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Los acopiadores son los reyes
de la economía peruana
Jorge Paredes Romero
Humanista peruano
Ayer, mientras veía algunas noticias de la televisión, pude observar
unas vistas en un comedor y mientras observaba se me humedecían los
ojos, porque hacía un rato en otro canal, aprecié como es que en las
reuniones de ciertas personas, corren los mozos con fuentes
exquisitas, licores finos y mesas adornadas, mientras que ahora veía
las mesas populares, en donde la diferencia con las otras mesas era
enorme, ello me hizo reflexionar hacia donde está yendo el Perú con
los tipos de gobierno que estamos teniendo año tras año.
Una serie de eventos nos han hundido más y más en la triste
realidad, de estar viviendo con lo que nos dejan los famosos TLC y
los ocasionales golpes de exportación que se van dando y que son los
que se reflejan en los porcentajes de crecimiento de Perú.
Que las cifras digan que Perú ha crecido poco o mucho es poco
cierto, porque esas cifras reflejan el crecimiento comercial de las
grandes empresas, de los consorcios acopiadores de la producción
peruana, estos acopiadores se dan en muchas ramas, por ejemplo en la
leche es el grupo Rodríguez Banda el gran acopiador, el que recoge
toda la producción lechera que les permite enlatarla y procesar
además otros subproductos, unos que son exportados, otros colocados
en las grandes tiendas nacionales y otros terceros que llegan a las
mesas populares, del mismo modo la producción de frutas, una es la
que va a los TLC, otra a los grandes mercados y un tercer grupo a
los diversos mercados populares del país.
Y así de esa manera tenemos la cebolla, tomate, ajo, pollos, quinua,
granos, menestras, arroz azúcar y todo cuanto se produce en Perú,
todo es clasificado y dirigido a diversos canales, uno es el de los
TLC, otro el de los grandes mercados y el tercero a los mercados
populares, de modo que la verdad es que a las mesas del poblador
peruano lo que llega son los desperdicios, aquello que no pasó el
control de calidad exigente, tanto en los TLC como en los grandes
mercados, eso es lo que consume el pueblo peruano. Pero también
tenemos a los acopiadores de dinero de los poquísimos ahorros o los
obligados, pero de ello hablaremos más adelante…
Por otro lado, siendo un país que tiene una enorme costa de más de
dos mil kilómetros, no consume peces de la enorme variedad que
existen, esa gran pesca de riquísimos peces es la extraída por los
grandes barcos y que es recogido por los buques madrina que están
allí depredando nuestro mar, producción que es llevada a los grandes
mercados del exterior, aquí a Perú apenas llega lo que buenamente
pueden traernos los pescadores artesanales, pero ellos también están
expuestos a las redes de los acopiadores, quienes en cada terminal
pesquero del país están en la mira de los reductores, de aquellos
que esperan que los precios se vayan al suelo y compran enormes
cantidades, dejando muy poco para los mercados populares, solo
quienes tienen familiares pescadores, pueden disfrutar del buen
pescado, más la población en general tiene que conformarse con
bonito, lorna, pejerrey y uno que otro lenguado y a precios muy
caros.
Ni que decir del pollo, está cada vez a precios más altos, en los
mercados es difícil conseguir buena lenteja, o buenos pallares, el
que llega es de pésima calidad, ha perdido su gusto tradicional y
eso tiene razones que las conocen perfectamente los agricultores, ya
no es lo mismo degustar aquellos sabores que conocimos los que
tenemos arriba de sesenta años, el zapallo, las habas, ya no tienen
el sabor de antes, igual las paltas, plátanos y todo cuanto producen
estas tierras mal regadas, contaminadas y encima con semillas muchas
de ellas transgénicas.
Por otro lado tenemos que, se ha hecho una gran publicidad para que
el pueblo consuma sangrecita, bofe y tripas, del mismo modo a la
gente se le hace común comprar en los mercados pollos grasientos,
que sabemos han sido criados bajo estándares comerciales, más no
nutritivos, de tal modo que consumir pollo hoy día es simplemente
bagazo, que ni gusto le da a los guisos, de allí que el pescado sea
la mejor alternativa, pero ya vimos tampoco está a nuestro alcance.
