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FUENTE: Diario
El Comercio
Esta es una
compilación de un trabajo que salió
publicado en Diario El Comercio lo hemos
reunido todo en una sola página en la
Revista Virtual "Sociedad Latina"
LUNES 10 DE
SEPTIEMBRE DEL 2012 | 21:27
A 20 años de la caída de Abimael Guzmán: los
momentos que hicieron posible su captura
Una exitosa labor de inteligencia policial
propició la caída del cabecilla de Sendero
Luminoso. Aquí la primera parte de la
historia
ENRIQUE VERA (@kiquevera)
Redacción online
Esta es la victoria del planeamiento
paciente y la estrategia de unos sobre la
carnicería paupérrima de otros. El golpe de
la táctica al detalle ante el ojo por ojo a
ciegas. En suma, un feroz puntillazo del
Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), brazo
antiterrorista de la Dircote, al Servicio de
Inteligencia Nacional de Vladimiro
Montesinos, que a la postre también marcó su
cadalso. En 1990, un grupo de agentes montó
la empresa de combatir con sigilo a Sendero
Luminoso, desmontar su directiva y llegar
con aplomo a la captura del huidizo
genocida, Abimael Guzmán Reynoso. Aquí los
momentos determinantes en dos años de
trabajo policial que culminaron la noche del
12 de setiembre de 1992, veinte años atrás.
A fines de los ochenta, los pasillos de la
entonces Dircote, en el centro de Lima,
albergaban una disputa que, aunque
silenciosa, era punzante y permitía a los
tentáculos terroristas esparcirse gravemente
por la capital. De un lado, primaba la
terquedad del coronel PNP Victoriano Blanco
Carrillo, jefe de los denominados Deltas, en
combatir la subversión bajo los mismos
métodos con que lograba atenuar la
delincuencia común. Del otro, estaba el
ímpetu de Benedicto Jiménez, mayor recién
egresado del curso superior de Inteligencia
que, junto al mayor Marco Miyashiro,
propugnaba estudiar el pensamiento de los
altos mandos de Sendero Luminoso y plantear
estrategias en base a la máxima: “Para
vencer al enemigo primero hay que
conocerlo”.
LOS CAZAFANTASMAS
El tozudo Jiménez fue conminado a renunciar
y luego expulsado por Blanco. Cuando quemaba
el verano del 90, mientras se despedía del
director de la Policía Técnica, general
Fernando Roca, el oficial separado recibió
la propuesta de encabezar un despacho de
investigación terrorista que contemplaba el
desarrollo de sus tesis (Inteligencia +
Investigación = Captura). Fue el nacimiento
del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN).
La unidad quedó adscrita a la Dircote y
respondía al Comité de Asesoramiento (COA)
que dirigía el general Manuel Tumba,
‘Hermanito’, acribillado dos años después
por un brazo sedicioso. Con la misma
diligencia que Benedicto Jiménez tuvo para
reclutar al capitán Félix Castro ‘ForFay’, a
los tenientes Joe Sánchez Alva y Jorge Luna
Chu ‘Coco’ así como al suboficial Carlos
Iglesias ‘Charapa’, sus críticos en la misma
Dircote se apuraron a bautizar al naciente
núcleo como ‘Los Cazafantasmas’.
