¡No estamos solos en
esta lucha!
Cuando uno ingresa a una sala de chat y se presenta por primera vez,
pues le preguntan de dónde es y cómo están las cosas por aquí, pero ¿qué
les vamos a decir a estos nuevos amigos?, cambiamos el tema, porque
habría que decirles que aquí casi todo está podrido, lo rescatable es
poco y se lucha por cambiar esa situación, sino veamos:
¿Qué
podemos decirles de la salud? ¿Que los médicos se equivocan y te amputan
la pierna equivocada, que sus diagnósticos generalmente son errados y
los elaboran a ojo de buen cubero o sencillamente no te atienden porque
se encuentran muy ocupados en otros menesteres? Porque esa es la verdad,
la insensibilidad e irresponsabilidad ha cundido, a partir del mal
ejemplo que dan sus autoridades y la irresponsabilidad administrativa
desde los primeros estamentos de ese portafolio y de los directivos que
anidan en cada uno de los nosocomios y oficinas encargadas de la
administración sanitaria en el país. Están allí dedicados a los
negociados con las ambulancias, las medicinas, los proveedores, los
edificios mal construidos y todo cuanto gira alrededor de la logística
orientada a la salud pero no la tarea fundamental de todo profesional
de la salud: cuidar los aspectos profilácticos, terapéuticos y
proyectivos de la salud en un país. Entonces tenemos un pueblo enfermo,
descuidado y vulnerable con poca capacidad para vivir, estudiar y
trabajar y por ende sujetos a un subdesarrollo fraguado desde las altas
esferas de un sistema corrupto y criminal.
Tendríamos que decirles que en Perú se han creado una serie de sistemas
y subsistemas de salud, que pretenden atenderlo todo y al final no
atienden nada. Hay un sistema general de salud a cargo de MINSA
(Ministerio de salud), que a
su vez tiene otros subsistemas entre ellos por ejemplo el famoso
RED CLAS, que tiene una serie de deficiencias y se ha transformado más
bien en una forma de enriquecer a algunos malos funcionarios y
profesionales, que se ganan alguito con el cargo que ostentan, dilapidan
recursos, se aprovechan de ello, y lo peor es que sus trabajadores no
gozan de los beneficios sociales que deberían disfrutar como
trabajadores del sistema. También se tiene el SIS (¿Seguro integral de
salud?), que no da cobertura a todas las reales necesidades de los
usuarios y solo se ha transformado en una banderola política y en una
forma de hacernos creer que somos atendidos de manera excelente. Se ha
implementado en algunas regiones, incluyendo Lima y Callao, un sistema
de aseguramiento universal en salud al amparo de la Ley Marco de
Aseguramiento Universal de Salud, la cual ha sido duramente criticada
por la Asociación Médico Peruana, quienes dicen:
Ley no
solucionará el problema de salud, la norma sólo favorece a financieras y
seguros privados. Por otro lado existen los seguros privados, el SOAT y
en el caso de ser posible el aseguramiento universal, entonces,
teóricamente, se acabaría con el negociado de las clínicas y las
farmacias, sería una situación paradisíaca en la letra, como son muchas
cosas en Perú, es decir leyes que no se cumplen o difíciles de cumplir.
Existen los sistemas de salud de las fuerzas armadas, policiales, etc.,
que están disminuyendo su capacidad de atención y ya no significan las
eficiencias que en algún momento demostraron, tienen sus propias
deficiencias, como fruto de la corrupción institucional que corre
paralela a la sanitaria.
El
otro sistema de salud es EsSalud, que tiene como slogan: “mas salud para
más peruanos”, cuando esto es una reverenda mentira, sabemos
perfectamente todo lo que sucede en el seno de esta institución, cuyas
presidencias son siempre un cargo - obsequio del ejecutivo, por allí
pasaron otros que ahora se encuentran en la picota, por delitos
claramente establecidos. Ese organismo carece de medicinas, insumos
aparte de dar un mediocre servicio al asegurado, quien paga por estos
servicios en un sistema solidario, ya que los millones de usuarios no se
enferman al mismo tiempo, pero todos aportan religiosamente al sistema.