De allí que la chanfainita, los platos a base de diferentes
menudencias, cabeza, patas de res o de los carneros, se han
convertido en los más preparados en diversos comedores populares y
también en muchos hogares, recurrir a esta alternativa hace recordar
cómo es que ingresó esto a la culinaria criolla. Antiguamente cuando
los patrones ordenaban matar al ganado, lo encargaban a los peones,
estos lo hacían y entregaban las carnes a los patrones, quedándose
con las menudencias, pellejos y extremidades, de allí es que
empezaron a difundirse platillos en base a estas partes de la res,
del carnero o del chancho, de allí aparecen las rellenas que ahora
son los que el pueblo consume, mientras que los que disponen de
mejor economía disfrutan de algo mejor.
Si tuviéramos que hacer una estadística rápida, de cómo es que se
divide la población peruana, tendríamos que decir que apenas el uno
por ciento es la clase privilegiada, el 6 por ciento son los muy
ricos y dueños del país, otro 9 por ciento son los testaferros,
entre ellos están los políticos, los gerentes, administradores y de
las grandes empresas, es el 84% restante la gran masa popular, es la
masa sufriente, excluida y la que tiene que conformarse con los
desperdicios que nos dejan los comerciantes, los testaferros y los
dueños del país, son ellos los que aprovechan lo mejor, lo
clasificado tanto para venderlo como para consumirlo.
Esa enorme masa poblacional del 84% es el Perú Profundo, es la
población que por muchísimos años, por siglos ha permanecido
excluida, y no solo en cuestión alimenticia que ya es bastante, sino
en salud, educación y trabajo. Son los más expuestos a las
enfermedades y los menos protegidos, son los más solidarios y
buenos, sin embargo los menos informados, no se les imparte
educación adecuada, pero esa población es bombardeada de muchas
maneras con desinformación, con diversión malsana, con mensajes
subliminales que trastocan su espíritu, que deforma su carácter y
que roba su tiempo para inculcarle diversiones malsanas
Pero no existe un Perú profundo y mafioso, como dice el señor
Álvarez Rodrich, colocando como algunos de sus representantes al tal
Álvarez y ha incluido mal intencionadamente en esta lista, a Santos
de Cajamarca en esa lista donde están Wilfredo Oscorina de Ayacucho,
a Félix Moreno del Callao, Jorge Acurio de Cusco a Luis Picón de
Huánuco a Iván Vásquez de Loreto a Gerardo Viñas de Tumbes, yo le
diría al Sr. Augusto Álvarez Rodrich que debería tener más cuidado
en señalar y clasificar, en meter en un solo saco a tirios y
troyanos, además no existe el tal Perú profundo y mafioso, con ello
el mismo se está clasificando como parte del Perú superficial, es
decir de los encargados de satanizar a peruanos que no tienen porque
mezclarse con los otros.
El Perú al cual se refiere el Sr. Álvarez Rodrich, pero no a toda
estas personas, es el Perú testaferro, el Perú Felipillo, el que
vende su vida por un plato de lentejas y traiciona a sus hermanos y
es el que siendo líder o político se encarga de disfrazar a los
lobos de corderos y se encargan de hacernos creer que nos defienden,
que nos representan y que no son sino más bien representantes de los
de arriba, como el Sr. Álvarez que se encarga de de satanizar a
nuestros líderes.
Es cierto, algunos de los nombrados son incursos en denuncias y
tendrá que sentenciárseles para entonces saberlos personas
delictuosas, pero no se les puede llamar Perú Profundo y Mafioso,
con eso el señor Álvarez Rodrich está encargándose de denigrar
nuestro movimiento, nuestra concepción y eso no es correcto, eso es
también traición de un periodista que debería dedicarse a rescatar a
la enorme población abusada, excluida o quizá el señor Augusto
Álvarez Rodrich pertenece a la clase que no consume bofe, ni
pescuezos, mucho menos compra en las paradas o mercadillos de
barrio, entonces si podremos comprenderle, porque entonces él está
defendiendo al Perú Superficial, de modo que él solo se ha
clasificado y acomodado, en donde realmente pertenece, a ese Perú
Superficial, que durante siglos se ha encargado de mentirnos,
engañarnos, mal educarnos mal pagarnos y encima de ello a
denigrarnos, lo pueden leer en la sección columnistas del diario La
república del viernes, 16 de mayo de 2014.