El acta de fundación del GEIN que atesoraba
‘Hermanito’ tiene como fecha el 5 de marzo
de 1990. “Yo llegué tres días después con
otros oficiales especializados en
inteligencia electrónica. Conseguíamos
información, la contrastábamos y sugeríamos
seguimientos a los mandos que se deducían de
esas pesquisas”, narró a elcomercio.pe el
ahora general Carlos Morán Soto. ‘Operación
Isa 90’ fue el primer gran golpe del GEIN y
tuvo como objetivo el allanamiento de
inmuebles y la captura de los dirigentes
senderistas con que Judith Díaz Contreras
‘Isa’ contactaba en Lima. “Ella había sido
detenida en el 85 pero salió por falta de
pruebas. Se convirtió en el nexo de Sendero
en Lima. Recibía llamadas, retransmitía
datos, repartía encargos. Vigilarla fue
establecer su red de contactos para luego
descifrarlos”, señala Morán. Además de
‘Isa’, el GEIN logró en este proceso la
captura de Elvia Zanabria Pacheco ‘Juana’,
encargada del Departamento de Apoyo
Organizativo (DAO), en la llamada ‘Casa
Monterrico’ de la urbanización Mariscal
Castilla. Ese fue un dardo al corazón de
Sendero pues de ahí se recabó información
sustancial de la cúpula subversiva y datos
precisos para la toma de otros 40 inmuebles
terroristas.
PASE DE ‘SOTIL’
Con la detención de ‘Juana’, el GEIN
focalizó sus acciones en Deodato Juárez
Cruzat, ‘Germán’, quien resaltaba en los
documentos hallados por los agentes como
titular del Departamento de Propaganda. La
lupa puesta sobre ‘German’ llevó a los
sabuesos hasta sus constantes reuniones con
Luis Alberto Arana Franco, del cual pronto
se supo que era director de la academia
preuniversitaria César Vallejo y, más aún,
el financista de Sendero en Lima. En el
marco de la ‘Operación Propaganda’,
ejecutada los primeros días de setiembre del
90, Juárez Cruzat cayó junto a 14 secuaces
al ser intervenida una casa de Santa Anita.
En adelante, el blanco fue Arana o mejor
conocido en las oficinas del GEIN como
‘Sotil’ por el impresionante parecido físico
con el recordado futbolista Hugo ‘Cholo’
Sotil. Entonces, una estrategia minuciosa y
paciente fue puesta en marcha. “Lo seguimos
día y noche durante dos años. Era la gallina
de los huevos de oro. Sabíamos que los
principales mandos de Sendero acudirían a la
fuente. ¿Y cuál era la fuente? El dinero.
Ese era ‘Sotil’”, recuerda el general Morán.
Diciembre de 1990. La figura se repite de
manera infrecuente. ‘Sotil’, bolsa negra en
mano, trajina y se mimetiza en los jirones
que parten la avenida Argentina o en los
paraderos de la Carretera Central. No es más
un ciudadano común. En el GEIN, sus ojos
hundidos y bigote de dos semanas valen el
trabajo pertinaz y trasnochado de casi un
año. Está prohibido perderle la pista en
rigor castrense. No se come, no se habla,
nadie se mueve si ‘Sotil’ cruza el lente de
alguna cámara de video asignada para su
seguimiento. Es la tercera vez que Angélica
Salas Cruz o camarada ‘Paloma’, coordinadora
del Comité Central de Sendero, va al
encuentro del financista. Recibe el paquete
y recalan juntos a la casa signada con el
265 de la calle Buenavista, en Chacarilla
del Estanque, del distrito de Surco. La
orden fue explícita y no tuvo
contemplaciones: Ovise (Observación,
Vigilancia y Seguimiento) al inmueble.
Pronto se supo de una actividad inusual ahí:
el cumpleaños de Abimael Guzmán se había
celebrado el 3 de diciembre. Junto con la
‘Casa Buenavista’ se planeó la toma de otras
diez viviendas. La captura de Guzmán era
inminente, pero hubo delación y se abortó el
operativo. Recién la incursión tuvo luz
verde el 31 de enero de 1991, cuando el
cabecilla ya estaba varios kilómetros fuera.
Pero ahí se logró el arresto de ‘Paloma’, de
Nelly Evans Risco, ‘La monja’, y el hallazgo
de una pieza invaluable: el mítico video
‘Zorba el griego’.
RESPUESTA CON DINAMITA
La lucha, en adelante, fue descarnada. Si el
GEIN desarticuló el Departamento de Defensa,
Socorro Popular, el Grupo Especial de
Trabajo o el Grupo Intelectual Popular
Subversivos, a partir de la pista de ‘Sotil’,
Sendero respondió con el asesinato de María
Elena Moyano y el estallido de Canal 2.
