóvedas en forma de lingotes y allí convertirse en la reserva de otros países, como la Unión Europea, Estados Unidos, Alemania, el FMI, Italia, Francia, China, Suiza, Rusia, Japón y Países Bajos, muchos de los cuales no producen oro o no tienen territorio, como es el caso de España, que no produce oro o el FMI que no dispone de territorio de donde podría decir extrae oro.

Y es que España ya sabemos de dónde tiene oro, pues de la expoliación del oro de nuestros templos, palacios y rescates, de aquellos galeones que durante siglos trasladaron oro del Imperio Incaico y de lo que aun sigue llevándose o el Fondo Monetario Internacional (FMI) que simplemente compra oro con las ingentes utilidades que adquiere, con los pagos puntuales que recibe de muchos países, a los cuales extendió créditos desde hace muchos años, desde 1944, cuando nace al amparo de 44 países que acuerdan ampararse mediante cooperación económica, hoy son 189 países, de los cuales pocos son los grandes capitalistas y muchos los acreedores de por vida de grandes deudas, impagables muchas, Perú es uno de sus clientes Y bueno pues, ese FMI o su Directorio, es el que posee más de tres mil toneladas de oro, frente a las 35 toneladas que posee Perú. Mientras el FMI ocupa el tercer lugar en cuanto a toneladas que posee, mientras Perú siendo el tercer productor de oro en el mundo, ocupa el puesto 50º con apenas 35 toneladas de oro, esa es la contradicción.

Y bien Perú posee casi todos los minerales conocidos, quizá no el Coltán, que si lo poseen Australia, Brasil, Canadá, la República Democrática del Congo y otros países africanos, mientras otros países están en la búsqueda del preciado metal, que se utiliza en la fabricación de smartphones entre otros, como Venezuela que lo acaba de encontrar, de modo que otros países latinoamericanos ya están también buscándolo y no sería raro que Perú lo encuentre.
Lo cierto es que los minerales se han convertido en una especie de maldición para Perú, ya que por explotarlos se ha ido abandonando la agricultura y es que para explotar minerales se requiere enormes cantidades de agua, pero además los relaves, las diversas emisiones producto de la explotación de minerales resultan perjudiciales, contaminantes del aire, de la tierra del agua por las filtraciones, los humos, las explosiones y en muchas regiones se está produciendo fuerte corrupción política, debido a que las empresas mineras vienen presionando económicamente, para que las preferencias de recursos hídricos deriven a sus empresas, esto viene sucediendo en Moquegua por ejemplo, en donde gran parte de los recursos hídricos se utilizan canalizándolas hacia estas empresas mineras, las que las devuelven al subsuelo contaminadas o en los relaves resultantes o las emisiones en los procesos de fundición u otros. Mientras que se mezquina el agua para el Valle de Tambo y claro, porque se prefiere entregarlo o derivarlo o que lo tomen de sus afluentes las empresas mineras como Quellaveco por ejemplo, mientras esa empresa contrata publicidad en alguna radio de Mollendo, con la finalidad de hacer creer a la población, que ellos son los buenos de la película, cuando la verdad es otra, para comprobarlo bastaría leer las noticias y demostrar lo que en realidad sucede.

Se está privando a la agricultura del líquido elemento, lo cual está ocasionando que disminuya la frontera agrícola y con ello los alimentos escaseen o suban de precio, debido a la escasez, además la corrupción inunde incluso a las mismas dirigencias y autoridades, de allí que las actividades mineras legales e informales, vienen ocasionando grave daño a la vida y la salud.

Se ha llegado al extremo de hacer creer a la población, que si no fuera por la minería no se tendrían recursos económicos para sufragar el presupuesto anual, lo cual es falso, ya que se ha dejado de lado la oportunidad de despegar a la industrialización, con la iniciación de la misma mediante la agroindustria, para luego pasar a la industria pecuaria, la industria del mar y que aparte de proveer alimento es más limpia y proporciona ingresos a los productores agricultores, pecuarios y pescadores, además de ello propician actividad comercial, bancaria, movimiento portuario en la exportación, es decir es fuente de trabajo y riqueza local, mientras la minería es trabajo de alto riesgo para los lugareños, proveedora de contaminación y enriquecimiento foráneo.

¡Ojala! reaccionen los políticos, los gobiernos y los ciudadanos ejerzan presión a sus gobiernos locales, regionales y central, con la finalidad de que se procure una minería local explotadora de oro, el mismo que debe enriquecer al país, proporcionando oro a los Bancos Centrales de Reserva, de ese modo se tendría fondos para propiciar la banca de fomento, la misma que proveería créditos a los agricultores, ganaderos y pescadores, de tal modo que mejoren sus actividades productivas, luego compren plantas agroindustriales, entonces el país desarrollaría, habría más trabajo, más riqueza menor distribuida, mas comercio, mayor exportación, ingreso de divisas y el desarrollo se iría dando paulatinamente, llevando al país a un crecimiento sostenido.

Jorge Paredes Romero

Periodista y humanista peruano

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