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Trasnacionales mineras
y ecocidio en el Perú
Por Jorge Lora Cam*
A mis padres y al pueblo de Ilo,
víctimas del ecocidio imperialista y
ahora de una trasnacional minera
mexicana.
INTRODUCCIÓN
En este ensayo examinamos como el Grupo México continua con las
mismas políticas de las trasnacionales norteamericanas de
destrucción de la naturaleza y la sociedad, inventando pretextos y
comprando funcionarios y políticos para no realizar las inversiones
en una nueva fundición que no contamine con los humos ni con los
venenos que llevan a ríos, aguas subterráneas y mar los relaves y
escorias. El Ministro de Energía y Minas es un exfuncionario de la
Southern Perú Limited. La contaminación es regional en el suroeste
del Perú y afecta con los humos en especial uno de los puertos más
importantes del Perú. La empresa han evitado que haya registros de
enfermedades pulmonares -las más evidentes y con mayor índice de
causa de mortalidad- ordenando al Ministerio de Salud que no se cree
la unidad de enfermedades broncopulmonares en ningún hospital ni
envíe especialistas en neumología, cometiendo un doble homicidio
(genocidio?) intencional, por el cual -y por muchos motivos más-
debería ser juzgado en una corte internacional.
La destrucción de las economías nacional-regionales ha provocado un
enorme desempleo que ahora sirve de pretexto para que los estados
neocoloniales defiendan a estas empresas y que los pueblos a veces
no sepan que hacer frente a una empresa que ofrece empleo aunque
invierta poco, despida trabajadores y cada vez tenga más
exoneraciones tributarias. Las autoridades políticas son fáciles de
comprar, incluyendo al actual alcalde de Ilo Jorge Mendoza que se ha
vendido en cuerpo y alma al Grupo México, amnistiando del pago
acumulado del impuesto predial urbano por millones de dólares, pues
esta empresa además se ha apropiado de gran parte de la ciudad. En
contrapartida la empresa trasnacional mexicana le ofrece a este
corrupto enfermo mental nada menos que apoyarlo en su locura de ser
Presidente del Perú. Engaño a todas luces a un pobre hombre con
retardo mental, pues todos sabemos que si alguien pone y saca
presidentes es el imperio norteamericano.
Perú: País privilegiado en biodiversidad y riquezas naturales, donde
se encuentran 84 zonas de vida de las 104 que existen en el planeta;
28 tipos de clima de 32 en la tierra; 50 especies vegetales, 12 mil
lagos y lagunas, más de 800 mil kilómetros cuadrados de bosques y
enormes reservas de minerales.
Perú: En efecto, es un país extraordinariamente rico en yacimientos
mineros, paradójicamente siendo emporio de riqueza, por su condición
colonial no ha dejado de ser primario-exportador, el crecimiento del
año 2002 se debió a la inversión minera. La minería explica la mitad
de las exportaciones. Al mismo ritmo en que se busca la inversión
trasnacional en este sector, ese factor se ha convertido en la
principal fuente de destrucción de ecosistemas. Ninguna región a los
dos lados de los andes -la costa y la amazonía- esta exenta a la
destrucción. En todos los casos importantes, la efectúan las
trasnacionales, afectando cuencas completas al envenenar las aguas y
desertificar ricos valles. Las irrigaciones, cuyo financiamiento
alimenta la deuda externa, para ganar nuevas tierras es un
contrasentido cuando las trasnacionales debían hacerlo al provocar
la desaparición de valles íntegros. Veamos solo algunas
ilustraciones para después pasar a ver con más detenimiento algunos
aspectos de la continuidad de la agresión ambiental y la destrucción
de la biodiversidad por parte del Grupo México.
En el norte, las cuencas de Cajamarca y La Libertad. Los pueblos
vecinos de Cajamarca sufren la contaminación de sus ríos y en el
segundo departamento, el río Moche recibe los relaves de las minas
Quiruvilca y Shorey. La vida en el río ha desaparecido y la tierra
ya no produce; los agricultores migran tras la ruta de las
descargas, llegando hasta las playas.
En el centro. Por más de un siglo Cerro de Pasco, Junín y el valle
del Mantaro (la cuenca del Mantaro), a través de los ríos soportan
los tóxicos productos residuales de la minería. El 75% del lago
Junín -reserva ecológica y uno de los más altos del mundo- es
materia inerte; los relaves tóxicos y aguas ácidas que arrastran los
ríos San José y San Juan lo han convertido en lodo de cianuro y
sulfato de cobre. El río Rimac que abastece el 60% del agua a la
capital del país, es literalmente una mina (relaves) que recorre 145
kilómetros bajo la forma de río.
En la selva la degradación destruye la cuenca del río Inambari, en
Madre de Dios. Cientos de cargadores frontales remueven diariamente
sus márgenes destruyendo el suelo agrícola. Paralelamente el
mercurio, utilizado para separar el oro, se arroja a los ríos y
destruye todo ser vivo. En otras zonas los hidrocarburos y metales
pesados amenazan todos los ecosistemas amazónicos. En el proyecto
Camisea, explotación e instalaciones de depósitos de gas, no
obstante la resistencia popular y de defensores del medio ambiente,
organismos financieros internacionales como el BID y la CAF
continúan financiando las obras. El gasoducto en su recorrido
destruye importantes poblaciones y ecosistemas.
En el sur, que ahora nos ocupa, las cuencas del Osmore, Tambo y
Locumba agonizan cargados de relaves, acompañados de gases
residuales y escorias. Poco más al norte, el río Quilca se ha
convertido en un río salado por los relaves.
Perú: país agrario difícil y complejo, donde la globalización ha
provocado un enorme retroceso civilizatorio, ha convertido la vida
en un problema de sobrevivencia, miles se rebelan sucesivamente y
millones han preferido migrar.
El sujeto protagónico de la mortalidad y la lucha es el pueblo de
Ilo, puerto del sur del Perú que pertenece al desierto de Atacama.
Este es el lugar donde la empresa trasnacional mexicana Grupo México
heredera de la empresa norteamericana Southern Perú Limited (SPL), a
fines de la década de los 50 cuando inicia la explotación de los
yacimientos de Toquepala, instala una fundición. Y donde 20 años
después el Gobierno Militar les entrega otro inmenso yacimiento (Cuajone)
y construye una refinería que mas tarde será privatizada por el
Gobierno de Fujimori en favor de la citada trasnacional, que
recientemente ha construido, en medio de la ciudad, una planta de
ácido sulfúrico con una capacidad de 150 mil TM anuales.