No podemos bajo ningún punto de vista permitir que alguien se atreva
a decirnos mafiosos a los del Perú Profundo, quizá debió tener
cuidado al redactar y debió decir en todo caso, comprendiendo el
contexto de su escrito, que la corrupción se da en toda sitio y
lugar, que tanto aquí como allá existen corruptos, y eso puede ser
cierto, pero no por ello tildar a todo un 84% por ciento de la
población como mafiosa, esa es la pésima idea de este señor.
También yo podría decir y es cierto, que entre aquellos que
pertenecen al Perú Superficial, existen algunos poquísimos sensibles
y justos, que lamentablemente no pueden obrar con más libertad
porque se deben a su clase, a su familia, a su posición y serían muy
mal visto procediendo como realmente su corazón les dicta, pero no
por ello podríamos decir que todo el Perú Superficial es sensible y
justo, entonces esa es la diferencia, que quizá al señor Álvarez
Rodrich le faltó respetar. Pero reitero, el Perú Profundo no es
mafioso, los mafiosos son aquellos que teniendo cargos, se han
encargado de pervertirlos, que teniendo economía la utilizan para
fines criminales, de aquellos que teniendo poder lo usan para abusar
y explotar, esa es la diferencia señor Álvarez Rodrich, esos si son
los mafiosos y que pueden estar aquí o allá, pero no puede decir que
el Perú profundo es mafioso
Pero dejemos al señor Álvarez con sus divagaciones, lo que queremos
destacar aquí es que la pésima distribución de la riqueza, que es de
todos los peruanos y no solo de algunos, es lo que ha ocasionado
esta perversidad, de que unos pocos compren todo y paguen miserias,
como si ese dinero lo pudiéramos sembrar y luego cosecharlo, ni
ellos pueden hacer eso, de modo que con su solo dinero tampoco
podrían ser triunfadores, es el pueblo el que trabaja y hace que ese
dinero crezca, no es el gamonal, no es el banquero, justamente ese
banquero utiliza los ahorros del pueblo para hacerlos trabajar y
fructificar esas utilidades a su favor y no los devuelve al
verdadero propietario del ahorro, eso mismo sucede con losas AFP,
esos señores reciben el ahorro popular de la previsión social, esos
señores de las AFP utilizan esos dineros del pueblo, para hacerlos
trabajar en sus empresas, en sus negocios y al pueblo encima le
cobran gastos, comisiones, es decir roban aquí y roban allá, no
pues… que creen que somos imbéciles…
Es hora de hacerles ver a estos señores del Perú Superficial, que se
han equivocado, que no somos tarados, nos damos perfectamente cuenta
que con nuestro trabajo, ellos se hacen millonarios, que con
nuestros ahorros ellos pasan por millonarios, que con nuestros votos
ellos se hacen poderosos, que con nuestra sangre ellos protegen sus
propiedades, así que no vengan con que el Perú profundo es mafioso.
¿Estamos?
Son esos acopiadores en Matarani, acopiadores de la pota,
acopiadores de la corvina y de los camarones, los que acopian
trabajadores para explotarlos, los que acopian chatarra para
contaminarnos, los que acopian minerales, para llevárselos fuera y
allí extraerles elementos valiosos, esos si son los mafiosos,
entonces pongámonos de acuerdo y redactemos bien, analicemos bien,
seamos críticos honestos y no vendamos nuestra alma al diablo por
unos cuantos frejoles, mucho menos seamos hipócritas ante el espejo,
que no podremos engañarnos a nosotros mismos o sí?
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