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¿La minería nos da riqueza?
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Trabajadores mineros peruanos.
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El 23 de
Noviembre del 2001 en Pasco – Perú, se reunieron representantes de
Ecuador, Bolivia y Perú, en la II Cumbre Internacional de Comunidades y
Pueblos afectados por la minería y elevaron un documento al Presidente
Alejandro Toledo, exigiendo se declare en emergencia a las comunidades
dañadas por la minería en Perú.
Unas 3.200
comunidades campesinas de Perú denunciaron, durante un foro nacional, que
están siendo invadidas por empresas mineras para trabajos de exploración y
explotación de minerales, contaminando sus tierras, sus ríos y afectando a
sus habitantes, por lo que se ven obligados a desplazarse a lugares poco
habitables y aptos para sus ocupaciones. Entre esas comunidades había
gente de Apurimac, como también pobladores de Bolivia y Ecuador. En ese documento se señaló que los impactos
ambientales que vienen causando las compañías mineras, ponen en riesgo la
salud humana, porque las aguas de uso doméstico y agropecuario han sido
contaminadas por los relaves mineros, desperdicios, aguas servidas, lo que
afecta a cuencas, ríos y lagunas.
"El Estado peruano que
es responsable de velar por los intereses nacionales se muestra
indiferente frente a los conflictos sociales y económicos generados por
las compañías mineras", indicó el documento
que denuncia a funcionarios, responsables en facilitar arreglos a fin de
resolver los problemas "se muestran siempre a favor de los
empresarios". Sostienen que esa parcialidad con las mineras ha
obligado a los comuneros a enfrentarse en batallas legales con resultados
previsibles, "el triunfo de ellos y la pérdida de las tierras de los
campesinos". En el evento se expusieron tres ejemplos de comunidades
afectadas por la minería, entre ellas, la situación de Rematas, ubicada en
el distrito de Parcoy, departamento de La Libertad (norte) que está al
borde de hundirse porque el Consorcio Minero Horizonte ha perforado el
subsuelo del pueblo en busca de metales por lo que las viviendas y las
calles han comenzado a agrietarse. En el distrito de Huari, La Oroya
(centro) por el incremento de humos que arrojan las fundiciones los niños
se enferman de los bronquios, se mueren los animales, y los desechos que
arrojan a los ríos ha provocado la extinción de los peces. Otro de los
casos, es el poblado de Cajarmaquilla (centro) donde el ducto que
transportaba relaves conteniendo arsénico y plomo provenientes de la mina
de Atacocha, sufrió ruptura. El accidente ocasionó derrame afectando a
12.000 ha de cultivo, perjudicando a la comunidad que sólo vive de la
agricultura.
Veamos la realidad de
una de las regiones donde se encuentran asentadas una serie de minas.
Apurímac es un departamento eminentemente rural; en la provincia de
Andahuaylas, la más poblada del departamento, la población rural alcanza
el 70,7% Gran parte de la
superficie del departamento de Apurímac está conformada por tierras no
agrícolas, a su vez, el 68% de este total de superficie corresponde a
pastos naturales (62% de la superficie departamental) otorgando a Apurímac
un importante potencial ganadero. Aún así, considerando
la actividad económica principal de la población y a pesar del potencial
ganadero que presenta el departamento, tenemos que en cinco de las siete
provincias del departamento, más del 70% de la población se dedica a la
agricultura. La actividad agrícola
aporta en un 44,6% al PBI departamental y tan solo en 1,5% al PBI
nacional. De acuerdo al Mapa de
Necesidades Básicas Insatisfechas del INEI, 1994, Apurímac es el tercer
departamento con mayor índice de NBI a nivel nacional, siendo Cotabambas
la provincia con mayor índice de Necesidades Básicas Insatisfechas a nivel
nacional (98,8%)
Podríamos
remitirnos a las numerosas noticias que se encuentran en la red, de
experiencias alucinantes acerca de la verdad en estos poblados abandonados
a su suerte, a los cuales hoy se les extienden promesas, pero que la gente
no entiende en primer lugar porque son quechua hablantes, luego porque el
analfabetismo les impide acceder a las noticias ni a la lectura o
redacción de documentos que les den información sobre lo que sucede en sus
alrededores y nos referimos específicamente al Proyecto Las Bambas, niños
que visten de harapos, programas asistencialistas insuficientes como si el
asistencialismo fuera la solución para gente digna que requiere trabajo y
no vivir en la mendicidad, siendo dueños de yacimientos de minerales que
enriquecen a los demás pero a ellos solo les proyecta muerte, desamparo y
abandono.