La producción de cobre blister alcanza las 300 mil Tm/año y se
refinan 180 mil con una pureza del 99.99%. Para conseguirlo emiten
1912 TM/día de gases sulfurosos (mayor que en todo el lado pacífico
norteamericano); arroja al mar 2,100TM/día de escorias restando un
metro de playa al mes; consume 1800 lt./seg. de agua de alta
calidad; deposita 47,000 m3/día de relaves. La cuenca del Moquegua
esta siendo destruida, la extracción de agua subterránea ha secado
bofedales y pastizales, la fauna ha muerto o migrado. Al disminuir
el caudal de los ríos afectó la agricultura, ganadería y el uso
doméstico.
Esta expansión de la SPL corresponde a una etapa del proceso de
mundialización de la economía de rapiña capitalista que se inicia a
fines del siglo XIX y se le conoce como Imperialismo. Se crean las
bases para un incesante saqueo del mundo natural.
La responsabilidad de los gobiernos y políticos, de las empresas
subcontratistas y profesionistas peruanos subordinados a la
trasnacional es enorme. En 1996, ante las demandas por contaminación
y daños a la agricultura y a la salud contra la SPL, de pobladores
de Ilo, Tacna y Mollendo, el Presidente Fujimori promulga el DL Nº
26631 cuya finalidad es proteger a la SPL de cualquier acción legal
de la sociedad ante la contaminación. En su artículo 2 la ley señala
que quien cuenta con programas de adecuación ambiental no se le
puede iniciar acción penal y que quien decide la procedencia es el
ejecutivo. Mientras tanto quienes luchaban contra esa empresa (ONGs,
Municipalidad) ahora callan y olvidan y prefieren hablar de de
concertación y triunfos, cuando el ecocidio continua con mayor
intensidad.
TRASNACIONALES Y MEDIO AMBIENTE EN EL SUR PERUANO
Hace medio siglo, Ilo era una pequeña caleta de pescadores donde
todos, los menos de 3,000 habitantes, nos conocíamos. Nuestro mundo
estaba entre hijos de pescadores, comerciantes, trabajadores y
agricultores. Estábamos orgullosos de nuestros peces extraídos de un
mar limpio y bravío, aceitunas de olivos coloniales irrigados por un
río que tenía agua casi todo el año y que traía hermosos camarones y
lisas. Del mar consumíamos los mariscos, corvinas y lenguados como
en pocos lugares del país.
Intercambiábamos con Moquegua y los valles cercanos de Tacna los
nutritivos complementos alimenticios agropecuarios que allí se
producían como las paltas de Moquegua, las papas de Carumas, los
panes de Omate y las uvas de los valles de Omate, Locumba, Cinto.
Presenciábamos el pastoreo de ganado en las lomas de Ilo y en las
vecindades de lo que hoy es la fundición. Pescábamos debajo del
muelle y en pequeñas lanchas; y, en verano disfrutábamos de nuestras
cercanas, limpias, hermosas y libres playas. En fin vivíamos una
complementaridad y equilibrio ecológicos a nivel regional que fueron
rotos por la SPCC, desde el 12 de octubre de 1960, hace 43 años.
Sin embargo, hay que decirlo, en aquellos primeros años todos
compartíamos y asociábamos la idea de progreso a la llegada de la
SPCC. Nuestra ignorancia de lo que es el capitalismo nos creó
ilusiones. "Teníamos" un hermoso espigón, otro pequeño pueblo:
Ciudad Nueva con casas de concreto, un centro comercial, el club de
obreros y un cine al aire libre; una fundición con dos
impresionantes chimeneas. Nos asombrábamos de la zona exclusiva
donde vivían los "gringos" con todas las comodidades. Crecieron los
primeros negocios y se crearon nuevos: farmacias, heladerías,
ferreterías, panaderías, cines, tiendas de prendas de vestir,
talleres de servicios, bares y billares, estación de radio. Hasta
que aparecieron los problemas.
Al llegar a Ilo en unas vacaciones, después de meses de ausencia
estudiando en Arequipa, nos enteramos que a los agricultores del
valle los estaban indemnizando por su mala cosecha de aceituna, con
miles de dólares. Creíamos que era un hecho casual. Mas tarde nos
encontramos sin agua de uso doméstico, por supuestos problemas con
los pozos, y que la SPCC donaba agua a los habitantes del puerto en
carros cisterna. La gente opinaba ¡que sería de Ilo sin esta
empresa!. Las playas iban desapareciendo por aguas servidas,
escorias y relaves, e incluso una de las más bellas fue ocupada por
un nuevo cuartel, a la sazón construido para proteger a la empresa
de los obreros en rebeldía. Comíamos aceituna quemada por los gases
de la fundición, la vida encarecía, las lomas estaban en extinción,
los peces y mariscos eran mas escasos, caros y menos sabrosos que
antes. Ocurría el mismo fenómeno que con el abastecimiento de los
antes exquisitos productos regionales. A fines de los años 60 la
depredación marina por las numerosas empresas extractoras e
industriales pesqueras habían agotado algunas especies marinas.
Las huelgas y los conflictos sociales iban in crescendo (promediando
30 años - 1960-1990- se calcula en 43 días/año de paralización
laboral por huelgas de los trabajadores de la SPCC).
Las montañas de mineral de Toquepala estaban agotándose, y se
imponía comenzar con Cuajone. Al comenzar los años 70 los mineros de
Cuajone dirigidos por un sector de la izquierda emprendieron una
lucha de varios meses y pocos años después se desata la lucha contra
la contaminación ambiental encabezada por otro sector de izquierda,
que ahora cogobierna con Alejandro Toledo, inclusive en el mismo
partido: Perú Posible.
Ahora con una tecnología inmensamente superior, con menos costos y
trabajadores, acumulando reservas estratégicas sin importarles
acabar con el yacimiento en menos años. El naciente capitalismo era
aislado, salvaje y autoritario: los derechos humanos siempre
estuvieron ausentes y los reclamos eran enfrentados con violencia,
los trabajadores morían con cirrosis y enfermedades afines. La
democracia nunca logró realizarse, porque entre otros factores la
SPCC era superior a cualquier poder interno.