Pero vaya Ud. a farmacia a recoger medicinas o insumos, recibirá la
respuesta: ¡No hay, regrese! Y así te tienen: que saque la fotocopia,
que llame por teléfono, regrese, hubo y se acabó, hasta que viene el mes
siguiente y la misma historia, ahora con otros medicamentos. Lo cierto
es que siempre faltan y siempre debes regresar o te ganan al cansancio y
te quedas sin medicinas o tendrás que comprarlas. EsSalud bien requiere
de una auditoria internacional, para ver en qué se han gastado los
millones y millones de soles, si las carencias están notorias; ahora,
hasta se quiere rehabilitar el edificio de la avenida Arenales, para
dicen subsanar las inconveniencias en la atención de los asegurados, es
decir pretenden colocar un parche a sus propias deficiencias.
¿Qué
podemos decirles de la educación? ¿Que somos los últimos en los
concursos internacionales, que nuestros maestros venden notas y los
directores y/o promotores de los colegios privados sencillamente han
hecho un negocio de aquello que debería ser un apostolado? ¿Acaso
tendríamos que decir que la educación en el país ha descendido a los
últimos niveles y que nuestros muchachos no soportarían una evaluación,
que sus conocimientos son de emergencia, simplemente para poder ingresar
a una universidad y allí aprobar una carrera profesional mediocre e
insubsistente, tan igual como la que pregonan los señores congresistas
tener y que se dedican solo a mentir, engañar y copiar proyectos de ley
de otros países, es decir lo mismo que hacían en el colegio y la
universidad: plagiar y copiar, mentir y engañar? Muchos de los
funcionarios del Estado se apoyan en certificados, diplomas y títulos
fraguados o comprados, ocupan altos cargos en el sistema, de allí
entonces la ineficiencia de los mismos, porque es dirigido por
ineficientes, por alguien que es incapaz y corrupto. ¿Tendríamos que
decir que algunos maestros en las escuelas se dedican a perseguir
estudiantes, acosarles y presionarles, con el argumento de aprobarlos?
Esto sucede en los institutos y universidades y que muchas notas
aprobatorias se consiguen de mala manera y de esta forma van surgiendo
profesionales que reflejan los episodios y códigos formativos a los que
estuvieron expuestos. ¿Acaso no sabemos que en las UGEL se venderían
cargos, nombramientos y los diplomas y títulos comprados y falseados
circulan a discreción, de tal manera que enviar a nuestros hijos a las
escuelas es exponerlos a esta decadencia moral y de valores, que verán
desde sus carpetas y tendrán que día a día recibir códigos de conducta
deleznables y putrefactos, que van de deteriorar sus escalas de valores?
¿Qué
podríamos decirles sobre la justicia en nuestro país? ¿Que las
sentencias se compran y se venden al mejor postor y que también allí en
las oficinas de juristas se dan las persecutorias de secretarias y que
el poder político se enseñorea sobre el acto judicial y que nunca
veremos un acto de justicia limpio y honesto, y solo tenemos actos de
injusticia que van creando resentimientos y odios y todo esto da lugar a
criminalidad y a violencia contenida que en cualquier momento puede
estallar?, porque hay quienes no soportan la injusticia y se toman la
justicia por sus propias manos. Por ello es que en muchos pueblos han
optado por hacerlo de esa manera, capturan delincuentes y los queman
vivos o los masacran, porque creen que solo así conseguirán justicia, es
lamentable, no debería ser así, pero el fenómeno se da en forma
reiterada, porque quienes son los llamados a ejercer justicia son los
más pervertidos y coimeros, entonces la gente opta por remedios
equivocados, que son consecuencia de la dejadez e irresponsabilidad de
un sistema.