El
departamento o región de Apurimac cuenta con cerca de medio millón de
habitantes, siendo el 75% de ellos muy pobres, viven con apenas 180.00
soles mensuales, lo que significa que 3 de cada 4 apurimeños viven en
pobreza total.
Son
aproximadamente cerca de 120,000 hogares, el 65% de ellos cuentan con
abastecimiento de agua, solo el 18% cuenta con servicio de desagüe, el 60%
con alumbrado eléctrico, apenas el 5% cuenta con servicio de teléfonos
fijos. Todo esto se resume al afirmar que el 65% de los hogares acceden a
un programa social.
Tal
vez este último dato les permita afirmar a algunos que no hay motivo para
quejarse, que están asistidos, entonces: ¿ De qué se quejan? Justamente el
sector de gente que piensa así es el que mas daño hace, ya que vivir de
esa forma es indigno, no podemos ser permanentemente mendigos, cuando
somos dueños de riquezas que otros se encargan de explotar.
La
tasa de analfabetismo alcanza el 30% en las zonas urbanas, mientras que en
las zonas rurales alcanza el 45%, no obstante que hoy se llega al 85% de
asistencia a la educación primaria la cual decrece al 75% en secundaria.
La tasa de desnutrición crónica alcanza mas del 50% y la mortalidad
infantil es del 7.1%. El valle del Apurimac Ene es productivo en arroz,
cacao, café y también coca siendo éste último muy estimulado en cuanto a
los precios que se ofrecen. La erradicación de la coca es terrible y lo
que es peor no se incentiva la siembra y cosecha de los otros productos
por los numerosos casos de abusos cometidos por quienes acopian la
producción.
Por
ejemplo en el caso del cacao los precios son bajos, la capacitación no es
igual para todos los agricultores, es mas, hay desatención en cuanto a
determinadas plagas las mismas que incluso parecen venir en bolsas del
extranjero como la monoliasis. Las empresas que acopian la producción
cometen descuentos abusivos sin explicación a los agricultores
La
asistencia técnica es preferencial para quienes están más cerca de cursos
de agua, sin embargo también hay que considerar la abulia de los andinos
que se acostumbra a que todo lo hagan los demás y esto es pernicioso y
desalentador. Del mismo modo hay una comunicación inadecuada por la
diferencia idiomática, mientras los técnicos asistentes hablan español,
los agricultores utilizan el quechua como idioma nativo y ello dificulta
la comunicación.
La siembra
de coca es la alternativa que mejores dividendos les da a los agricultores
del valle de Apurimac Ene, sin embargo ello no prosperaría de no existir
mercados de consumo en Norteamérica y Europa, ése es el problema.
Antes de
pasar a analizar otras regiones detengámonos unos momentos en otras
reflexiones y alternativas. La actividad minera en
Perú es un horror que debe preocuparnos y por ello debemos propulsar una
economía ecológica, y es que el daño causado por la explotación minera es
inmensa comparada a la deuda externa. Nosotros exportamos minerales cerca
de medio siglo, prácticamente desde 1532 siendo esto un lastre para
nuestro desarrollo. Necesitamos un modelo económico que impulse otras
áreas de producción y no solamente satisfaga la angurrienta conducta de
quienes vienen primero a explorar y luego a explotar minerales en suelo
peruano dejando enfermedad, muerte y tierras destruidas e improductivas.
Se piensa que
producción es la extracción y destrucción de recursos agotables sin
considerar los daños ambientales como la contaminación de los ríos y la
pérdida del agua subterránea, la contaminación del aire, los impactos en
la salud, la pérdida de los suelos, etc. La contribución de la
minería al PBI es irrisoria, la minería contribuye al PBI mucho menos de
que lo que podría contribuir la actividad agrícola ganadera debidamente
desarrollada, mientras persista ése modelo económico respaldado por malos
peruanos entronizados en el ejecutivo y el legislativo, seguiremos
paupérrimos dependientes de la asistencia internacional. Para quienes explotan
minerales en nuestro suelo poco o nada les importa la vida humana, menos
los suelos que esterilizan y envenenan, la naturaleza que destruyen, la
irrupción en la historia cultural de los pueblos, el desarraigo de los
pueblos del terruño, como la destrucción de sus costumbres agrícola -
ganaderas y la enfermedad de su gente, con las consiguientes muertes y
taras ocasionadas por envenenamiento. Nosotros deberíamos exigir
compensaciones a la Comunidad Europea y a los EE.UU. de N.A. como también
a Canadá por todo el daño causado a nuestro país y su población durante estos
quinientos años. En algún momento de
nuestra historia se propusieron alternativas de desarrollo agropecuarios,
mas antes de terminar el siglo pasado se retornó a la minería permisiva,
ello nos ha retrasado y tornado dependientes. Tendríamos que