Después de muchos años fuimos explicándonos la realidad. Entendimos
que la destrucción ecológica y la degradación del medio ambiente era
uno de los productos del capitalismo en la minería, que la
compulsión por la reproducción ampliada de capital al servicio de
una acumulación cuyo centro es exterior a la región y al país solo
empobrece y subdesarrolla. Dedujimos que al capitalismo imperialista
no le interesa el agotamiento de inmensos recursos no renovables, ni
el irreversible daño a los supuestamente renovables o afectar
seriamente la fauna y la flora.
Comprendimos también que ciertos metales y minerales como el cobre,
el zinc, el hierro, plata, el molibdeno y el renio (que se usa en
naves espaciales) entre otros, constituyeron el factor crítico en el
impulso económico industrial de la postguerra, que algunos de ellos
son estratégicos en la producción moderna industrial y
particularmente en la industria bélica, y también que esas
inversiones dieron inmensas ganancias a los inversionistas. A tal
punto que entre 1960-1969 la principal socia ASARCO (asociada al
Grupo Morgan) recibió de la SPCC el 50% de sus ganancias totales y
otra de las socias la Phelps Dodge (Dupon Chemical Bank) percibió el
22% de los beneficios globales.
Finalmente es sumamente relevante la dimensión geopolítica de la
inversión en materias primas, asociada a las relaciones
internacionales de poder, a las alianzas y rivalidades entre las
grandes potencias. Tal el caso de Estados Unidos-Inglaterra en los
albores del imperialismo. La guerra del Pacífico es un triste
ejemplo para los pueblos peruano y boliviano por no haber entendido
la importancia geopolítica y estratégica de las materias primas. No
así para el Estado, al que nunca le importó el interés nacional.
No menos importante es la historia precolonial o prehispánica
respecto al "equilibrio geopolítico" interespacial de posesión y
disfrute territorial. La coherencia de territorio, recursos,
población, cultura, lengua, y de las relaciones económico-sociales y
políticas, autodeterminada e irrepetible de crecimiento y
prosperidad. La simétrica diferenciación étnica, movilidad y
consolidación territorial entre oriente y occidente andinos teniendo
como eje el centro montañoso. La ancestral y milenaria elaboración
colectiva de la explotación simultánea y combinada de pisos
ecológicos, de ligazón y complementaridad ecológica, y de la
cooperación como relación social básica, la reciprocidad en el
intercambio, fueron rotas por la conquista y después por la
colonización y mas aun por la independencia criolla. El sistema
colonial cambió la ecología continental en contra del indio y a
favor de los pocos blancos, de la costa y los recursos naturales.
La historia continúa y aparece en los años 80 una violencia política
insurgente que solo se puede inteligir bajo el prisma de un feroz
rechazo a la perpetuación de relaciones coloniales, de la
colonialidad del saber y del poder, cuando no al capitalismo cuya
historia en gran medida equivale a colonialismo y violencia.
I.-UN ESCENARIO COLONIALISTA
Precisamente, trataremos de mostrar como primero una trasnacional
norteamericana: la Southern Perú Cooper Corporation (SPCC) con una
concepción depredadora, expoliadora, racista y omnipotente ha
deteriorado el medio ambiente del sur peruano, y ahora continua
haciéndolo una empresa mexicana asociada a los mismos capitales, sin
mas restricción que la hoy débil lucha popular. Hace 20 años fue la
izquierda a la que se agregó la presión de la ONG Labor y algunas
instituciones como la Municipalidad del puerto de Ilo, que en los
últimos años terminaron prosternadas ante el neoliberalismo de
Fujimori y Toledo.
Estos Gobiernos no solo no ha aplicado la legislación nacional
existente: principalmente el Decreto Ley Nº 17752 "ley general de
aguas" y el Código del medio ambiente y los recursos naturales
promulgado el 7 de septiembre de 1990; menos aun acuerdos
internacionales como el Protocolo para la Protección del Pacífico
Sur contra la Contaminación, proveniente de Fuentes Terrestres, o la
Resolución del Tribunal Internacional del Agua firmada en Amsterdam
el 18 de febrero de 1992, que directamente acusa a la empresa de
violentar las leyes para no regular las actividades de
trasnacionales.
Y es que hay profundos motivos para no hacerlo. Estamos frente a un
Gobierno neoliberal -el de Toledo- heredero de la tradición
fujimorista, cuyo proyecto político no tiene más de dos ideas: a)
construir un país sin soberanía pero cada vez mayor inversión
extranjera y b) contar con un poderoso sistema contrainsurgente,
autocrático y militarizado para defender esas inversiones e imponer
una concepción del poder y del desarrollo que convierte al Estado en
gendarme protector de los intereses del gran capital internacional,
principalmente norteamericano, y a la libertad de mercado en el
libre manejo del mismo por monopolios y oligopolios trasnacionales.
Ideas compartidas por la intelectualidad otrora de izquierda hoy
convertidos en políticos de derecha, consultores y dueños de ONGs.
Anulada su responsabilidad ante los requerimientos de lo social, y
con mayor razón de la naturaleza, abdica de sus funciones
reguladoras, y permite impulsar la idea de que las soluciones vienen
de afuera. De los organismos financieros internacionales que
autoricen el ingreso de créditos e inversión del exterior como motor
fundamental de la economía.
El respeto a la SPL deriva además de un poder interno construido por
ella y entonces, no es una trasnacional cualquiera. 1. Explota en
Perú dos de los mas grandes yacimientos de cobre del mundo:
Toquepala y Cuajone, logrando respecto al país, el 36.2% de las
exportaciones mineras y el 75.3% de las de cobre. 2. Es la principal
empresa generadora de divisas, alcanzando en 1989 el 16.6% de las
exportaciones totales y el 36.2% de las exportaciones mineras. Entre
1980-1990 aporta el 60.7% del total de divisas generadas en la
economía nacional.
Ha logrado anular la noción de soberanía, mas aún si consideramos el
poder e influencia internacional derivados de ser propiedad de
poderosos e importantes empresarios mexicanos que mantienen vínculos
estrechos con la ASARCO y sus accionistas (la Phelps Dodge Overseas
Capital Co., la Cerro de Pasco Co. y la Newmont MIning Co.), que
controlan el 20% de la fundición y el 15% de la refinación del cobre
en el mundo.