Benedicto Jiménez ordenó el 22 de junio de
1992 la captura de Luis Arana ‘Sotil’.
“Estaba rematado, se rindió rapidísimo. Se
le ofreció garantías para su vida como
testigo clave y declaró que, en efecto,
había visto a Guzmán apenas un mes atrás.
Detalló que desde un estacionamiento, en
Surquillo, partió en un vehículo conducido
por una ‘pituca miraflorina’ y en el que
también iba el coordinador huancavelicano
Zenón Vargas ‘El Zorro’”, remarcó otro ex
analista del GEIN que prefirió no se revele
su identidad. Fue tras ese encuentro que
‘Sotil’ recibió la orden de alquilar la casa
situada en la calle 1 de la urbanización Los
Sauces, Surquillo. “Arana dijo que fue a la
vivienda pero a punto de tocar la puerta vio
bajar a la misma mujer que lo llevó a su
encuentro con Guzmán, que se escondió y se
fue”. ‘Sotil’ no llegó a rentar el inmueble,
lo hizo la ‘pituca miraflorina’: Maritza
Garrido Lecca.
En el GEIN todo se caía de maduro. Los
agentes calculaban que los cabecillas
senderistas no le tuvieron la suficiente
confianza a ‘Sotil’ y por eso se envió a la
mujer para que alquile lo que sería el nuevo
centro de descanso y actividades de Guzmán.
Quedaba por confirmarse si ahí estaba el
número uno de Sendero Luminoso. Para ello,
parte del núcleo dirigido por Benedicto
Jiménez se asentó en seis casas de la misma
calle. Agentes divididos en parejas
vigilaban día y noche los movimientos que
allí ocurrían. Quién salía, quién entraba, a
qué hora, cuánto demoraba y qué llevaba.
Todo debía ser registrado en fotos y videos.
Todo desperdicio que de ahí saliera tendría
que ser acopiado. Si había que pasar como
basureros, heladeros o chatarreros para
espiar el panorama en las inmediaciones,
debían ser exhibiciones de lujo. Y no menos.
Guzmán estaría a unos 50 metros. Y no menos.
MIÉRCOLES 12
DE SEPTIEMBRE DEL 2012 | 07:10
A 20 años de la caída de Abimael Guzmán: así
fue la captura del siglo
El 12 de setiembre de 1992, dos años de
inteligencia policial concluyeron en el
desplome de la cúpula principal de Sendero
Luminoso. Aquí la segunda parte de la
historia
ENRIQUE VERA (@kiquevera)
Redacción online
La casa de la calle 1, hoy Varsovia, en la
urbanización Los Sauces, fue rotulada en el GEIN como
‘El Castillo’. Tenía tres pisos, puerta y
portón de madera sobre los que se alzaba un
tejado cubierto por una enredadera espesa.
No había mayor movimiento ahí que las idas y
vueltas de Maritza Garrido Lecca, Carlos
Incháustegui o sus eventuales visitas. A las
8:45 a.m. del 30 de agosto de 1992, el
suboficial PNP Carlos Iglesias, saltó desde
la tolva de un camión repleto de
desperdicios directo a dos bolsas de
plástico que minutos antes la bailarina sacó
del ‘Castillo’. En medio de restos de
comida, un papel arrugado tenía la
anotación RBP. El análisis policial arrojó
luego que eran las iniciales de Reunión del
Buró Político. Una sesión que, en el marco
del Tercer Pleno del Comité Central
de Sendero, nadie más que Abimael
Guzmán podría encabezar.
