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Nuestra lucha



"A la realidad se la ha despojado de su valor, de su sentido, de su veracidad en la medida en que se ha fingido mentirosamente un mundo ideal." (Friedrich Nietzsche. Ecce Homo. Cómo se llega a ser lo que se es).

Un buen día, hace unos cinco años atrás, estando de vacaciones me dispuse a ver algún programa de televisión para distraerme, y al cabo de un par de horas, luego de haberme paseado por distintos canales, noté algo curioso: Que el contenido de todas las programaciones eran bastante similares. Como si todos aquellos programas de televisión tuvieran un mismo libretista.

El contenido de dichos programas, era básicamente sobre comentarios acerca de la vida personal de la gente del espectáculo; sus amoríos, sus discusiones, sus rompimientos amorosos, sus traiciones o infidelidades. Noté que cada uno de ellos, hablaba de manera deshinibida, no sólo de otras personas, sino que también acerca de sí mismas. Y yo me preguntaba: "¿Y, esto qué nos importa?".

En aquellos años anteriores, por ocupaciones laborales, había dejado de ver en años los programas televisivos. Noté que la televisión se había vuelto mucho más superficial de lo que ya era años atrás.

Ahora, se le daba mucha prioridad al chisme, al lío entre parejas de la farándula, a confesar públicamente sucesos de su vida íntima, que a mí realmente no me importa, y creo que a nadie debería interesarle; sin embargo, sucedía todo lo contrario, estos programas acaparaban una gran sintonía.

Noté algo más. Que no había programa donde no hubiese por lo menos un homosexual, o un amanerado. Así, como también que las mujeres en varios de dichos programas, estaban casi desnudas. Las conversaciones, entre ellos incluían palabras groseras, de doble sentido (con connotaciones sexuales y homosexuales), frívolas, superficiales.

En fin, luego, me enteré que a eso se le había denominado: LA TELEVISIÓN BASURA.
En un principio pensé que se trataba, tan sólo de una forma que tenían los dueños de los diferentes canales de televisión de hacer dinero, lucrando con el morbo de la gente. Entonces, pensé que se trataba de dar "diversión" a la gente (al público), a cambio de lucrar con ello. Y así, todos se sentían satisfechos: dueños de canales televisivos, y público en general.

Sin embargo, seguía pensando que eran programas de baja calidad, y muchos de ellos groseros, no aptos para los niños, adolescentes y jóvenes en formación de su personalidad. Entonces, pensé que el gobernante (el presidente de la República), los congresistas y los políticos en general, debían hacer algo para que la televisión se transforme y más bien eduque, y eleve el nivel cultural de los peruanos.

Pero mi sorpresa fue mayor aún, cuando vi que el Presidente de la República (y los anteriores, también) y la mayoría de los políticos y congresistas, asistían, también, a dichos programas, comportándose de la manera más fuera de lugar (como una verdadera chusma) para sus funciones de representantes de la Patria.

Y, fue peor aún cuando observé que no sólo en el Perú sucedía aquella decadencia de gustos y valores, sino, que programas de televisión similares de otros países, también eran más de lo mismo.

Fue de ese modo que me dije: "Si los mismos "padres" de la Patria tienen comportamientos frívolos, groseros, entonces, ¿quién se encargaría de acabar con toda esa televisión basura? ¿Los maestros, los educadores, los ciudadanos responsables?".

Entonces, comprendí que era el SISTEMA mismo el que promovía la televisión basura. Entendí que no se trataba sólo de darle pan y circo a los ciudadanos. Entendí, que no se trataba sólo una manera que habían encontrado los dueños de los distintos canales de televisión de hacer dinero.

Sino que comprendí que todo era UN PLAN, UNA CONSPIRACIÓN DEL MISMO SISTEMA PARA NO PERDER SU HEGEMONÍA.

La televisión basura, es otro instrumento más del sistema, que tiene como único objetivo el de pervertir, deformar, llevar a la decadencia y a la inmoralidad a todos los ciudadanos de todas las edades, profesiones y sexo.

Los canales de televisión, son sólo el instrumento que ha encontrado la élite dominante del capitalismo judío internacional actual, para manipular, dirigir y controlar las mentes, los gustos y las preferencias de todos sus consumidores.

La televisión, sirve para embrutecer y aborregar a toda la población de un país. Y sobre todo, para apartar de la realidad de los verdaderos problemas sociales a las nuevas generaciones, llevándolos al homosexualismo, al individualismo, a la superficialidad, a la banalidad, a la vanidad, a las modas, a los maquillajes, a la promiscuidad, a la perversión, a la delincuencia, a la corrupción.

El objetivo de la élite financiera judía capitalista, es el de destruir a todas las naciones, pervirtiendo y deformando las mentes de sus ciudadanos, mediante el control mental y la manipulación que se hace a toda la Humanidad a través de distintos medios y mecanismos, como son los medios de comunicación, los medios de entretenimiento, la industria del cine, la industria del arte, la industria de los medicamentos, la industria del deporte, de las redes sociales, etc.

De este modo se tendrá a una Humanidad totalmente desinformada, aborregada, embrutecida, lujuriosa, pervertida, inmoral, superficial. Sólo así siempre la élite judía dominante será dueña del poder absoluto sobre las voluntades de su goyim.

Adolf Hitler, supo esto desde hace mucho. Y es por esto que decidió enfrentarse abiertamente y con suma valentía a los banqueros judíos internacionales, explotadores del mundo no judío. Los expulsó de Alemania, eliminó los Bancos judíos . Nacionalizó Alemania, resolvió los problemas sociales de Alemania. Implantó un régimen Totalitario para beneficio del bien común de todos los alemanes. Creó su propio Banco Alemán, su propia moneda, acabó con todos los partidos políticos tradicionales que vivían de la corrupción y de las mafias, acabó con la delincuencia, acabó con las desigualdades sociales. Desarrolló las diferentes industrias. En fin, en sólo unos cuatro o cinco años llevó a convertirse a Alemania en un país libre, autónomo, soberano, libre de toda influencia de organismos internacionales, ningún país ni élite judía controlaba ya ningún estamento alemán. Y, sobre todo, hizo de Alemania, UNA POTENCIA MUNDIAL.

Esta situación fue demasiado para los banqueros judíos internacionales, así que decidieron destruirlo, y provocaron la Segunda Guerra Mundial. Financiaron a todos los países aliados para que destruyeran sin piedad la Alemania de Hitler. Fue una guerra desigual, pues se trató de una especie de todos contra uno (contra Hitler).

Sin embargo, Hitler y el Nacional Socialismo, han creado un precedente, y un ejemplo de que es necesario que la Humanidad no-judía, asuma la titánica tarea de acabar con esa élite judía que hoy oprime a la Humanidad, y liberarse de una vez por todas de su yugo explotador.


Autor: Alberto Flores

 

 
         
 

 

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