No solo están entre las principales trasnacionales de la minería
mundial, mantienen también una red de relaciones internacionales de
poder que incluyen a los países (México, Japón, Inglaterra y
Holanda), grupos de poder económico norteamericanos (Morgan,
Rockefeller, phelps Dodge) y bancos mas grandes del mundo: Chase
Manhattan Bank (le consiguió 200 millones de dólares para financiar
el proyecto Cuajone), First National City Bank, Dupont Chemical Bank.
No obstante el inmenso poder la ASARCO fue obligada a cerrar una
fundición de cobre en Tacoma Washington State en Estados Unidos, por
las elevadas concentraciones de arsénico; e incluso en ese país las
empresas productoras de cobre pagan entre 10 y 15 Ctvs. de dólar
para recuperación ambiental. Mientras que el tercer mundo por la
fuerza de la colonialidad del poder, de las relaciones coloniales,
no llega a comprometerse siquiera con la Declaración Universal de
Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1948 o a la Declaración de
Estocolmo sobre Derecho Ambiental del 11 de julio de 1972.
Obviamente con el aval de Estados Unidos, único país soberano sobre
América.
Desde que esta empresa se establece 45 años atrás, en 1952, y
posteriormente con la firma del contrato con el Gobierno del General
Manuel Apolinario Odría para la explotación de Toquepala el 11 de
noviembre de 1954 se evidencia el interés saqueador y depredador de
la SPCC. Veamos:
1.- Se constituye como "enclave": ocurre cuando ciertas actividades
económicas de un país están principalmente ligadas e integradas a
actividades económicas extranjeras. Esto que la SPCC es una
consecuencia de la dominación imperialista en el Perú, es una
extensión de la economía de los países capitalistas avanzados y se
ha desarrollado para satisfacer sus necesidades económicas como
corporación y mantener la posición estratégica de los Estados Unidos
de Norteamérica en el mundo. La SPCC no ha estimulado la producción
industrial, el desarrollo tecnológico, la inversión o el empleo
(tiene el indispensable para extraer todo el mineral posible). Mas
bien ha devastado una riqueza irrecuperable, desarticulado la
economía del país, incidido en las actividades económicas de la
región, afectado la estructura social regional, sobreexplotado a los
trabajadores, contaminado el medio ambiente y deteriorado los
ecosistemas.
El propio Banco Central de Reserva entiende a su modo la economía de
enclave, "...Aunque la Southern produce el 15% de las divisas
nacionales, generadas por la exportación de 280 mil T.M. anuales de
cobre (70% del cobre nacional) aporta poco al desarrollo nacional.
Paga reducidos impuestos por exoneraciones tributarias que además
permite la manipulación del canon minero, exporta la totalidad de la
producción e importa una gran parte de los insumos, emplea poco
personal (6,000) prefiriendo subcontratar, particularmente en
Cuajone. De otra parte su presencia ha motivado una fuerte migración
a Moquegua y Tacna en busca de trabajo, agudizando las deficiencias
en los servicios urbanos y ha causado daños importantes a los
productores de olivo en el valle de Ilo y a los pescadores del rio
Locumba por contaminación ambiental y marítima".
2.-Esta empresa, desarrollada para satisfacer las necesidades de
multinacionales y potencias imperialistas, no ha detenido su
expansión ante ninguna posible limitación. Los Gobiernos y sus
funcionarios fueron convirtiéndose en obedientes tramitadores de la
empresa. Mas tarde, los propietarios de medios de comunicación y
periodistas, investigadores, abogados y médicos; dirigentes
sindicales y de los agricultores; fueron haciéndose cómplices de la
multinacional; cambiando su silencio por coimas, prebendas y
concesiones.
a.- De este modo, ilegalmente se acogió al Art. 56 del Código de
Minería -hecho a su medida, sino por ellos, en 1950; cuando ya desde
1939 la mina era de la Cerro de Pasco Co.- como si se tratase de una
explotación riesgosa cuando en realidad se trata de un yacimiento
privilegiado -con una ley de concentración promedio del 1.3-. El
impuesto a las utilidades que percibió el Estado fue entre el 10% y
el 20% cuando en otro país tercermundista, Chile, pagaban entre el
50 y el 75% y en el propio Perú los mineros nativos el 49%. Se le
exoneró de impuestos por 25 años, incluyendo las sobreutilidades,
liberación de derechos aduaneros a la importación de maquinaria, y
se aceptó - en el colmo del latrocinio- que la SPCC se reserve el
50% de utilidades por factor agotamiento en un yacimiento con 400
millones de TM de reservas probadas. Todo esto fue vendido al Grupo
México.
Pero además se les dio garantías a los inversionistas, libre
disponibilidad de moneda extranjera, libertad de comercialización,
tratamiento cambiario no discriminatorio. El 19 de diciembre de 1969
se suscribió el contrato Cuajone entre el "Gobierno Revolucionario
de las FFAA" y la SPCC; para sorpresa de muchos aplicándose el mismo
Código de Minería de 1950. En él quedaba en el olvido todo delito
anterior y además se le reconocía a la SPCC inversiones previas,
estabilidad tributaria, tratamiento financiero preferencial, libre
comercialización del cobre, otorgamiento de garantías (como libre
disponibilidad de divisas), fuentes de agua y energía seguras y
permiso para ampliar el complejo minero, afectando al país por la
fuga de capital y a la región por diversos medios.
b.- En casi medio siglo de existencia los sobrebeneficios de la
empresa han sido ilegales, continuos y cuantiosos. En 1965 fue
investigada por una Comisión Parlamentaria Bicameral quien demostró
que la empresa tenía hasta triple contabilidad, sobrevaluaciones,
sub-valuaciones y sub-utulidades, aparente venta del mineral por
debajo de los precios internacionales. Lo real es que en un sexenio
recuperó lo invertido y se anticipó el pago de sus adeudos.