optimizar por ejemplo, el
desarrollo de la industria maderera
en Pucallpa, con la consiguiente reforestación, o el de castañas en
Madre de Dios. Porque ¿De qué vale la
entrega masiva de títulos de tierras si al alba siguiente aparecen
denuncios mineros que destruirán los sueños de los comuneros? Perú debe
abandonar el criterio productivo primario, sobre todo minerales, e
ingresar al mercado internacional con producción y el valor agregado, que
le permita imponer precios competitivos en los centros que demandan
productos acabados. Para ello se necesita tierras tituladas, agua en
cantidad y calidad suficientes, apoyo técnico y crediticio, etc. Sin embargo uno de los
mayores problemas que tenemos es la contaminación del agua y la forma mas
peligrosa e impune es el vertimiento de relaves mineros
sin el debido control ni los estudios de impacto ambiental; todo esto
constituyen efectos muy dañinos al medio ambiente. Esta forma de
contaminación de las aguas es responsabilidad de los centros mineros y las
concentradoras. Es especialmente grave en el mar frente a Tacna y
Moquegua, por las minas de cobre de Toquepala; en los ríos Rímac, Mantaro,
Santa, el lago de Junín y todos los ríos de las ciudades cercanas a
centros mineros del Perú. Los relaves mineros contienen fierro, cobre,
zinc, mercurio, plomo, arsénico y otras sustancias sumamente tóxicas para
las plantas, los animales y el ser humano. Otro caso es el de los
lavaderos de oro, por el vertimiento de mercurio en las aguas de ríos y
quebradas. Por otro lado, el
vertimiento de productos químicos y desechos industriales, también alteran
la biodiversidad de nuestro ecosistema, pues esta forma de contaminación
consiste en la deposición de productos diversos ( petróleo, aceites,
ácidos, soda, etc.)
provenientes de las actividades industriales. Este problema es
generalizado cerca de los centros petroleros (costa norte y selva), en las
zonas de la industria de harina y aceite de pescado (Pisco - Paracas,
Chimbote, Parachique, Paita), en las zonas de concentración de industrias
mineras (Oroya, Ilo), y en zonas de industrias diversas (curtiembres,
textiles, etc.) En Perú, 16 de los 53
ríos de la costa se encuentran contaminados por los relaves mineros y los
vertederos poblacionales, varios de los principales ríos de la sierra
central están fuertemente contaminado por los relaves y los afluentes de
la extracción y el procesamiento de minerales.
El Estado debe
implementar una política ambiental, por la cual se le otorgue al recurso
hídrico, el lugar de alta prioridad y relevancia estratégica que tiene
para el presente y el futuro del país, de otra manera la permisividad que
acarrea grandes dividendos para los explotadores y sus “felipillos”
enclavados en los estamentos de gobierno son un atentado a la vida y a los
derechos humanos de nuestra población. Nos preguntamos ¿qué
sucedió con la probable contaminación de la cuenca del río Nanay, por
efecto del uso de mercurio en la explotación minera aurífera que se
desarrolla con uso de dragas, esa denuncia se hizo en Mayo del 2002 siendo
el plazo de resultados para Enero del 2003? En
Perú debería hacerse
controles de la presencia de cadmio en los relaves mineros de las minas de
cinc, y tomar las previsiones del caso. El cadmio, absorbido
con los alimentos, produce descalcificación
de los huesos, que se vuelven
quebradizos, considerando que en dosis mayores produce la muerte.
He
aquí unas notas encontradas en la red que nos da una imagen sobre la
realidad minera en Perú.
a)
Minera
Yanacocha obtiene el oro más barato del mundo porque: compró tierras a los
campesinos a precios irrisorios, gasta poco en control ambiental, siendo
una empresa que en su mayoría pertenece a una transnacional (Newmont Gold)
sus salarios mensuales promedio ni se aproximan a los salarios promedio de
los trabajadores mineros americanos, goza de contratos especiales de
estabilidad tributaria, no gasta en campamentos porque los cajamarquinos
les hemos dado nuestra ciudad para hacer su campamento.
b)
Además, la
minería emplea poca mano de obra y no genera cadenas productivas en la
economía local y regional ya que la mayoría de sus insumos son
importados.
c)
Mientras que
Cía. de Minas Buenaventura se ha convertido en la empresa minera más
rentable del mundo, Cajamarca en el mismo periodo de tiempo pasó del
cuarto lugar al segundo lugar en el mapa de la pobreza.
d)
En suma,
debe entenderse que este enmarcamiento de Minera Yanacocha es dentro de la
economía del “capitalismo salvaje” del que habla el Papa Juan Pablo II:
ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más
pobres.
UNA
FRASE DESFACHATADA.
Jorge Paredes
Romero |
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