GAVIOTA CAZA AL ZORRO
8 de setiembre de 1992. Zenón Vargas, ‘El
Zorro’, sale de su casa en la urbanización
Balconcillo, La Victoria, mira de soslayo a
ambos lados y sin apuro toma un teléfono
público. Echa el rin y carraspea al hablar:
“Ya se están confeccionando los pantalones,
muy pronto enviaré el lote”. Tras él, la
agente Cecilia Garzón, ‘Gaviota’, finge ser
una madre de familia urgida por llamar.
Lanza un resoplido y corona su brillante
actuación reprendiendo: “Señor, ¿ya
terminó?”. ‘El Zorro’ parte. ‘Gaviota’ ha
memorizado la frase que, en clave, revela el
taller para diseño de panfletos y propaganda
subversiva oculto en casa del coordinador
nacional entre los comités de la región
centro y la Dirección Central.
Los agentes José Gil y Guillermo Bonilla no
quitaron la vigilancia a ‘El Zorro’ en
cuatro días. La mañana del 12 de setiembre
de 1992, cuando en el GEIN aún se discutía
la hora de dar el batacazo en ‘El Castillo’,
Zenón Vargas volvió a salir de su vivienda.
Su rápido y nervioso tambaleo exasperó a los
sabuesos que le seguían la pista. De súbito
uno de ellos decidió embestirlo ante la
grave posibilidad de fuga. ‘El Zorro’ fue
capturado cerca al paradero de la avenida
México en la Vía Expresa. La irrupción a la
morada de Balconcillo develó después que se
trataba de un almacén de manifiestos
‘políticos’ y textos que avivaban la lucha
armada. Revisado el video del allanamiento
en el GEIN, Benedicto Jiménez expresó: “Era
lo que faltaba para completar el ajedrez.
Por la cercanía que tenían ‘El Zorro’ y
Maritza Garrido Lecca, al menos un dirigente
de la cúpula senderista debía estar en la
casa de Los Sauces. O Guzmán… en el mejor de
los casos”.
LA HORA CERO
A las 6:00 p.m., cuatro patrullas con 18
agentes a bordo salieron del Complejo
Policial ubicado en la avenida España rumbo
al ‘Castillo’. En su recorrido esquivaron
eufóricas turbas de hinchas de Universitario
que volvían del estadio de Matute. Ahí donde
Álvaro Barco y Juan Carlos Letelier habían
granjeado un 2-0 sobre Alianza Lima, clásico
vital para los cremas en la consecución del
campeonato de 1992. Cuando el mayor
Miyashiro desplegó sus hombres a una cuadra
del ‘Castillo’, los suboficiales Cecilia
Garzón ‘Gaviota’ y Julio Becerra ‘Ardilla’,
tomados de la mano, ya improvisaban de
pareja risueña cerca al frontis franqueado
por las entradas de madera. Eran las 7:34
p.m. del 12 de setiembre. “Los dos
convivieron tres meses observando la casa de
Los Sauces y ese día tenían la orden de
pasear a la espera de que alguien entre o
salga para irrumpir”, contó a elcomercio.pe desde
su actual despacho de la Dirección Regional
de la PNPCallao, el general Carlos Morán, ex
miembro del desactivado GEIN.
“Tómense una gaseosa en la bodega que está
al costado para no generar sospechas”, fue
la orden para la pareja. ‘Gaviota’ respondió
que no tenían dinero y entonces la nueva
directiva fue tajante: “¡Chapen!”. Garzón y
Becerra iniciaron el largo beso que hoy
también les ha dado 20 años de matrimonio,
cuando unas llaves en la cerradura empezaron
a sonar. Salían Celso Garrido Lecca y la
bailarina Patricia Awapara. ‘Gaviota’ se
apresuró, lanzó un grito y disparó al aire
cuando Maritza Garrido, quien había salido a
despedir a su tío, intentó cerrar
bruscamente la puerta. La suboficial
comunicó que la incursión estaba en camino a
sus superiores y al grupo de efectivos que
aguardaban a 150 metros. Fue la última
comunicación por radio, el contacto se
perdió. Mientras, ‘Ardilla’, seguro de que
el modus operandi de Guzmán no contemplaba
armas en las casas que habitaba, corrió
hacia el segundo nivel para ponerle el
guante.