Igualmente entre 1979 y 1981 remesó a su casa matriz 245 millones de
dólares siendo su capital social de 139, recuperó su inversión total
más un 76%. Entre marzo de 1981 y julio de 1983 el Gobierno de
Fernando Belaunde redujo el impuesto a las exportaciones del 17.5%
al 5%. (El 26 de noviembre de 1976 se inauguró Cuajone).
c.- Los pueblos circunvecinos y los trabajadores de la empresa
sufrieron la explotación y permanentes agresiones, cuando no
abandono (12 comunidades campesinas indígenas a corta distancia del
complejo minero Cuajone, viven en condiciones infrahumanas). La
empresa organizó la región de acuerdo a sus necesidades. Se apropió
a su antojo de personas, tierras, aguas, mares y recursos
económicos. Construyó una infraestructura de comunicaciones y
transporte (puerto, carreteras, ferrocarril) y de servicios
(energía, agua, vivienda, etc.) incluso con el Estado a sus órdenes:
infraestructura y servicios económicos y las fuerzas represivas.
Los bajos salarios han ido reduciendo la capacidad adquisitiva de
los trabajadores y disminuyendo su participación en el costo de
producción y respecto a los ingresos, provocando innumerables
huelgas.
La SPCC llegó al colmo de utilizar ilegalmente la participación
líquida y patrimonial de la comunidad minera y de la comunidad de
compensación de la SPCC, para invertir en el Proyecto Cuajone. Dicha
participación son utilidades destinadas a ser distribuidas a los
trabajadores.
Incumple las propias cláusulas del contrato Cuajone y acuerdos con
el Estado sobre los damnificados por la contaminación. El Estado le
viene reclamando la devolución de 96 millones de dólares remesados
ilegalmente por la empresa. En respuesta la SPCC sostuvo que no
invertirá en la planta de ácido sulfúrico, como tenue alternativa de
solución a la contaminación por humos, mientras no se resuelva -a su
favor- el mencionado diferendo judicial.
Aprovechando las buenas relaciones con Fujimori y su Ministro de
Energía y Minas -- Jaime Yoshiyama- retiene el 70% del monto
indemnizatorio de las valorizaciones de cosechas perdidas 1990-1992,
haciendo caso omiso a la Ley Nº 16583 de 1989, así como reglamentos
y resoluciones al respecto.
Como poder omnipotente la SPCC se coloca por encima y no reconoce al
municipio como autoridad administrativa de la ciudad: construye sin
licencia de construcción, no paga tributos y derechos, mantiene
indefinidamente concesiones urbanas, desconoce la jurisdicción y
competencia municipales, obstaculizando el desarrollo urbano de Ilo
y Pacocha. El actual alcalde -Jorge Mendoza- en el 2003 exoneró a la
empresa del pago de impuestos municipales por varios millones de
dólares.
III.- LA MULTINACIONAL SPCC-SPL Y EL MEDIO AMBIENTE
La contaminación del medio ambiente, entendida como el deterioro de
las condiciones que permitan una vida material, social y económica
saludable, digna y próspera para todos hoy y después, al afectar la
ecósfera sostenible. Un aspecto central es la introducción en el
ambiente de sustancias o formas de energía que alteren negativamente
las relaciones sociales ecosistémicas y los procesos ecológicos
esenciales, la diversidad genética, y el aprovechamiento sostenido
de especies; que tengan efectos nocivos, que pongan en peligro la
salud del hombre y el desarrollo integral de sectores y actividades
humanas, dañe el patrimonio nacional y deterioren el equilibrio y
conservación de ecosistemas y recursos naturales en general.
La SPCC durante 37 años ha contaminado el medio ambiente provocando
descargas, emanaciones y vertimientos contaminantes (gases, escorias
y relaves) en la atmósfera, suelo, subsuelo y aguas causando
perjuicios y alteraciones graves en la vida humana, flora, fauna y
en los recursos hidrobiológicos .
En febrero de 1992, la Asociación Civil Labor, la Municipalidad
Provincial de Ilo y la Comisión Multisectorial Permanente del Medio
Ambiente acusaron a la SPCC ante el Tribunal Internacional del Agua
de:
1.- Ser responsable de extraer aguas de alta calidad de las cuencas
altoandinas con impactos negativos en las Cuencas de Locumba y
Moquegua, afectando la disponibilidad de agua para uso doméstico y
agrícola.
2.- De descargar relaves al mar destruyendo el cauce del rio Locumba
y la Bahía de Ite, ecosistema que ha perdido su diversidad
biológica. Del desastroso impacto del área afectada por acumulación
de sólidos, oxidación de metales en la playa, entre otros, con el
consiguiente daño a la fauna y flora típica de la zona.
3.-De verter al mar, de la fundición, 2,100 TM/día de escorias que
destruyen el hábitat marino, deterioran el paisaje natural,
provocando el crecimiento de la línea de playa -mar adentro- y
desplazando peces y mariscos del área intermareal rocosa.
4.-De emitir gases que contaminan el medio marino adyacente por
efecto de la precipitación de lluvia ácida y las partículas en
suspensión en el medio marino"; reduciendo la existencia de peces y
mariscos y ocasionando problemas de salud en la población.
5.-La destrucción del ecosistema de lomas naturales costeras
alrededor de la fundición; desertificando un área de mas de 20 Km.
alrededor, y provocando la interrupción de las migraciones
temporales estacionarias de ganado de la zona altoandina.
Como podemos apreciar la destrucción del ecosistema es
interrelacionada e integral. La responsabilidad principal esta en la
SPCC-SPL y en el Estado cómplice, desde los presidentes y los jefes
de las fuerzas armadas (depositarios únicos y reales del poder),
hasta los funcionarios involucrados. La contraloría General de la
República ordenó investigar a no menos de 75 funcionarios
involucrados en actos de corrupción por no aplicar las leyes del
país durante mas de 30 años. Con estas acusaciones el Juez debió
haber ordenado hace mucho la clausura del establecimiento y prisión
para los responsables. Pero estamos en un país donde desde siempre
-en especial con Fujimori- Toledo no existen los derechos humanos
básicos y menos los derechos de otros seres y la mayoría de las
generaciones actuales están excluidas, inutilizadas y olvidadas, y
por tanto ni se piensa en las futuras; donde, por último, desde la
conquista no hubo equidad y justicia entre naciones y países,
privando las de dominio y opresión. En este país no sorprende que el
derecho a sobrevivir este en el origen de la propia naturaleza;
donde de los conflictos políticos y la violencia política.
