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La Educación en la
Primera Infancia y la comunidad de aprendizaje
Reflexiones de Jorge
Paredes Romero - Humanista
Resumen de
Seminarios, Conferencias en diversas invitaciones.
En
los últimos años han surgido enormes preocupaciones acerca de la
educación en la primera infancia y el rol de esta en los procesos
sociales, especialmente en los países en desarrollo. Necesitamos
urgentemente un nuevo paradigma educativo, para así evitar una mayor
degradación de nuestro planeta y sus sociedades, que además procure
la formación de mejores ciudadanos, que sean más cuidadosos y
responsables para contribuir a que tengamos un mundo justo y en paz,
pero debe ser una educación disponible para todos, no solo para una
elite y debe concretarse en varios escenarios, incluyendo familias y
comunidades.
Esta educación debe empezar en la primera infancia, porque los
valores, actitudes, comportamientos y habilidades adquiridos en este
período, tienen un impacto duradero para toda la vida. Tanto la
educación como el desarrollo deben ser vistos no como producto
final, sino como procesos permanentes, además los ciudadanos del
mundo deberían ser educados, estar bien informados y así defender
valores verdaderamente democráticos, no producto de discursos
demagógicos y promesas electorales.
Las culturas ancestrales estaban y las que aún subsisten están más
atentas al ritmo del medio ambiente y tienen cuidado de no explotar
en forma excesiva los recursos naturales, solo extraen lo necesario
para su supervivencia y co-habitación en el enorme y hermoso
eco-sistema planetario; además tienen más apego a las redes
familiares y comunidades inmediatas y se proporcionan apoyo unos a
otros. Sin embargo hay lugares en donde aun se actúa
irresponsablemente frente a la naturaleza y unido a sus procesos
naturales se vienen dando fenómenos destructores, como respuesta de
esa naturaleza agredida.
En el incanato existía la solidaridad social como sustento
cultural, era más perfecta que la actual, pero fue destruida con
otros valores culturales por los invasores, los que aún subsisten en
regiones apartadas de la sierra y la selva peruanas, rinden
excelentes resultados.
La
educación temprana no debe solamente preocuparse por lo abstracto,
necesita preocuparse por la realidad local concreta de los niños
pequeños, para que tenga significado real y verdadero impacto, es
aquí donde la participación de los niños, las familias y las
comunidades se vuelve esencial.
La
educación debe empezar muy temprano en la vida. Es en la primera
infancia en donde los niños desarrollan sus valores básicos,
actitudes y habilidades, sus comportamientos y hábitos, aprendizajes
que pueden durar mucho tiempo. Los niños pequeños son capaces de
captar mensajes culturales sobre riqueza y desigualdad. La educación
en la primera infancia consiste en sentar bases intelectuales,
psicológicas, emocionales, espirituales, sociales y físicas sólidas
para el desarrollo y el aprendizaje de por vida; es fundamental
promover valores, actitudes, habilidades y comportamientos que
procuren sensatez en el uso de los recursos, en comprender la
diversidad cultural, la igualdad de géneros y de la democracia.
La
Convención sobre los Derechos del Niño de la Naciones Unidas, nos
señala al niño como sujeto de derechos, pero también como
participante activo y que tiene su contribución que hacer al
presente y al futuro de la sociedad, no es un ser sin valor y
marginal, menos un objeto depositario de información, es una llama
que avivar. Las perspectivas y significados de los niños deben ser
escuchadas, consideradas y darán forma al contenido y enfoques del
aprendizaje de todos para todos.
Pero no olvidar que la educación temprana es mucho más que educación
medio-ambiental. Debe ser mucho más amplia que llevar a los niños al
aire libre, a descubrir la belleza de la naturaleza y hablar del
medio ambiente natural, debe incluir oportunidades para que los
niños se involucren en un diálogo intelectual a favor del medio
ambiente, deben aprender a ser compasivos y a respetar las
diferencias, igualdad y justicia, puesto que el mundo es cada vez
más interdependiente y está cada vez más interconectado.
En lugar
de hablar solo de lectura, escritura y aritmética debería hablarse
de cómo reciclar, respetar, reparar, reflexionar y rehusar lo que
hoy desechan y botan alegre e irresponsablemente, incluyendo comida,
vestido, papel , es decir desperdiciamos de manera muy
irresponsable.
El
trabajo en los primeros años no debería ser solo enseñar a calcular,
leer y escribir, los niños pequeños deben ser estimulados a discutir
sobre productos alimenticios familiares, ropas, juguetes y
publicidad, eso es inculcarles responsabilidad, espiritualidad en
todo, incluyendo en los negocios, deben aprender a hacer empresa con
moralidad..
La
familia es el primer educador del niño, tiene mayor influencia en
formar actitudes, valores, comportamientos, hábitos y habilidades,
entonces, tiene un rol importante en la educación de sus niños para
un mejor desarrollo y debe ser emprendida por padres, hermanos,
abuelos y demás miembros de la familia y la sociedad, comprendamos
de la manera más sencilla que eso es COMUNIDAD DE APRENDIZAJE.
De todos modos, en la
educación inicial no debería apresurarse a que los niños adelanten
conceptos numéricos, de lecto-escritura, debería respetarse y
comprender que su tiempo y espacio lúdico son los más importantes,
es a través del juego que el niño aprenderá muchos conceptos que le
permitirán socializarse, expresarse, comprender mejor todo aquello
que más tarde irá aprendiendo. Es esta la etapa del aprestamiento,
pero no en el sentido de forzar a que aprendan conceptos académicos,
numéricos, literales, ello vendrá más adelante de manera automática
y con muchos deseos, pero si desde la edad temprana los enfrentamos
a frustraciones entonces podría ser contraproducente, respetemos sus
espacios lúdicos que son a esa edad los más importantes,
socialización, captación de valores, etc., etc.
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