CAYÓ EL CACHETÓN
Una mujer de traje negro intentó contenerlo
cerrando arriba una puerta de triplay, pero
Becerra logró derribarla. Era María Pantoja
Sánchez, la camarada ‘Doris’. Al verse
vencida corrió por el vestíbulo hacia la
habitación donde estaba Abimael Guzmán
Reynoso cerca de Elena Iparraguirre ‘Miriam’
y Laura Zambrano ‘Meche’. “Carajo, no se
muevan, soy de la Policía”, gritó el agente
blandiendo su revólver. ‘Miriam’ se le
abalanzó y un nuevo disparo retumbó en ‘El
Castillo’. Consiguió zafarse, tomó aliento y
abordó a Guzmán que observaba impávido desde
su escritorio: “Tú te mueves y yo te mato
carajo”, increpó el agente mientras helaba
el rostro del genocida con el cañón corto
del arma. “Está bien muchacho, está bien,
tranquilo, ya perdí, pero, por favor,
tranquilízate muchacho”, fue el susurro del
rendido cabecilla.
Trece miembros del GEIN liderados por el
entonces mayor Marco Miyashiro penetraron a
trote firme en el inmueble. Un equipo
reforzó a ‘Gaviota’ en el primer piso
neutralizando a un desequilibrado Carlos
Incháustegui que clamaba por su muerte:
“Mátenme, mátenme, mátenme de una vez por
favor”. Otro grupo acudió en ayuda de
‘Ardilla’ y confinó a ‘Doris’ y ‘Meche’ en
habitaciones separadas. El oficial Carlos
Morán exigió a Guzmán que vacíe los
bolsillos del maltrecho saco plomo que
vestía. La iracunda ‘Miriam’ contraatacó
entonces: “No lo toque, no lo toque, él
puede hacerlo solo, a él nadie lo toca”. “Yo
también puedo hacerlo”, musitó Guzmán.
Durante el registro del ‘Castillo’ se halló
varias botellas de vino de alta cosecha y
carne en el refrigerador. Todo fue propicio
para un banquete al paso: lomo saltado,
brindis y abrazos. Hubo lágrimas de puro
valor desbordado. Los agentes abrían cajas,
guardaban cuadernos, apuntes, banderas,
cuadros, toda clase de objetos y material
subversivo. En el umbral del cuarto, el
mayor PNP Marco Miyashiro reactivó su radio
portátil. Por fin en calma infló los
pulmones y exhaló. Su voz grave sosegada fue
el sello a la ‘Operación Victoria’ y a esa
noche, la larga noche que hirió al terror:
“Ha caído ‘El Cachetón’”, aseguró.
MIÉRCOLES 12 DE SEPTIEMBRE DEL 2012 | 15:58
Abimael Guzmán a 20 años de la captura:
Fujimori no sabía de operación Victoria y al
enterarse brindó con champán
Los valerosos policías del GEIN ganaron la
gratitud eterna de los peruanos, pero
también padecieron recelos y postergación.
Aquí la tercera parte de la historia
Abimael Guzmán a 20 años de la captura:
Fujimori no sabía de operación Victoria y al
enterarse brindó con champán
ROCÍO LA ROSA (chiolaro)
Redacción online
El ex director de la Dircote, Antonio Ketín
Vidal, contó hace dos días que ni el ex
presidente Alberto Fujimori ni su otrora
mano derecha, Vladimiro Montesinos, sabían
el día y la hora en que se iba a capturar al
genocida Abimael Guzmán. “Fue un secreto por
necesidad”, afirmó.
Eso explica por qué ese 12 de setiembre de
1992 Fujimori se encontraba pescando en la
selva y Montesinos llamaba a Vidal para
preguntarle si era cierto lo que informaba
la televisión “¿o estaban ‘cojudeando’?”.