Ahora veamos con más detalle las acusaciones a la SPCC-SPL.
Al comenzar los años sesenta la SPCC ya controlaba la totalidad de
aguas de dos departamentos Moquegua y Tacna, a través del uso
efectivo, concesiones, reservas, denuncios. Su futuro estaba en el
agua, pero a expensas del futuro regional. En un paisaje
semidesértico abandonar 350 Has. en los valles de Cinto y Cambaya,
aparte de otras 70 que quedaron sin agua en Cinto. Es un proceso que
además determinó la salinización de tierras del valle Locumba al
perder las aguas del río Locumba las de su afluente del río Cinto.
Otras mas se perdieron en fundos adquiridos por la SPCC en Moquegua
(valle con 13,000 Has. cultivadas). Las zonas de Higuerani, Mirave y
Calumbraya, dejaron de cultivarse por falta de agua. En Ite Sur se
perdieron 20 Has. más al ser adquiridas por la empresa.
Tan grave como esto es bloqueo y/o renuncia a proyectos como Pasto
Grande y Maure. Que hubieran permitido extender la frontera agrícola
en 8,000 Has. y mejorado el riego en 3,500, además de generar 280 MW
con varias centrales hidroeléctricas, que hubieran evitado el uso
por la SPCC de 15 millones de galones de petróleo residual para
cubrir 75 MW de energía.
La empresa que durante casi dos décadas (1950-1970) logró tener
posesión de tres ríos: Moquegua, Locumba y Alto Tambo, hoy usa en
exclusividad 53.6 millones de metros cúbicos año de agua de alta
calidad afectando a medio millón de personas. Era suficiente hacer
un "denuncio", para obtener la concesión, sin importarles las
necesidades agrícolas de los agricultores y los potenciales
proyectos estatales.
Exactamente, como si se tratase de una colonia.
Recién en 1970, con la ley 17752 el agua pasa a ser pública y
podríamos pensar que acabó el colonialismo. Pero no fué así, el
Estado acepta que las actividades de la SPCC son de "utilidad
pública" y les otorga la reserva de derecho de las aguas de Pasto
Grande, usar el agua de los ríos Torata y Asana para la mina de
Cuajone y le autoriza explorar el acuífero Capillune, y poco mas
tarde el uso de sus aguas subterráneas.
Los conflictos entre los propietarios de fundos del valle de Ilo con
la empresa comienzan en 1962. Luego de 28 años después de
lamentables confrontaciones entre agentes económicos, pueblos y
departamentos por el agua, 3 mil campesinos de Candarave exigieron
el cierre de pozos en un codo del río Callazas.
Al consumir 1,700 litros de agua por segundo en sus operaciones
mineras (principalmente el tratamiento de concentrados, que cada vez
es mayor en la medida en que disminuye la ley del mineral) acapara
entre el 20 y el 40% del consumo regional.
Reduce la cantidad y calidad de las aguas del río Locumba, destruye
21 Km de cuenca del mismo río y del área agrícola adyacente del
valle de Ite bajo, y causa la pérdida de 130 Has. de tierras
cultivables (ex fundo Sopladera) al verter relaves al cauce del río
Locumba, luego de derivar el río por un canal. Destruyó el hermoso y
productivo Valle de Cinto (70 Has.) al comprar gran parte del valle
para disponer de los ríos Tacalaya y Quebrada Honda y derivar las
aguas que irrigan dicho valle y continúa concentrando sales en la
laguna de Aricota.
También es culpable del descenso o nulo drenaje de los flujos
subsuperficiales que alimentan la cuenca baja del río Moquegua,
provocando el decaimiento agropecuario en los valles de Moquegua e
Ilo. En 1976 la SPCC comenzó a explotar cuatro pozos de agua en la
Pampa de Titijones -500Lts./seg.- donde nacen los rios Tumilaca y
Torata, decayendo el caudal en 986 Lts./seg. Igual hizo en las
nacientes del río Callazas en la provincia de Candarave (Tacna)
disminuyendo el caudal en 250 Lts./seg. De esta manera provocó
también la disminución del caudal del río Moquegua, Callazas, Torata
y Tumilaca.
Y es que esta sabia empresa tiene como eje articulador de captación
a la Laguna de Suches (vaso colector natural, equidistante de ríos
lagunas y aguas subterráneas de las cuencas) usada
indiscriminadamente desde 1960. En la cuenca del Río Locumba la SPCC
cuenta con cuatro pozos de agua subterránea que alimentan al río
Callazas y la propia laguna de Suches, los ríos Tacalaya y Quebrada
honda y en la cuenca del río Moquegua pozos del acuífero Capillune,
en la pampa de Titijones. Al ocupar las fuentes primarias de agua
confunde a los usuarios y evita conflictos directos con la población
afectada. Desde allí comienza la tragedia regional. Seca bofedales y
pastizales, interrumpe el drenaje natural del agua en la cuenca,
provoca la muerte o migración de la fauna y comienza una
contaminación sobre todas las aguas con boro, metales pesados como
el arsénico. La laguna de Aricota fuente actual del agua de uso
doméstico de 100 mil pobladores del puerto de Ilo contiene 3 veces
mas arsénico y boro que los permitidos por la ONU, no obstante que
los altos costos de su potabilización (30 mil dólares al mes,
pagados por el pueblo de Ilo). La agricultura y la población en Sama
y Locumba se abastecen de agua con contaminación natural mientras la
mina las de mas alta pureza.
El Estado respetando la soberanía de la SPCC-SPL realiza proyectos
de derivación de aguas de Pasto Grande y afianzamiento de Aricota,
como consecuencia de la apropiación de la laguna de Suche,
invirtiendo millones de dólares.
Los Relaves son descargados en el mar desde 1960, hasta 1990 ya
habían sido descargados 2'936,000 toneladas métricas de metros
cúbicos de relaves, al Océano Pacífico, afectando suelos, aguas y 40
Km2 de mar, desapareciendo todo signo de vida y balnearios.
Actualmente se depositan 47,000 m3 sólidos/día, esparciéndose en el
mar y formando depósitos en la orilla y fondo marino. El área
circundante esta totalmente deteriorada, formándose meandros de
oxido de cobre en la playa, las partículas sólidas han ocupado 11
Km. y la línea de playa desaparece 50 metros al año. A 19 Km. se
encontró moluscos con 48 veces mas cobre que el soportable al
consumo humano.
