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Buscando la identidad

El leer comentarios, anécdotas, es una manera de identificarnos, y de que Mollendo tenga su personalidad, aunque nos acunaron a ritmo de la Sonora Matancera, hoy la salsa es la que reina en nuestro terruño.

Recordemos los valses de cantores mollendinos, que alegraban las reuniones en los bares y en los cumpleaños, nos trae recuerdos de costumbres criollo tropical,. por ser porteños, mezcla de una variedad de inmigrantes de costa y sierra y de extranjeros que dieron un resultado de ser mas liberales, francos, esa es la diferencia con los de otros lugares, llevando en nuestra sangre, como dice la canción “tengo el orgullo de ser peruano y soy feliz, de haber nacido en esta hermosa tierra del sol" y podemos agregar a esta tradicional canción del chatisimo con su permiso "y del mar" .la guaracha , el merengue, hoy la salsa, es lo que nos hace ser ligeros y rítmicos en bailar y creo que no hay mollendino que no sepa bailar, porque desde niños escuchábamos a nuestras madres cantar, al ritmo del compás de sus fregaderas de las manos con las ropas que lavaban en las bateas de madera y la curiosidad del niño que movía su cuerpecito a ritmo de las entonadas canciones de entonces.

Bueno, creo que lo principal es buscar nuestra identidad, aunque Mollendo no tenga folklore, por ser muy joven relativamente, si es que no me equivoco, pero si tiene tradiciones, costumbres, traídas por nuestros antepasados, que hoy creo que se esta poniendo nuevamente en practica, con grupos juveniles, es por eso que debemos apoyar a nuestro querido paisano Enrique Chávez, para que siga con sus investigaciones históricas y rescate también las costumbres que dejamos en el olvido del tiempo y tratar de dar a conocer que también tenemos identidad, resaltar nuestro modo de ser, del estibador, el pescador y el señorón de escritorio, salió una mezcla de expresión franca y y de respeto.

Mis saludos a todos los mollendinos, aunque con el pasar del tiempo mucho cambiamos, disculpen si al vernos no nos reconocemos, por perderse de nuestros rostros, la lozanía de la juventud y reluce el blanqueo de nuestros cabellos. Lo que se ha vivido, jamás se puede olvidar.

Alejandro Peña A.

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