Sin embargo, hoy Kenji Fujimori negó que ese
día su padre haya estado de pesca como ha
contado la prensa en los últimos años.
“Estábamos en el grupo 8 a punto de partir a
un viaje a provincia cuando un oficial le
dio la noticia a mi padre, ¿qué fue lo
primero que hizo él? Abrió una botella de
champán y brindó por eso, había sido un duro
golpe”, fue su versión en entrevista a Canal
N.
EL VIDEO FILTRADO
Instantes después de su caída los peruanos
vimos a Guzmán en la pantalla de nuestro
televisor. Era un video casero que había
grabado la policía y que se filtró después a
la prensa.
“Y si uno muere las ideas se quedan en los
demás, eso no se va a borrar”, le decía el
genocida a Ketín Vidal mientras se tocaba la
cabeza.
Este último ha contado que Alberto Fujimori
ordenó la destitución de Benedicto Jiménez,
cerebro del GEIN, al suponer que fue el
responsable de la difusión de esas imágenes.
Las investigaciones, según dijo, revelaron
que fue el hoy general en retiro, Marco
Miyashiro, quien llevó la copia de la cinta
a la embajada de Estados Unidos, tal vez
como una muestra de agradecimiento por su
apoyo.
Por esta razón Miyashiro no recibió la parte
de la recompensa que el gobierno de Fujimori
entregó a los captores. Paradójicamente,
este general fue convocado por Keiko
Fujimori para su reciente campaña
presidencial.
LA IRRUPCIÓN DEL SIE
Unas dos horas después de la captura de
Guzmán el jefe de la Dircote se encontraba
en su oficina de la cuadra 11 de la avenida
España. En ese edificio también permanecía
detenido el genocida. Cerca de las 10:30
p.m. irrumpió en el lugar el coronel Alberto
Pinto Cárdenas, entonces jefe del Servicio
de Inteligencia del Ejército (SIE), y
recientemente excarcelado.
Se presume que por órdenes de Vladimiro
Montesinos este fue a pedir que le entreguen
al senderista para llevarlo al Pentagonito
por razones de seguridad. Vidal se negó y al
día siguiente recibió en sus oficinas a
Fujimori, quien recibió un completo informe
de la denominada Operación Victoria y según
versiones periodísticas jamás le mencionó
que Guzmán debía ser reubicado.
LA DESACTIVACIÓN DEL GEIN
El coronel en retiro, Benedicto Jiménez, ha
contado que ni él ni otros miembros del GEIN
aparecieron en el video de la captura junto
a Ketín Vidal por motivos de seguridad.
Ellos pensaban, y con toda razón, que tras
esta importante hazaña el grupo de
inteligencia iba a permanencer e incluso a
reforzarse. Se equivocaron.
El comando policial sacó del grupo a
Miyashiro y al año siguiente a Jiménez. Para
1995 el GEIN ya no existía y lejos de
aprovechar sus capacidades, sus miembros
fueron a parar a distintas unidades.
Jiménez reveló anoche en un programa de
televisión que del millón de dólares que el
Estado peruano ofrecía como recompensa por
la captura de Guzmán, el GEIN recibió US$800
mil, mientras que los otros US$200 mil “los
manejó” Ketín Vidal, de quien está
distanciado. Lamentó también que muchos de
los agentes perdieran su dinero tras
depositarlo en CLAE.
En los últimos días, a propósito de los 20
años de la captura, varios miembros del GEIN
han contado a los medios que tras el certero
golpe sus carreras se vieron truncadas.
Muchos de ellos tuvieron que esperar más de
diez años para poder ascender.
Ayer durante el homenaje que les hizo el
Congreso el ministro del Interior, Wilfredo
Pedraza, ofreció revisar sus casos y
convocarlos nuevamente para que apoyen en la
lucha antiterrorista en el Vraem.
“A cierta edad, uno no piensa en volver,
pero en términos de análisis estratégicos
sí”, ha respondido Jiménez.
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