Y es que las plantas concentradoras de mineral de la SPCC procesan
los metales bajo el sistema de flotación, vertiendo inmensos
volúmenes de desechos conteniendo grandes cantidades de partículas
de sílice y minerales en suspensión: cobre, plomo, zinc, cadmio,
mercurio y aluminio. Pero además reactivos químicos tóxicos del
proceso de flotación como el cianuro, arsénico y aceite de pino.
Todos ellos viajan 139 Km. en cuantiosas cantidades de agua formando
en lo que fue cauce del río Locumba meandros de sales de cobre y de
hierro; llegando al mar los metales pesados se dispersan, disminuyen
la fotosíntesis, impiden el establecimiento de organismos de fondo y
penetran en la cadena alimenticia del ecosistema, pasando por los
invertebrados superiores y vertebrados llegan al hombre.
De este modo la SPCC-SPL provoca una pequeña gran catástrofe
ecológica, al acabar toda la zona de afloramiento y de productividad
en ríos y mar; destruyendo la cuenca baja del río Locumba (los
relaves sedimentados han terminado con tierras de cultivo y la fauna
del río). En las Pampas de Ite Bajo, los ganaderos pastan sus
animales de carne y leche vendiendo su producción contaminada con
metales pesados en Arequipa, Ilo y Tacna. Devastaron la Caleta de
Ite, y después decretan la progresiva desaparición de la caleta de
Meca Grande
Las escorias, provenientes de los hornos reverberos de la fundición
de cobre de Ilo, durante 22 años fueron arrojadas en las playas del
pueblo de Ilo. Seis Km. al norte de la fundición la línea de playa
creció 40 metros desapareciendo como lugar recreativo, junto al
habitat de peces y mariscos. La actividad ictiológica esta siendo
desplazada cada vez más lejos.
Esta misma fundición desde hace más de 40 años descarga al medio
ambiente gases sulfurosos y partículas finas de metales pesados por
cuatro chimeneas, contaminando la atmósfera del valle de Ilo y
provocando lluvia ácida sobre suelos y mares, afectando a la
población de Ilo, a peces y mariscos y a la agricultura de los valle
de Ilo y Tambo. En el verano de 1962 los agricultores del valle de
Ilo hacen su primera denuncia; y cuatro años después los
propietarios de las haciendas Chucarapi y Pampa Blanca del valle de
Tambo, a 80 Km. de la fundición, constatan bajos rendimientos en la
caña de azúcar.
El anhídrido sulfuroso o bióxido de azufre en emisiones calculadas
en 1912 TM/día volando a una altura de 50 Mts. a mas de 400 mts.
provocando la llamada "lluvia ácida" que se deposita sobre la tierra
y el mar circundante a la fundición, afectando tóxicamente a todos
los cultivos de las lomas y valle de Ilo, calculados en 50 especies
vegetales cultivadas y silvestres. La "bruma fotoquímica" se
extiende como niebla a decenas de km. a la redonda, disminuyendo la
radiación solar y concentrándose acumulativamente el anhídrido
sulfuroso en las plantas.
Los efectos fitotóxicos del so2 (anhídrido sulfuroso), de la lluvia
ácida que surge de la síntesis del so2 en so4H4 (ácido sulfúrico y
sulfatos), va desde la necrosis foliar, reducción de la
fotosíntesis, retardo en el crecimiento y reducción de la vitalidad
de los cultivos, hasta la acidificación y modificación de la
composición de los suelos, el abrasamiento de las plantas,
repercutiendo en los rendimientos y los precios. La expansión por
los vientos llegan a 300 km. a la redonda, incluyendo alejados
valles de Arequipa: Majes y Chala, pasando por la propia ciudad de
Arequipa.
Los daños mas agudos se presentan en el valle de Ilo, las quemaduras
y necrosis foliar fueron avanzando desde las hojas del olivo hasta
la caída de la aceituna. Ataca los árboles mas cargados de frutos,
las ramas que brotan el primer año y los estacones de propagación,
afectando la productividad. Si en la campaña 1966- 1967 fueron 400
quintales de aceitunas perdidas en la de 1984-1985 aumentaron a
8,998. En las nueve primeras campañas desde 1967 hasta 1976 los
gases ingresaron al valle 8.3 veces por campaña. En 1976 se amplió
la fundición para procesar el cobre de Cuajone, ahora eran 4
chimeneas, y el promedio de ingresos fue de 44.4 veces. Mientras que
la SPCC indemnizó a los agricultores con 230,000 dólares en 25 años.
La SPCC-SPL esta destruyendo el valle de Ilo y a la población del
puerto. Esta empresa construyó un pozo de agua en el corazón del
valle que terminó con parte del mismo y con el agua potable. De otro
lado, por el propio sistema de trabajo en la fundición -para no
hablar de los mineros que respiran reactivos químicos y polvo
tóxico- los trabajadores están expuestos al so2 y a partículas de
metales pesados.
La población del puerto de Ilo viene sufriendo altas concentraciones
de SO2 en la atmósfera e incluso metales pesados. Faltan estudios
exhaustivos y cuidadosos de la incidencia de los humos en la salud
de la población. No obstante hay evidencias dramáticas como la
suspensión de actividades físicas en centros escolares cuando los
accesos de tos en los niños es generalizado. Algunos indicadores
como el análisis del número de consultas, asociadas a ya conocidos
efectos nocivos del so2, en hospitales públicos y privados, y en
consultorios privados, muestran una alta tasa de problemas
respiratorios. Igualmente las principales causas de mortalidad en
los 10 años están asociadas a tumores, a la circulación sanguínea,
al aparato respiratorio y a los órganos hematopoyéicos.
En un pueblo desnutrido con un alto porcentaje de enfermedades
respiratorias (rinitis, faringitis, traqueitis, fibrosis pulmonar,
bronquitis crónica y asmatiforme, crisis asmática) las consecuencias
son fatales, principalmente para la población con enfermedades
crónicas y para los niños y ancianos. Le siguen en porcentaje de
consultas las enfermedades digestivas, a la piel, tuberculosis y
cáncer. La SPCC-SPL nunca pagó un dólar por daños a la salud.