¿Qué
tendríamos que decirles de nuestra policía nacional? ¿Que muchos de
ellos conforman bandas de secuestradores y que en muchas oportunidades
favorecen a sus amigos delincuentes más que a la ciudadanía, que son los
que con sus impuestos pagan sus sueldos? Estos policías que se quejan de
sus magros sueldos y tienen que trabajar en sus “horas libres” o de
descanso, es cierto, pero no debería ser causa de su delinquir. Estos
policías que tienen que cuidar mercados y a la una de la tarde pasar de
puesto en puesto, estirando la mano para recibir monedas por su
actividad vigilante y que algunas veces se tuerce por una mejor oferta
del delincuente. De aquellos que incluso cuidan vehículos con caudales y
terminan siendo socios de los asaltantes. ¿Qué confianza podríamos tener
en policías que en las mismas comisarías cometen tropelías y abusos, en
donde sus oficiales incluyendo sus comandantes cobran coimas o exigen
que sus subordinados traigan al término del servicio “producción”.
Conocemos el caso de un coronel de una escuela de policía, que pide
cuotas económicas para facilitar el ingreso de postulantes o pedirles
favores sexuales, yo mismo recibí el testimonio de una señorita
indignada, quien me refirió todo lo sucedido en su afán de ingresar a la
policía y terminó asqueada de la profesión que aspiraba desde niña.
¿Acaso no tenemos casos de policías, que en el exceso de sus funciones o
distorsionando su papel, ocasionan la muerte de personas inocentes, sea
por intervención directa o por balaceras descuidadas?
¿Qué
podríamos decir sobre muchos políticos que terminan siendo traidores y
se escandalizan en sus discursos desde sus escaños? Pero en verdad son
mas traidores y delincuentes, porque ellos tienen luz, conocen leyes y
saben de moral, pero sus valores están por los suelos. Debería ampliarse
el art. 140 de la Constitución Política de Perú y extenderla a estos
casos de traición a la patria. Estos políticos, cada cinco años retornan
a sus lugares de origen a seguir mintiendo, a mendigar votos que los
incautos terminan por darles, para que estos infelices nuevamente
retornen a las andanzas.
¿Acaso no sabemos de ministros, funcionarios,
que reciben comisiones mediante sus agentes que están dispersos por la
república y se citan en hoteles con empresarios y magnates, con aquellos
que tienen en sus manos jugosos contratos y concesiones que terminan
siendo comercializados y enriquecen a esos “tramitadores”, que no son
más que amigos de los políticos que se encuentran en el poder? Estos
señores políticos, alcaldes, presidentes regionales, congresistas, etc.,
no son más que mitómanos y perfectos inventores de cuentos, que cada
cierto tiempo propalan por los cuatro vientos, por canales de televisión
comprados, en diarios vendidos y entonces acceden al poder para luego
devolver favores y seguir robando y mintiendo.
¿Qué
podemos decirles de los medios de comunicación? ¿Que se dedican a
pervertir a la sociedad, que a través de sus programas radiales y
televisivos, revistas y diarios distorsionan la cultura, que viven del
sensacionalismo y favorecen las “cortinas de humo” para ayudar a quienes
compran sus conciencias y de esa forma coadyuvar al desgobierno y
astutamente informar cuando les conviene hace ruido o mantenernos
desinformados, mediante el silencio cómplice y calculado, para de esa
manera hacernos más manipulables y títeres. Esos medios de comunicación
que han incluido la coprolalia en el bagaje verbal y gestual de sus
animadores, en donde productores elaboran telenovelas o series
ridículas, que no soportan el mínimo análisis profesional de lo que
significa educar, lo que hacen es pervertir, distorsionar y ridiculizar
la noble profesión del periodista, del artista y hieren los sentimientos
de millones de niños y jóvenes en el país, denigran la calidad de la
mujer, a la que utilizan solo para mostrar derriere o piernas, como
medios capaces de publicitar, donde utilizando miles de argucias
alimentan un consumismo en una sociedad que apenas tiene para comer.