Haciendo un resumen global de los efectos de la actividad de la SPCC,
tenemos:
AGUA: Interrupción de nacientes de rios, desaparición de ojos de
agua, descenso del nivel de aguas subterráneas y depresión del nivel
freático de acuíferos, disminución de la calidad de agua,
envenenamiento de aguas de consumo humano y conflictos entre
poblaciones por la distribución del agua.
RELAVES: utilización de cauces de ríos, cambios geomorfológicos y
contaminación con metales pesados tóxicos del medio ambiente marino,
crecimiento de playas de relaves y acumulación de relaves en el
fondo marino.
ESCORIAS: modificación geomorfológica del litoral, crecimiento de
línea de playa y desplazamiento del hábitat natural de peces y
mariscos y disolución de escorias por efectos de lluvia ácida.
Todo ello provoca el deterioro de ecosistemas de las pampas
altoandinas, de los valles interandinos y costeros, en su flora y
fauna típicas; cambios geomorfológicos y detrimento del ecosistema
marino; disminución de la productividad marina y desaparición del
hábitat del camarón y la liza entre otras especies. En la dimensión
físico-química, las consecuencias biológicas son la contaminación de
metales pesados tóxicos de los hábitat marinos y del ambiente por
emanación de gases y lluvia ácida. Los daños a la salud pública por
el consumo de productos agropecuarios y marinos intoxicados y por el
incremento de enfermedades respiratorias, circulatorias,
cancerígenas de las vías urinarias. En lo socio-económico se reduce
la pesca artesanal, disminuyen las exportaciones de mariscos,
reducción de suelos en producción en valles y lomas, de la
productividad y rendimientos agropecuarios, alto costo de vida,
interrupción de circuitos económicos y culturales entre pisos
ecológicos, desaparición de playas y lugares recreativos para la
población regional y el turismo, migraciones campesinas y de
víctimas del SO2.
IV.-CONCLUSIONES
El imperialismo es un sistema mundial de explotación y opresión,
controla la vida y destino económicos de los países sometidos por
diversos medios. Lo esencial para él son las ganancias y el control,
a través de Estados neocoloniales.
La economía peruana es controlada por fuerzas externas, ha sido
orientada al exterior para satisfacer las necesidades del
imperialismo y por lo tanto va en contra de un desarrollo
independiente y balanceado.
La SPCC-SPL, no obstante contar con los estudios mas completos y
minuciosos sobre la contaminación que provocan, reconoce que el
impacto ecológico de sus actividades es ínfimo e irremediable. Que
este es el costo del desarrollo. Debido a la lucha popular y a la
creciente presión nacional e internacional, la empresa en cuestión
suscribe en 1992 un Acuerdo de Bases con el Gobierno de Fujimori
cuyo punto central es la inversión de 300 millones de dólares en el
período 1992-1997. Aparte de que los dos primeros años son de
estudio, no solucionan el problema del ecocidio y solo favorecen sus
posibilidades de mayores ganancias.
La inversión se distribuiría así: 78 millones en una planta de ácido
sulfúrico que reduciría en 15% los humos sulfurosos a partir de 1995
- limitando las emisiones de 1912 T.M. a 1652 T.M.
32 millones para un proyecto de relaves que consiste en ya no
arrojarlos a la playa de Ite sino en depositarlos en el fondo
marino. Enrocado marginal de escorias 600 mil dólares. Planta de
lixivación de cobre -que enriquecería el cobre consiguiendo una ley
del 68%- y recambio de equipos y modernización 180 millones, que
únicamente le sirve para acabar mas pronto con los yacimientos.
La oposición ha venido proponiendo disposición de relaves en tierra,
uso industrial de escorias, reordenamiento de cuencas priorizando a
la población y el uso agropecuario, y la formulación de un plan de
ordenamiento y recuperación ambiental de las zonas afectadas. Como
se puede apreciar ninguna de estas medidas ha sido tomada en
consideración por la SPCC.
La consecuencia más visible de las medidas de la SPCC-SPL es mas
bien, la aceleración en la explotación de los recursos naturales con
una inversión que en una ínfima proporción servirá para pagar la
deuda externa, sacrificándose una vez mas reservas de las que
dependen el desarrollo futuro del país y la región.
La política de la empresa articulada a la de los organismos
financieros trasnacionales y del Gobierno militar de Fujimori y al
de Toledo, ha debilitado al máximo la capacidad estatal para
defender los intereses generales de la nación. La hegemonía
ideológica -informativa y cultural- del neoliberalismo, descalifica
toda otra propuesta alternativa que pueda amenazar los márgenes de
ganancia y poder de las trasnacionales.
Los países latinoamericanos concentran más del 54% de las
inversiones trasnacionales en el tercer mundo. Las liberaciones que
se ofrecen al capital extranjero renunciando al aprovechamiento
nacional de los propios recursos, se traducen en políticas que
excluyen a los sectores sociales mayoritarios de participar en
decisiones políticas que atañen a la vida de la sociedad.
Reivindicando el ecologismo popular, que coloca en el centro del
análisis el poder, para entender las causas y consecuencias de la
destrucción del medio ambiente, sostiene Petras:
La nueva era de la "diplomacia medioambiental" del Instituto
Worldwatch (representante del ecologismo elitista) ofrece mucha
retórica pero pocos resultados: Lo que sucede, como demostró la
Conferencia sobre exportaciones de productos tóxicos y residuos
peligrosos, es que se aprueban resoluciones que expresan las
preocupaciones acerca del medio ambiente y que reciben mucha
atención por parte de los medios. Sin embargo, las medidas
prácticas, que realmente pueden reducir los peligros que entrañan
los residuos tóxicos, se vacían de contenido por orden de las
multinacionales.
Si los políticos, intelectuales e instituciones representativas se
divorcian de los intereses del pueblo, el movimiento ambientalista
se escindirá en sus vínculos orgánicos del interés general de la
sociedad y de la incipiente cultura nacional-popular, base de la
identidad y sustento de la democracia popular. El pueblo solo puede
confiar en si mismo para resolver con la lucha esta condena a
muerte.
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Tacna, marzo de 1991.
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contaminación ambiental producida por la actividad
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Ciudad de Ilo y Bahía de Ite), Ed. Contraloría General de la
República, Lima, 1990.
*INSTITUTO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA
(Tomado de Rebelión, 1 de octubre del 2003)
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