¡Qué manera tan vil de enlodar una noble profesión de comunicar y
recrear, me refiero al periodista y al artista. Jóvenes que han dedicado
años a estudiar en escuelas de arte, para terminar desempeñando roles
ridículos frente a las cámaras de televisión y convirtiéndose en
cómplices de aquellos, que intencionalmente pervierten a la sociedad.
Adultos, mujeres, niños, jóvenes son arrastrados, mediante telenovelas,
series, programas tipo “reality” a perder el tiempo valioso de su vida,
siguiendo capítulo a capítulo estos programas, conducidos por malos
elementos sociales, que no son más que asalariados como socios de la
perversión.
Así
tendríamos que decirles a nuestros amigos, que las cosas por aquí están
de cabeza y que somos pocos los que nos desgañitamos por retornar al
cauce, al camino; a la ruta de la paz, del concierto, desarrollo y la
equidad, que necesitamos recobrar el aliento para emprender nuevas
luchas en medio de un mundo que nos tilda de locos, y se burlan de
nosotros. Aquí corresponde decir: “Dios mío, perdónales porque no saben
lo que hacen” y mucha generaciones han fallecido sin darse cuenta que
vivieron hundidos en las heces de una sociedad que fue vista por el
escritor alguna vez, quien dijo: “Donde
se pone el dedo,
salta la pus".
Esta fue una frase, hoy ya célebre, dicha por Manuel González Prada a
finales de los 1800, pero que hoy queda chica, porque no salta pus,
saltan las heces.
No
hemos dicho todo cuanto se necesita decir, apenas hemos expuesto la
punta del iceberg, no es necesario decir más, Uds. conocen la verdad,
los que aún permanecen incólumes, no infectados, los que aún tienen
discernimiento. Vengo escribiendo desde hace diez años, no lo hice antes
porque desconocía el poder de la Internet, pero desde mi época de
estudiante me preocupé por todo esto, hice mis esfuerzos, los que me
conocen lo pueden atestiguar, de modo que si tú haces algo, no te
sientas solo, existen muchas personas que estamos luchando, solo nos
falta conocernos, comunicarnos y formar un solo frente para recuperar la
dignidad y dejar una mejor herencia a nuestros hijos.
Tenemos tres oportunidades para cambiar este estado de cosas, son tres
procesos electorales en los que debemos hacer sentir nuestra voz. Nunca
tuvimos mejor oportunidad, ¡nunca peruanos!, nos toca elegir todas las
autoridades y representantes en nuestro país, alcaldes, presidentes
regionales, presidente de la república y congresistas, entonces
conversemos en nuestros hogares con la esposa, los hijos, los
familiares; con nuestros amigos, con quienes nos visiten o nos
encontremos en el bus, en el paradero, quizá en el campo deportivo o
simplemente en alguna reunión, digámosles que tenemos la oportunidad de
recuperar nuestro país de las manos equivocadas en las que venimos
confiando proceso tras proceso, que las personas rescatables pues
sigamos confiando en ellos, pero en quienes nos defraudaron, nos dieron
pésimo testimonio de su actuar, pues digámosles ¡no señor, regrese a su
casa! Solo así daremos nuestro voto de confianza a quien realmente lo
merece, a quienes nos dieron testimonio de trabajo, lucha y
perseverancia.
Elijamos jóvenes y adultos capaces, severos consigo
mismos, equilibrados, honestos y transparentes, entonces Perú logrará
enrumbar al desarrollo, con el esfuerzo de mentes preclaras y juiciosas,
será un trabajo de largo aliento que debe empezar “hoy mismo”, pero que
será ensalzado por nuestros hijos, nietos y entonces habremos triunfado.
Nosotros seguiremos en la trinchera del los ideales, de escribir, de
hace magisterio, Uds. busquen a sus líderes y elíjanlos para un Perú
mejor.
Jorge Paredes Romero
Humanista
peruano